“Rey de picas” es una novela de suspense, lo que ahora
llaman THRILLER PSICOLÓGICO. Dicen que está muy bien, eso he leído en varios blogspot
de literatura; que es una novela breve pero intensa. Y así es, ha resultado ser una estupenda novela que se lee bien, de ritmo ágil, y si es el caso y uno tiene tiempo e
interés se puede leer en un día o en un par de tardes. Joyce Carol Oates
ESCRIBE BIEN. Pero…
ARGUMENTO: Andrew J. Rush es un escritor
de renombre, una especie de Stephen King refinado, caballeroso y amable; un
hombre exitoso, casado, con tres hijos mayores y una mujer culta y comprensiva,
que lleva una existencia acomodada en una magnífica casa, una vieja granja
restaurada gracias a los éxitos cosechados en sus novelas. Andrew J. Rush es un
hombre que, en apariencia, lo tiene todo.
Sin embargo, bajo el pseudónimo Rey de
Picas y sin que su familia ni nadie lo sepa, escribe otro tipo de novelas
más violentas. La parte más perversa del escritor se desarrolla a través de su
otro yo, como si fuese un Mr. Hyde. Conforme avanzamos en la lectura conocemos
su oscura personalidad, la doble vida que lleva; las madrugadas en vela
escribiendo como Rey de Picas, sus reflexiones soeces, su prosa, el alcohol …
Una anciana lo acusa de plagio, algo
inaudito sin visos de llegar a ninguna parte, de hecho, el juez rechaza la
demanda. Pero este hecho mina la existencia emocional del protagonista, el
personaje evoluciona, aflorando cada vez más la voz perversa de “El Rey de Picas” en su interior,, a la vez que siente una fatal atracción por la
anciana. La lectura se vuelve vertiginosa, manteniendo en todo momento el
interés.
Joyce Carol Oates
Dicen que la novela está muy bien construida. No sé.
Hay algunos flecos que quedan sin resolver. Cosas que sólo se pueden entender
por la enfermedad y locura del protagonista. Pero claro, eso es trampa. Yo
escribo una novela y luego, lo que no puedo explicar se lo achaco a la locura
del protagonista. Eso no vale. El Quijote también estaba loco y todas sus
aventuras tienen una explicación lógica.
Por lo demás bien.
Había otro cajón, de mayores dimensiones, repleto de carpetas de papel de manila con páginas mecanografiadas, esbozos, bosquejos; dibujos a pluma, fotos de familia, recortes de periódico. Un olor húmedo a la seta venenosa del fracaso más deplorable se escapó de aquel cajón, mareándome. Lo cerré lo más deprisa que pude.
No hay comentarios :
Publicar un comentario