LA CONJURA

domingo, 13 de noviembre de 2011

LA FILOSOFÍA SUBE A LOS ALTARES





LA FILOSOFÍA SUBE A LOS ALTARES. SAN AGUSTÍN, SANTO TOMÁS DE AQUINO, SEVERINO BOECIO, AVERROES, MAIMÓNIDES. RAIMUNDIO LULIO, GUILLERMO DE OCCAM.

Desde sus comienzos, la filosofía ha sido una empresa fundamentalmente racional. Lo que hizo que los filósofos en la época cristiana y medieval tuvieran que afrontar un nuevo problema: ¿Es compatible la fe con la razón?. La fe consiste en creer lo que dicen los textos sagrados aunque sean contrarios a la experiencia racional.

Los pensadores cristianos tenían fe pero no querían renunciar a la razón: de modo que su problema era intentar explicar cómo la una podía conciliarse con la otra.

Aurelio Agustín fue el primer gran filósofo del cristianismo. Nació en Túnez y tras estudiar en Milán llegó a ser obispo de Hipona.

Por cierto hablando de obispos acabo de enterarme – me lo dijo Antonio- que para ser cardenal – jerárquicamente superior al obispo y requisito para ser Papa- no es necesario ser cura, es decir, creer en Dios uno y trino. Extraño ¿no?... Será por aquello de que San Pedro negó tres veces conocer a Dios…por lo que para qué poner el requisito de creer en Dios al sucesor de San Pedro…

Bueno, pues Agustín a los treinta años abandona la pasión sexual, los estudios clásicos y con ellos a su maestro Cicerón y se dedica a la defensa de la fe cristiana. “Yo deseo conocer a Dios y al alma”, dice.

Dios es la respuesta a las más hondas y definitivas cuestiones que nos planteamos en la vida. La razón es un instrumento útil para buscar en nuestro interior que es donde encontraremos a Dios.

Confesiones es una autobiografía moral e intelectual en la que plantea el tema del tiempo. El único tiempo real es el presente, porque el pasado es el presente que fue y que recordamos y el futuro es el presente que esperamos o proyectamos.

Mantuvo feroces polémicas contra diversas herejías surgidas en el seno de la fe. Una de ellas era el maniqueísmo, que se inspiraba en antiguas creencias orientales sobre que hay un dios del mal y otro del bien. En opinión de Agustín este dualismo menoscaba la omnipotencia divina y todo lo que existe es bueno porque lo ha creado el Supremo Bien.

Agustín también polemizó con los pelagianos seguidores del maestro Pelagio, que enseñaba la posibilidad de que los hombres se salvasen por su esfuerzo moral y realizando buenas obras. Esta teoría tenía un peligro pues concedía demasiada fuerza y autonomía al hombre y convertía en innecesaria tanta intervención y mediación de la iglesia y sus clérigos. No, No, el hombre haga lo que haga, sea bueno o malo al final siempre estará condenado por la actuación de sus antepasados Adán y Eva. Es el asunto del pecado original…

La obra más famosa de Agustín es La ciudad de Dios. Sostiene San Agustín en este libro que existen dos ciudades: La de Dios y la de los hombres. En la ciudad de los hombres prevalece el deseo y el placer y en la de Dios están aquellos que renuncian al pecado y reciben su gracia. En realidad es la primera Teología o Filosofía de la Historia de la Humanidad.

Hace dos veranos viajábamos por el norte de Italia con nuestro Mercedes clase B y paramos en Pavia. Descubrimos que allí está enterrado San Agustín. Tengo una magnifica foto de un parque con la estatua de un perro cerca de donde está enterrado.

Severino Boecio, otro cura, es autor de una de las obras más hermosas del pensamiento posterior a la caída del Imperio romano, “La consolación de la filosofía”.

Fue ministro de Teodorico, un rey godo que ocupó en Roma el lugar de los antiguos emperadores. Perdió el favor de Teodorico y fue condenado a muerte. Mientras estaba en la cárcel y además esperando su ejecución escribió la obra mencionada.

Los males de este mundo, mundo que es imperfecto, demuestran que debe existir un modelo perfecto—algo así como la idea platónica—al que debemos aspirar y que es lo que llamamos Dios.

Quien comprende este modelo por medio de la filosofía es feliz aunque esté en una mazmorra, porque se convierte él mismo en cierto modo en un dios por participar en la divinidad suprema.

No hay mayor fuerza que la de los hombres virtuosos. En los sabios no hay cabida para el odio.

