LA CONJURA

viernes, 1 de noviembre de 2019

LA SUSTANCIA DEL MAL






El mal es la ausencia de bien, la mala novela, la ausencia de una ficción articulada y creíble. Esta novela no es creíble y su ficción no es coherente. Sus personajes hacen naufragar el relato cruel y disparatado. El relato empieza con rodeos, continúa flojo, y para cuando llega al final, parece poco creíble. 

El protagonista, Jeremiah Salinger, se obsesiona con un triple crimen cometido hace años en un pueblo de los Alpes italianos. Muchos personajes, a veces uno se pierde, y al final, un par de giros en la historia. Será el libro más vendido en su momento en Italia y un fenómeno editorial sin precedentes (según la solapa), pero a mí me parece un producto de Marketing.

Lo mejor es la ilustración de la portada que, si nos fijamos, guarda una sorpresa en sus montañas.


 Eran buenos chicos, ¿sabes?—dijo Werner, tras superar un pino partido por la mitad por un rayo—Los tres habían nacido aquí. Evi y Markus eran hermanos. Ella era la mayor. Una chica guapa. Muy desgriada, sin embargo.¿Por qué?
La enfermedad de Tirol del Sur, Jeremiah, ¿la conoces?
No...—balbucí—No tengo ni idea.
El alcohol.



Caminar significa imaginar. Cada rincón, un misterio; cada edificio, una aventura. En mi cabeza todo se convertía en algo brillante, como en una película.


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