LA CONJURA

jueves, 30 de junio de 2011

La Princesa Manca



La Princesa Manca. Gustavo Martín Garzo.

Uno lee el libro y dice "Pues muy bien".
Esteban es un joven leñador que vive en el bosque con su abuelo y el único contacto que tiene con la civilización consiste en ir al mercadillo del pueblo cada cierto tiempo. Pero todo cambia el día en que su abuelo muere. Se queda solo hasta que encuentra un enigmático viejo que come insaciablemente, y lleva un pequeño cofre ( dos cosas que a mi modo ver no guardan relación alguna; el viejo podría comer frugalmente y aún así tener un cofre). Bueno, el caso es que el cofre guarda una mano; sí, sí, como oyen: una mano; lo cual no es de extrañar pues es ésta una narración fantástica.

La mano tiene vida independiente, es como un perrito, salta, juega, duerme en la cama con su dueño y casi ladra. El único problema es la comida, en cuestiones culinarias se asemeja más a un murciélago o vampiro que a un inocente perro. El pobre Esteban se ve obligado a matar animalitos para que la pérfida mano chupe sangre, hasta el mismo joven, al principio le ofrecía su propio brazo herido. Pero un día la mano desaparece y Esteban sale a buscarla.

Llega hasta un país donde por imperativo legal todas las doncellas han de ser mancas. Esta decisión la toma el rey para que su hija, que nació tullida, no se vea en inferioridad de condiciones con el resto de jóvenes. Pero aparece en escena un viejo con su hijo que lleva una flecha traspasada cual virgen Dolorosa. El viejo pretende cobrarse una vieja deuda con el rey pidiéndole la mano de su hija para el joven. Hace años, cuando su hijo era un chaval, mientras bebía en un riachuelo, el rey confundiéndolo con una presa le disparó. Así que el muchacho pasa toda su vida con la flecha clavada y los cuidados del viejo.

Al final, después de muchos mareos, mucho corredor de palacio, sube-baja de salones, feed-back con historias de pastores al fuego; de un sueño contado dentro de otro sueño; de la historia de Soliman, en fin, de mucho mareo y datos que no son principales para la historia que se cuenta, pues eso, al final el chico encuentra un banco de manos, aquellas que fueron cortadas a las jóvenes del reino, y también encuentra su mano particular, la que buscaba. Las manos se pegan mediante una pócima a sus legítimas dueñas, como si fuese pegamento imedio. La princesa manca se casa con el joven de la flecha atravesada; y el protagonista encuentra o no a la propietaria de su mano particular.

Demasiados datos, muchas historias dentro de otras historias que te hacen desesperar, que te pierden. Se podría haber contado en menos páginas y haber cortado antes por lo sano.

Una frase: Sabía que la misión de un hombre era comprender y embellecer la vida…

NOTA: 3

miércoles, 29 de junio de 2011

Fahrenheit 451

Fahrenheit 451

Ray Bradbury


En una sociedad futura los bomberos provocan fuegos en vez de apagarlos. Se prohibe tener libros y leerlos. Si un ciudadano rebelde quebranta la ley y esconde algún libro en su casa, entonces sonará la señal de alarma en el cuartel de bomberos y éstos llegarán con las mangueras de petróleo dispuestos a quemar el libro, la casa o lo que haga falta y por supuesto, arrestarán al dueño. En una ocasión al llegar a una casa, la propietaris, una anciana que poseía una gran biblioteca, se niega a salir de su casa, ardiendo junto a sus libros.

A partir de este hecho y también del encuentro fortuito con una joven llamada Clarisse, Montag, que trabaja como bombero, empieza a cuestionarse su trabajo, busca respuestas sobre el sentido de la vida en la sociedad en la que vive. Su mujer es una desconocida, adicta a las pastillas, y que pasa todo el día viendo las enormes pantallas de televisión que cubren las paredes. Ni siquiera puede recordar dónde se conocieron.

Hasta resulta gracioso cuando un día le cuenta que forma parte de los actores de una obra. Cuando Montag le pregunta sobre el argumento ella no sabe qué contestar, al estar prohibido los libros, ella lo único que conoce son sus propios diálogos.

¿Y por qué están prohibidos los libros? El capitán Beatty lo explica. Los libros sólo producen infelicidad, nos hacen pensar, ver otros mundos a los que no todos podemos acceder y ello produce insatisfacción al ciudadano. La vida ha de ser inmediata y el placer ha de invadirlo todo después del trabajo, así pues ¿Para qué aprender algo que nos hará desgraciados?, es suficiente con realizar cosas prácticas y mecánicas como: apretar tuercas o botones, poner enchufes, pero nada que nos aparte del camino rápido y cómodo.