Pero los teólogos católicos no son los únicos en hacer filosofía:

Los pensadores musulmanes y judíos más importantes de su época fueron Averroes y Maimónides.

Ambos coincidían en que razón y fe no juegan en campos opuestos, es decir, que son del mismo equipo; algo así, como Iniesta y Messi jugando en el BarÇa. ;-)

El aristotélico Averroes opinaba que el ser, es decir, el conjunto definitivo y dinámico de lo que hay, existe necesariamente y por tanto no puede no existir: o sea, que el Universo es eterno y Alá también. Alá es el Ser Necesario y los demás somos contingentes, como todo el mundo sabe, pero el Mundo es también necesario como Alá.

Los humanos actuamos con cierto grado de libertad de elección pero nuestras opciones deben someterse a las determinaciones del resto de lo que hay.

Maimónides, judío, en su obra Guía de perplejos busca demostrar la compatibilidad entre la Biblia y la filosofía clásica.

Él cree, en contra de Averroes, que el Universo es contingente, pudiera haber existido o no, y que podría ser de este modo o de algún otro. Jehová es su creador y lo ha extraído de la nada por un acto libre.

Santo Tomás de Aquino, dominico católico, enseñó filosofía y teología en la universidad de París y sostuvo, como Averroes y Maimónides (a los que había estudiado) que la fe y la razón eran compatibles aunque estableció una jerarquía:

La razón arriba y la fe abajo.

Que no, que no… que era broma,

Primero la fe y por debajo la razón, como era de esperar.


Adaptó las principales teorías de Aristóteles de modo que sirviesen como justificación a los principios del cristianismo católico.

En caso de duda prevalecía la fe. A pesar de ello, en general, mantuvo las posturas más sensatas y razonables, de ahí que mi maridito explique en sus clases siempre al Buey taciturno respecto al “juerguista “ de Agustín.

Dios es y los humanos somos, concluye Santo Tomás de Aquino.

Dios es de modo necesario y nosotros somos de manera contingente, fundada en la voluntad divina.

Pero además en su Suma teológica, Santo Tomás buscó pruebas racionales de la existencia de Dios. Enunció cinco vías:

1ª.- Todo lo que se mueve debe ser movido por otro hasta llegar a algo que se mueva por si mismo. Una vía aristotélica y movida.

2ª.-Todo lo que tiene causa nos remite de una a otra causa hasta Algo incausado, que todos entienden por Dios. Q.E.D.

3ª.- Todo lo que puede existir o no existir recibe su existencia de Algo más necesario hasta llegar al Ser necesario, que es Dios. Q.E.D.

4ª - Todas las perfecciones relativas que conocemos—más o menos sabio, más o menos fuerte—exigen Algo que sea perfecto en grado sumo, que es …..Dios ¡!

5ª- Todas las cosas naturales están orientadas por su constitución hacia un fin que debe haber sido determinado por Algo inteligente que las ordena, quién? …..sí ¡ Dios ¡!

Por lo que Dios existe y así lo demuestra la razón…pero ya lo dijo el mismo Dios en la Biblia: “ Yo existo” y “ Soy el que soy”. Y, además, el mal en el mundo es ausencia de bien, por lo que no es cosa de Dios.

Raimundio Lulio, nacido en Palma de Mallorca – pero en la Edad Media y no en la época de los hipis—entendía que la fe no se oponía a la razón sino que le prestaba el necesario vuelo metafísico para llegar hasta la divinidad. Su aportación más original pertenece a la lógica o Ars magna y consistía en que la lógica no sólo servía para establecer la validez de los razonamientos sino también para inventar, por juego de combinaciones, razonamientos nuevos que inaugurasen verdades inéditas.

Para Guillermo de Occam el origen de todo conocimiento humano es la experiencia. La fe sigue su camino y la razón el suyo. Si queremos aumentar nuestro conocimiento debemos hacerlo a partir de lo que comprobamos empíricamente.

Quiso liberar a la Iglesia del Estado y al Estado de la Iglesia. Con él empieza realmente un nuevo mundo filosófico y político, además de la Ciencia moderna ¡!

La Edad Media estaba llena de mentes brillantes a pesar de que pensaban que la Tierra era el centro del universo y el sol daba vueltas alrededor de ella pues en ella estábamos los seres humanos, creación a imagen y semejanza de Él, es decir, Dios, que no Berlusconi.

1 comentario :

  1. Muy buena ésta página. La verdad, es que me ayudó bastante con mi tarea. Gracias.

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