“Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su
padre lo llevó a conocer el hielo”.
La
edición que he leído es de la editorial Random House con magnificas
ilustraciones de Luisa Rivera del año 2024 y que algunas de ellas
aparecen en esta reseña.
Gabo
relata las vicisitudes de la familia Buendía a lo largo de varias
generaciones, lo mágico, las supersticiones o la soledad de los
personajes se entremezclan durante cien años en la ciudad de
Macondo. Una saga que se inicia con la boda de José Arcadio
Buendía y su prima Úrsula Iguarán.
En un duelo de honor Buendía
mata a Prudencio
Aguilar, pero su fantasma acosa al joven matrimonio al que se le aparece
constantemente.
José
Arcadio y Úrsula, junto
con unos pocos amigos y sus mujeres e
hijos, huyen
de la
ciudad y del fantasma. Craso
error porque nuestros fantasmas siempre nos acompañan
allá donde vayamos. La comitiva atraviesa
la sierra
al otro lado de la ciénaga donde
fundan la ciudad de Macondo.
Una
novela en la que los hechos fabulosos se suceden como algo normal
sin que nadie se extrañe (dice mi maridito que desde Parménides las
apariencias no son el ser, aunque todas son apariencias, las reales y
las ficticias). El patriarca Buendía vive día y noche atado a un
castaño, Rebeca lleva a cuestas el saco donde guarda los huesos de
su padre, la ascensión al cielo una tarde de marzo de Remedios, la
bella, mientras doblaba las sábanas de bramante en el jardín, o la
lluvia ininterrumpida durante cuatro años, y tantos otros sucesos
tan extraordinarios que parecen del todo improbables.
La
repetición de los nombres complica el lioso árbol genealógico de
los Buendía al que hay que acudir para poder seguir el hilo de la
historia. Y es que todos los descendientes se llaman Aureliano o José
Arcadio. Además el nombre marca el carácter del personaje. Los
Aurelianos eran retraídos, pero de mentalidad lúcida, los José
Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados por un
signo trágico.
Las mujeres pueden representar el rol tradicional, aunque también las hay que logran desafiar las normas y convenciones sociales. Úrsula
es la matriarca y el motor espiritual de la familia (como tantas
otras mujeres). Vive aproximadamente 120 años, se caracteriza por
ser una mujer práctica con fuerte carácter que trabaja para el
bienestar de toda la familia Buendía. La única cabeza pensante y
racional de la casa.
Sobre
todo “Cien años de soledad” es una obra absolutamente
maravillosa, pero no sólo por ser una obra maestra del realismo
mágico, sino de la novela en general desde El Quijote de Cervantes.
García Márquez nos imbuye en una historia desdichada con unos
personajes que han de sobrellevar la tristeza y lidiar con su propia
tragedia, pero al mismo tiempo lo narra con tal encanto que vamos de
cabeza a sumergirnos en la mágica y aislada Macondo.
Después
de muchos años de muerte, era tan intensa la añoranza de los vivos,
tan apremiante la necesidad de compañía, tan aterradora la
proximidad de la otra muerte que existía dentro de la muerte, que
Prudencio Aguilar había terminado por querer al peor de sus
enemigos.
José
Arcadio volvió, hecho un hombrazo más alto que tú y todo bordado
en punto de cruz, pero sólo vino a traer la vergüenza a nuestra
casa.
Esa
noche fue capturado cuando trataba de fugarse de Macondo, después de
escribirle una extensa carta al coronel Aureliano Buendía, en la
cual le recordaba los propósitos comunes de humanizar la guerra, y
le deseaba una victoria definitiva contra la corrupción de los
militares y las ambiciones de los políticos de ambos partidos.