
Premio Logroño de Narrativa
A
la urbanización de Altorreal de Murcia, habitada por familias de
clase media alta murciana, muchas de ellas religiosas, de las que se confiesan, llega Helen, una mujer estilosa y perturbadora, cuyo
principal negocio consiste en chantajear a financieros, políticos y
gente con nivel adquisitivo alto; lo hace a través de una red o “web”
de secretos inconfesables, que ella obtiene hilando poco a poco como malla de araña.
En
unos pocos días predispone a la mitad de los vecinos de la elegante
urbanización contra los otros, sabe manipular para obtener
información y luego utilizarla a su favor.
La
idea es buena. ¿Hasta dónde llegaríamos por preservar nuestros
secretos? Bueno, es el poder de la información y no sólo para las
altas esferas sino también para cualquier ciudadano de a pie.
Pero
el autor no ha sabido sacarle partido a
la idea inicial que me
parece muy original, la narración es demasiado larga y repetitiva,
(podríamos decir que
la historia se le ha
partido, roto), estilísticamente plana, resultando así una novela
extensa y piscinera.
De lectura ágil, válida si se quiere pasar el rato.
Sale de la calle privada de Los Cipreses y se encamina hacia la Avenida del Golf para bajar hasta la gasolinera. ¿Qué ha querido insinuar su vecina? ¿Lo sabe? ¿La ha amenazado de algún modo? Golpea el volante fuera de sí y maldice su suerte. Ahora que se había quedado tranquila con respecto a la actitud de Juan Luís, aparece esa arpía, Helen, insinuando que lo sabe todo.
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