LA CONJURA

jueves, 2 de febrero de 2017

REY DE PICAS



“Rey de picas” es una novela de suspense, lo que ahora llaman THRILLER PSICOLÓGICO. Dicen que está muy bien, eso he leído en varios blogspot de literatura; que es una novela breve pero intensa. Y así es, ha resultado ser una estupenda novela que se lee bien, de ritmo ágil, y si es el caso y uno tiene tiempo e interés se puede leer en un día o en un par de tardes. Joyce Carol Oates ESCRIBE BIEN.  Pero…

ARGUMENTO: Andrew J. Rush es un escritor de renombre, una especie de Stephen King refinado, caballeroso y amable; un hombre exitoso, casado, con tres hijos mayores y una mujer culta y comprensiva, que lleva una existencia acomodada en una magnífica casa, una vieja granja restaurada gracias a los éxitos cosechados en sus novelas. Andrew J. Rush es un hombre que, en apariencia, lo tiene todo.

Sin embargo, bajo el pseudónimo Rey de Picas y sin que su familia ni nadie lo sepa, escribe otro tipo de novelas más violentas. La parte más perversa del escritor se desarrolla a través de su otro yo, como si fuese un Mr. Hyde. Conforme avanzamos en la lectura conocemos su oscura personalidad, la doble vida que lleva; las madrugadas en vela escribiendo como Rey de Picas, sus reflexiones soeces, su prosa, el alcohol …

Una anciana lo acusa de plagio, algo inaudito sin visos de llegar a ninguna parte, de hecho, el juez rechaza la demanda. Pero este hecho mina la existencia emocional del protagonista, el personaje evoluciona, aflorando cada vez más la voz perversa de “El Rey de Picas” en su interior,, a la vez que siente una fatal atracción por la anciana. La lectura se vuelve vertiginosa, manteniendo en todo momento el interés.


                              Joyce Carol Oates

Dicen que la novela está muy bien construida. No sé. Hay algunos flecos que quedan sin resolver. Cosas que sólo se pueden entender por la enfermedad y locura del protagonista. Pero claro, eso es trampa. Yo escribo una novela y luego, lo que no puedo explicar se lo achaco a la locura del protagonista. Eso no vale. El Quijote también estaba loco y todas sus aventuras tienen una explicación lógica.

Por lo demás bien.
Había otro cajón, de mayores dimensiones, repleto de carpetas de papel de manila con páginas mecanografiadas, esbozos, bosquejos; dibujos a pluma, fotos de familia, recortes de periódico. Un olor húmedo a la seta venenosa del fracaso más deplorable se escapó de aquel cajón, mareándome. Lo cerré lo más deprisa que pude.


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