De: Joël Dicker
Marcus Goldman es un joven escritor que alcanza el éxito, dinero, popularidad y
prestigio, tras la publicación de su primer libro. Ahora
tiene que cumplir los plazos con su editor y escribir la que será su segunda novela pero las
musas no le acompañan y se enfrenta al terror de
la página
en blanco. Para inspirarse decide
visitar a su maestro y amigo Harry
Quebert en la pequeña ciudad de Aurora en New Hampshire, allí tiene una cabaña frente al lago o al océano--ya ni recuerdo y lo mismo
da pues como es sabido todos los escritores y artistas estadounidenses tienen
una cabaña
frente al lago--.
Fue Harry Quebert, su profesor de literatura en la Universidad ,
quien ayudó al protagonista en sus
principios como estudiante de literatura y joven autor. Es entonces cuando descubre que su maestro, Harry Quebert,
estuvo enamorado hace más treinta años de una joven de quince años. La joven es encontrada
muerta acusando a Harry Quebert del asesinato.
Pues ya está, tenemos la excusa perfecta para buscar al verdadero culpable en un thriller de más de seiscientas páginas. Podría ser una buena lectura a la orilla de la playa, bajo la
sombrilla y al resguardo del sol con bronceador del cincuenta, pero a mí no me gusta demasiado, es decir, está bien, pero sólo para ponerle un aprobado (a
pesar de que tenga el Goncourt). Se me
ha hecho lento, pesado, pesadísimo...
Con distintos planos narrativos: año 2008 en que se narra la
novela y el pasado en los años 1975 y
1998; dicen también que con giros sorpresivos en la trama, aunque yo no veo
tales giros, al contrario, el lector conocedor de la novela negra estará atento y acostumbrado a las trampas de este género no sería de extrañar que descubriese quien es el asesino. Desde
luego prefiero a Agatha Cristie.
Una mezcla de Lolita o de
Beautiful Girl, (eso sí que era una historia de amor entre la jovencísima Natalie Portman Y Timothy
Hutton) con reminiscencias de "Los hombres que no amaban a las
mujeres" sin llegar ni a su altura ni calidad.
Había enloquecido de
amor por una chica de quince años
!!
Muchos tópicos, por ejemplo el escritor que logra la inspiración en una cabaña frente al lago y en escasas semanas redacta un magnifico
libro que se rifaran las editoriales y que será el canon de obras principales
en el siglo XX y venideros.
Le cogió de la mano y le
instaló
en la terraza. Le trajo sus folios, sus cuadernos, sus bolígrafos. Hizo café, puso un disco de ópera y abrió las ventanas
del salón
para que lo oyese bien. Sabía
que la música
le ayudaba a concentrarse. Poco a poco, él
recuperó
la calma y se puso a la tarea de empezar de nuevo; escribir una novela de amor,
como si su historia con Nola fuese posible. Escribió durante dos
horas largas, las palabras venían
por sí
mismas, las frases se dibujaban con perfección,
naturalmente, brotando de su bolígrafo,
que bailaba sobre el papel. Por primera vez desde que estaba allí, tuvo la
impresión
de que su novela estaba realmente empezando a nacer.
Sin embargo, los diálogos del
protagonista con su madre son graciosos y para mí lo
mejor del libro. Apostaría a que son reales.
Hay frases interesantes acerca del oficio de
escribir:
Escriba porque es el único
medio para usted de hacer de esa minúscula
cosa insignificante que llamamos vida
una experiencia válida
y gratificante.
Un buen libro, Marcus, no se
mide sólo
por sus últimas
palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras precedentes.
Apenas medio segundo después
de haber terminado el libro, tras haber leído
la última
palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte sentimiento; durante un
instante, sólo
debe pensar en todo lo que acaba de leer, mirar la portada y sonreír con un gramo
de tristeza porque va a echar de menos a todos los personajes. Un buen libro,
Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar.
La vida es como una carrera a
pie, Marcus: siempre habrá
gente más
rápida
o más
lenta que usted. Todo lo que cuenta al final es la voluntad que ha puesto en
recorrer el camino.
Y la mejor cita. La que muchos deberían y deberíamos tener en cuenta. Para
escritores, poetas, y filósofos, para todos ellos vale:
¿Y
cómo
sabe uno que es escritor , Harry?
Nadie sabe que es escritor.
Son los demás
los que se lo dicen.
Dos de los personajes son los homicidas y asesinos, pero no diré sus números de placa.
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