LA CONJURA

sábado, 29 de enero de 2022

UNA VILLA EN FLORENCIA

 

De William Somerset Maugham




Mary Panton es una viuda inglesa que se hospeda en una villa del siglo XVI de Florencia. Ambiente bello y sosegado, entre árboles, senderos de hierba, setos de boj recortados y vistas soberbias de la ciudad toscana. La joven viuda pasa las vacaciones allí mientras decide si aceptar o no la oferta de matrimonio de sir Edgar Swift, caballero comendador de la Orden inglesa de “La Estrella de la India”. Pero en medio de esta cadena de razonamientos previas a la decisión se cruzan dos pretendientes más: un joven de semblante trágico y enigmático, y otro peor, el desalmado pero irresistible Rowley. Complica la decisión el que ella es joven y atractiva. Además Florencia, como siempre, tiene esa luz desbordante que ya cantara Goethe:


¿Conoces el país donde florece el limonero,

centellean las naranjas doradas entre el follaje oscuro,

una suave brisa sopla bajo el cielo azul,

y hallar se puede al silencioso mirto y al alto laurel?

¿Lo conoces acaso?

¡Hacia allí, hacia allí

quisiera yo ponerme en camino junto a ti, amado mío!


Mary se echó en una tumbona de mimbre y le pidió a Nina, la doncella, que sirviera el té. Otra tumbona esperaba al visitante. No había una sola nube y bajo el cielo, a lo lejos, bañaba la ciudad el resplandor claro y tenue de la tarde de junio. Oyó llegar un coche.










domingo, 23 de enero de 2022

LA BESTIA

 



Corre el año 1834 en Madrid cuando “La Bestia” asesina a niñas y las desmembra, dejándolas tiradas en las calles de los suburbios de la ciudad. Como en “ El triunfo de la muerte” de Bruegel el Viejo (cuadro que cita el libro) un ejército de esqueletos arrasa en medio de una pandemia de cólera, y hambruna, con sociedades secretas, siniestras, y una guerra incivil abierta entre españoles carlistas y españoles isabelinos.


Dos huérfanas, un policía tuerto, un periodista, un burdel, una aristócrata, y un soldado carlista disfrazado de fraile, son los protagonistas claves en esta historia novelada. Carmen Mola ha ganado el Premio Planeta 2021, y con ello se ha descubierto su verdadera triple identidad masculina. Pero la trama es enrevesada y apenas se sustenta, por lo menos para un premio tan sustancioso.


Muchas muertes, algunas de ellas inesperadas, y una persona muy mala, malísima, yo diría que psicópata, cuya identidad se puede adivinar nada más aparecer en la narración; en un entorno de desastres, epidemias y guerras. La novela nos remite a un problema moral fundamental: ¿el fin justifica los medios? La libertad política no justifica cualquier medio bestial.


La relación con los sucesos en la pandemia de 2020 es evidente. Los negacionistas del virus de Covid 19 o conspiranoicos de chips en las vacunas coinciden con los carlistas de la novela y con el pueblo ignorante y los liberales isabelinos con el gobierno de coalición Psoe-Podemos.




Pero sus prioridades ahora son otras. Ahora quiere luchar por Lucía, Clara y las otras niñas atrapadas por los maestros de los carbonarios. Eso es algo mucho más real que nada que haya hecho en su vida. Morir en el frente, al lado de Zumalacárregui, habría sido absurdo. Morir por esas niñas no lo es, haya o no haya Dios esperando al otro lado.


No, se murieron tanto él como los niños. Eran supercherías medievales, la gente se creía cualquier cosa.

Los cuentos no pasan nunca de moda, doctor. La gente los necesita.


Diego no sabe cómo consolar a esa mujer. ¿Tendrá que volver cuando encuentren a su hija desmembrada? Madrid, la ciudad que nunca pregunta a nadie de dónde viene, se ha convertido en una locura.




lunes, 3 de enero de 2022

HUMO

 



Todo lo que erigimos los humanos es una anomalía en la naturaleza, que tiende a absorberlo y devorarlo. Con esta premisa, el autor, José Ovejero, nos muestra la supervivencia de una mujer, un niño y una gata en una cabaña rodeada de árboles. No sabemos quienes son ellos, ni lo que les ha ocurrido. Ni siquiera conocemos sus nombres, si tienen familia o no, ni lo que, mientras tanto, le ha ocurrido a la humanidad. El niño se llama niño, la mujer, mujer y el hombre, hombre. Tan sólo una gatita tiene nombre Miss Daisy. La naturaleza o el tiempo no entiende de nombres propios.


