LA CONJURA

domingo, 18 de diciembre de 2016

El Guardián invisible




Dolores Redondo, ha sido recientemente galardonada con el Premio Planeta. No por este libro sino por otro. Aunque yo he escogido “El guardián invisible”, novela negra, la primera de una exitosa trilogía.

La agente Amaia de homicidios, investiga una serie de asesinatos que se producen en la ciudad de Eliozondo, en Navarra, casualmente su pueblo natal, donde todavía reside parte de su familia. Es una excelente profesional, con un master en el FBI,  muy lista, lo que provoca las envidias de algunos de sus compañeros policías, que además de mezquinos son unos machistas y  no soportan estar a sus órdenes.


Hay que destacar el maniqueísmo de los personajes que son muy buenos, o rematadamente malos. Por ejemplo, la madre de la protagonista, es mala, malísima, odia a su hija hasta el extremo de intentar asesinarla en varias ocasiones; sin embargo, el marido es un escultor norteamericano, estupendísimo él, muy comprensivo y con más paciencia que el santo Job.


La autora recurre a frases manidas y clichés propios de la novela negra. El caso se presenta difícil, pero nuestra detective   "de manera muy sutil casi podía oír los engranajes del caso, girando, encajando, arrastrando en su lento movimiento cientos de pequeñas piezas  que encajaban a su vez en otras tantas, haciendo que todo cobrase sentido, como si en su avance fuera apartando velos de niebla que hubiera tenido ante los ojos" .

En esta historia hay un momento de inflexión. Un momento de duda, ¡vaya por Dios! Amaia, tiene una DUDA EXISTENCIAL. La cosa no le cuadra, está atascada y no sabe por dónde seguir. Entonces, llama por teléfono a su profesor del FBI, en Nueva Orleans, y éste cual maestro budista (también con ciertos ribetes Poirotianos) le dice:

"Me has dado un montón de datos, has realizado un perfil del sujeto como lo haría cualquier investigador del FBI y has avanzado en la investigación paso a paso Pero no te he oído decirme qué sientes en las tripas, inspectora, qué te dice el instinto, ¿cómo lo percibes? ¿Está cerca? ¿Está enfermo? ¿Tiene miedo? ¿Dónde vive? [...]Si te parases a pensarlo podrías contestar a todas estas preguntas y a muchas más…"

Tras el impulso de estas sabias palabras, Amaia acabará resolviendo el misterio. El asesino es descubierto y apresado, lo que supone dejar bien clarito su valía profesional y acallar las bocas de aquellos que la cuestionaron.

Lo siento, pero no me ha gustado.

Dejo, sin embargo, un trocito de la descripción de un bosque navarro, pues me fascinan estos paisajes tan bucólicos

Condujeron siguiendo la margen del río y después ascendieron hasta desembocar en una inmensa pradera que se extendía hasta el bosque de hayas que bordeaba el río y la ladera del monte  [] Sólo el rumor del Baztán rompía el silencio del paisaje [] Un giro más y desembocaron en una planicie abalconada cubierta de hierba rala y líquenes amarillos que lo tapizaban todo.
















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