Parece que estemos en un mundo al revés: si conduces despacio te multan, si lees te queman la casa, si te haces preguntas te toman por loco o radical y contrariamente se premia a la madre desnaturalizada que odia a sus hijos, está bien visto votar al político más guapo y no al más competente (esto me suena), no leer (ehh, también me suena), no apreciar la poesía, ni la naturaleza, no mirar las estrellas nunca, sólo trabajar, mirar la tele y tomar pastillas para ser feliz y dormir.

Ray Bradbury nació en agosto de 1920 y todavía vive, y lee, y escribe y no lo han quemado. Fahrenheit 451 (temperatura a la que arden los libros), es junto a 1984 y Un mundo feliz , una novela distopica puesto que se desarrolla en una sociedad no utópica, los hechos que se relatan no son los de una sociedad ideal sino al contrario son los de un Estado totalitario que manipula y adoctrina al ciudadano bajo una apariencia de Estado benevolente.

La frase: Empezó a tirar tierra y polvo a la hoguera…todos los hombres movieron sus manos, apagando el fuego conjuntamente (claro está que esto es al final, después de muchos padecimientos y de muchos incendios provocados).












NOTA : 7,75

lunes, 27 de junio de 2011

Elogio de la lectura y la ficción





El discurso que Mario Vargas Llosa leyó ante la academia sueca cuando le fue concedido el premio Nobel de Literatura lo tituló "Elogio de la lectura y la ficción". Una pequeña obra literaria, escrita con sentimiento y gratitud. Comienza diciendo: Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de La Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. El texto se lee rápido y en él descubres a un escritor emocionado, recordando sus orígenes, con gratitud a sus familiares que lo animaron en la tarea de escribir, como el tío Lucho, el abuelo Pedro y cómo no, a su madre. Habla de política, de paises, de ciudades, pero sobre todo de literatura a la que concede un doble papel en la historia del hombre; como forma de entender no sólo nuestra vida y la de los demás, sino también las vidas que nos gustaría vivir a través de la ficción, cuya percepción puede llegar a ser tan nitida tan liberadora como la vida misma. Por otro lado Mario Vargas Llosa confiere a la literatura un poder reivindicativo e integrador a través del cual los sujetos se reconocen y se liberan.




Sin la literatura seriamos menos conscientes de la importancia de la libertad. La literatura además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, por eso la literatura es reprimida con sistemas de censura para evitar que el lector intuya la posibilidad de libertad de otros mundos, de otras historias. Al principio, como la mayoría de los de su generación creyó en el marxismo como solución a los problemas de pobreza e injusticia que sufría América Latina, luego llegó la decepción con el estado soviético, los gulags, y la revolución cubana, a las democracias de Bolivia y Nicaragua las llama pseudodemocracias populistas y payasas; en cambio a la transición española la considera un modelo a seguir ¿?. En su discurso hace una mención especial a España, en concreto a sus mejores años transcurridos en Barcelona, cuando conoció a Carlos Barrall, gracias a él y a su reconocimiento, empezó a publicar y a tener lectores.




Curiosamente coincido con Vargas Llosa en dos puntos yo también recuerdo como él, el momento mágico en que empecé a juntar las letras para leer, en mi caso es de los pocos recuerdos que tengo de la infancia y por otra parte siempre quise como Vargas Llosa rehacer los finales de novelas, y de películas también; en algunos alargándolos y recrear ese sublime momento final, en otros cambiando algo. No me parece justo sufrir las desventuras de un personaje con tanta intensidad para que luego la recompensa del final, el triunfo de los buenos sobre los malos se resuelva en un santiamén, tan rápido que apenas te queda tiempo para disfrutarlo.




Vargas Llosa hace un ejercicio de autocrítica cuando se refiere a la crueldad y violencia sufrida durante la conquista y colonización de América latina. Su teoría es que la mayor parte de los que cometieron las barbaridades fueron precisamente los que se quedaron en el país colonizado, es decir, los que se mezclaron con los indigenas y criollos y por tanto, la responsabilidad es colectiva y no sólo se puede atribuir al país colonizador sinto también al colonizado.





La frase: La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura.





y esta otra: Mario, para lo único que tú sirves es para escribir.






NOTA 9