El presente es desolador, quieren sobrevivir pero la tierra se ha vuelto yerma, están hambrientos, doloridos, aislados, y el prójimo es el enemigo. El pasado es impreciso, viven de presencias que ya son ausencias, sin memoria alguna...¿estamos en el fin del mundo?


Es una novela corta (144 páginas), muy bien escrita, buen ritmo, y tensión narrativa, con un lenguaje trabajado, descarnado, que hace saltar las lágrimas de tristeza. Me lo recomendó mi maridito.


A pesar de todo hay en mi vida momentos de felicidad. No quiero decir únicamente de tranquilidad o ausencia de miedo. Es mucho más o mucho mejor que eso. Cuando corto leña para la chimenea con el hacha pequeña que me regaló el hombre y parto la madera de un solo golpe.


Puede que renunciar al ternero sea una renuncia a sobrevivir. Y sin embargo respiro tranquila, en paz. Elegir lo que no es razonable, ceder a un capricho, aunque no sea el mío, me hace sentirme dueña de mi vida. No es algo que pueda decir muchas veces.


Había nostalgia en su voz y en sus miradas demasiado insistentes, y yo he aprendido a huir de los hombres nostálgicos; quieren rehacer contigo aquello en lo que ya fracasaron. Esperan que seas la sutura de una herida que no has abierto que no has abierto que no has abierto tú.


Sólo comida. Mejor, claro, que adornos o recuerdos o iconos, pero es difícil vivir en un lugar sin memoria alguna. Sin narración.


No sé que abejas monstruosas saldrán de este desvío que ha tomado la naturaleza. Aunque supongo que todo ser vivo es un monstruo si no estás acostumbrado a él. ¿No es monstruoso tener ojos, tener dientes, tener aparato reproductor?


No estoy segura de que corramos menos riesgo de morir si nos marchamos que permaneciendo en la cabaña. Pero al menos acabaríamos con esta espera insoportable, tendríamos la sensación de tomar el destino en nuestras manos, por grandilocuente que suene.


Desconfío de la ayuda de los extraños. Siempre esperan más de lo que dan.


He aprendido que cuando abres tus límites se te instalan dentro y se adueñan del territorio. Nadie se resigna a estar sólo de visita.


Con sólo parpadear el mundo cambia. Ni siquiera te das cuenta de lo que has hecho pero de pronto ya no conoces la realidad. Lo que estaba ha dejado de existir, un elemento extraño entra en la imagen y todo aquello que la rodea cambia de significado.

domingo, 2 de enero de 2022

SIRA

 



Animada por “El tiempo entre costuras” de María Dueñas comencé con su otro libro “Sira” que no pretende ser otra cosa que la continuación del anterior tiempo de lectura. En esta segunda parte, la autora cambia el apellido a la protagonista. La antes conocida como Sira Quiroga es ahora Sira Bonnard.

La modista y espía de los servicios secretos ingleses de aquellos tiempos se reinventa como periodista y reportera radiofónica. Es la nueva estrella de una novela histórica y sentimental. Hasta aquí todo bien. Previsible. Pero falta la sólida historia interna del personaje de la primera parte.

Al cabo de la II Guerra Mundial y en medio de hechos históricos que marcaron una época, como el atentado al Hotel Rey David en Jerusalén o el viaje de Eva Perón a España, aparece la nueva Sira: una mujer estilosa y cosmopolita. Más segura de sí misma. Pero ya está. No hay narración envolvente y la historia de esta segunda parte de “El tiempo entre costuras” es un tanto errática y forzada, y no termina de despegar. La lectura se hace lenta, falta el aliciente, la chispa; es decir, la historia envolvente que sí tuvo “El tiempo entre costuras” y de la que carece “Sira”


En cualquier momento del día o la noche sobresaltaba una ráfaga de tiros o el estallido de una granada. Los ataques contra edificios oficiales se repetían también con incesante frecuencia, cada pocos días se sabia de un nuevo sabotaje, otra emboscada, otra ofensiva o el enésimo robo de munición y armas.