El pasado fin de semana la familia Larios
(entre los que figuro) viajó a Yecla a visitar las bodegas Castaño y, de paso,
conocer un poco mejor la ciudad. Fue una agradabilísima excursión, sin ninguna
pretensión más que pasar el día, comer y ver algo diferente.
En la bodega nos recibió la guía que
tiene el papel muy aprendidito de repetirlo una y otra vez. Nos explicó la
elaboración del vino tinto y blanco, y nos dio una charla sobre las bondades de
la uva monastrell y los vinos de Yecla
en general.
Entre sus productos estrella está el vino
“Solanera” considerado por la guía
del enólogo Robert Parker uno de los
mejores del mundo, en relación calidad precio. Lo probamos debidamente y estaba
buenísimo. Yo no entiendo mucho de vinos y no he hecho ningún cursillo de cata, pero mi paladar y mi estómago son muy exquisitos en
ese sentido. Si el vino es malo, mi estómago arde.
Lo curioso del caso es que el noventa por
ciento de la producción la exportan a Canada, EEUU, y a otros países. La guía
comentaba orgullosa que tímidamente empiezan a venderle a China… Sólo el diez por
ciento de la producción queda en España, y es muy difícil encontrarlo
distribuido en nuestros propios comercios, quizás, dijo la guía, se pueda
comprar en tiendas gourmet. Es una lástima.
Después de comer, subimos al castillo y
callejeamos hasta llegar a la iglesia vieja y luego a la nueva, la Basílica de
la Purísima, con su cúpula blanquiazul emergiendo sobre el conjunto de tejados.
En las calles del casco antiguo, colgando
de sus muros solemnes, vemos varias placas conmemorativas con fragmentos de Azorin hablando de Yecla. El escritor vivió
allí durante ocho años. En esta ciudad
poética y mística…
Yo amo a Yecla, este buen pueblo de labriegos…Los veo amar, amar la tierra. Y tienen una fe enorme, la fe de los antiguos místicos… Esta es la vieja España, legendaria, heroica…
Aquí sentí que por primera vez entraba en mi alma una ráfaga de honda poesía […] aquí se formó mi gravedad castellana […] es donde pasé los ocho mejores años de mi vida.
Aquí estoy con mi Azorin particular.
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