De: PAULA HAWKINS
No me ha gustado este libro. Pero nada, nada, de nada. A punto he estado de
abandonar la lectura, y no lo he hecho porque quería saber quién era el
asesino. Tenía interés en ver cómo la autora resolvía el misterio de las tres
mujeres ahogadas/asesinadas en un río. Y cuando lo he descubierto ha sido
todavía peor.
Puff.
El caso es que me gustó su anterior novela: “La chica del tren”. Que
sí, que era un best seller, para pasar el tiempo y tal, pero aquél primer libro
me enganchó desde el principio, fue de lectura trepidante y lo pasé muy bien
leyéndolo. ¿Qué más se puede pedir a este tipo de lecturas?
“Escrito en el agua” le falta ritmo e interés. El perfil de los
personajes es artificial, sus vidas son demasiado complejas y lo que es más
grave, sin interés, melodramáticas, hasta conseguir el aburrimiento. La autora
da vueltas y vueltas para rellenar páginas, con una sorpresa final, que guarda
en la última página y que, a pesar de ser enrevesada, es demasiado obvia y,
encima, mal explicada, ¿Qué motivación había? ¿Fue un arrebato, planeado, o un
accidente? No lo sé.
Nel Abbott muere en extrañas circunstancias. Si bien la versión
oficial es que se ahogó en el río, es extraño puesto que ella fue una gran
nadadora. Su hermana, Jules, con la que no se habla desde hace años, regresa al
pueblo de su infancia para hacerse cargo de su sobrina, ahora huérfana.
He reconocido en ella algo que sé que yo también tenía, algo que quizá todo el mundo tiene a esa edad: una inaccesibilidad esencial. Te recuerdo a ti con diecisiete y a mí con trece y estoy segura de que nuestros padres no tenían ni idea de quiénes éramos.
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