LA CONJURA

viernes, 19 de agosto de 2022

LA SEÑORA MARCH

 



LA SEÑORA MARCH 


Ni por asomo esta novela recuerda a las de Patricia Highsmith como dice alguna crítica, “ni por allá arrimao”. Muy al contrario, es un texto lleno de clichés, pesado, sin apenas interés. Me parece que su éxito radica en el marketing que ha tenido, más que en la calidad literaria.


Hay una excepción a esto que digo y es al principio de la novela: un par de páginas interesantes, cuando la Señora March se dirige por la mañana a su pastelería favorita a comprar pan de aceitunas. Es el momento en que la dependienta le insinúa que la protagonista del nuevo libro de su marido (que es un célebre escritor y ha escrito una novela con una odiosa protagonista) está inspirada en ella.


A partir de ese momento todo su mundo se derrumba.


¡Qué lástima que con este gran principio, que parece una buena idea, la autora no haya desarrollado una buena historia!


Los hechos de la Señora March hay que interpretarlos, en medio de un retrato de una sociedad hipócrita, de fiestas y reuniones interesadas de la clase media-alta americana, con una protagonista insegura y envidiosa, que lejos de ser la heroína de un thriller adictivo, se la ve venir cada vez más perturbada.


Por lo demás, a mí esta lectura me ha resultado exasperante, demasiado texto sin decir nada, como si se tratase de rellenar páginas y páginas, con subtramas que no tienen nada que ver con el relato principal y que no se resuelven.



Ahora, en la cola de la pastelería, miró los guantes de cabritilla que acababa de quitarse, y luego se miró las uñas, y quedó consternada al ver que las tenía secas y partidas. Volvió a ponerse los guantes y, al levantar la cabeza, se dio cuenta de que alguien se le había colado.