Desde hace algunos días tenía en mente escribir esta entrada sobre un mirlo que todas las mañanas se posa en mi ventana. El ave llega cantando, come pienso de nuestros gatos y luego alza el vuelo hacia el pino de enfrente, donde vive con su compañera a la que lleva alimento. El caso es que Mariplatónica, que no deja de sorprenderme, se me ha adelantado con su Alondra. (Precioso post, por cierto)
Justo en la ventana
canta un Mirlo
es el alma de Gladiator
que quiere entrar
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