LA CONJURA

martes, 12 de julio de 2011

MUERTE EN LA FENICE

Muerte en La Fenice. Donna Leon







El famoso director de orquesta, Helmut Wellaeur, es encontrado muerto en su camerino en un descanso de la Traviata en la Fenice. Los análisis del café demuestran que ha sido envenenado con cianuro. Guido Brunetti se enfrenta a un caso difícil no tanto por la dificultad de encontrar al culpable y esclarecer los hechos sino por las consecuencias éticas y morales que se derivan de su resolución. Éste es el primer libro de la saga del comisario veneciano que comienza nada menos que con una muerte en el teatro la Fenice. Son varios los sospechosos que tuvieron oportunidad para asesinarlo y más todavía los que hubiesen querido hacerlo a lo largo de su vida, y es que la víctima era una persona sin escrúpulos capaz de cualquier fechoría: desde pederasta y violador hasta homófobo y con un pasado nazi. ¡Vamos una joya!.

Todos tenían razones para matarlo; la soprano Flavia Petrelli o su amiga amante y arquéologa B. Lynch, el barítono Francesco Dardi, el tenor Echeveste, la propia mujer, su criada, sus antiguas amantes (las tres hermanas C), y todos aquellos enemigos que se fue asegurando Wellaeur en su deplorable existencia.

Bueno, no está mal. Para pasar el rato; el interés radica en las calles de Venecia, en los puentes y sus canales, en el acqua alta, en suma, en todo aquello que nos recuerda a Venecia. Sin más.

La frase: ¿Por qué quiere saberlo? ¿Qué importa ya? Él ha muerto. Ellas han muerto. Todos han muerto.

Puntuación: 6

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