Claudia presencia el resquebrajamiento del matrimonio de sus padres, un padre bueno pero anodino, callado, un hombre mayor, el único que se ocupa de ella, y una madre bella, bastante más joven, pero alcohólica y depresiva, atrapada en una relación claramente en crisis e infeliz.
La muerte, el suicidio o el asesinato de personalidades famosas, Grace Kelly, Natalie Wood, se entremezclan con el de personajes de la novela, Rebeca, Gloria Inés, y la muñeca Paulina, acercando a los protagonistas a una especie de terror, de náusea…
Y así surge el abismo, presente en la novela desde el inicio. Un precipicio físico y emocional. Sin embargo, y puesto que la narración se hace desde el punto de vista de una niña, es una historia con un trasfondo colorista, de colores vivos, un azul y amarillo intensos y colombianos.
Pilar Quintana no se enrolla, tiene un estilo preciso, directo, con cierta magia.
— Tu papá me dijo que era muy linda.
— Allá desapareció una señora.
— ¿Te daba miedo de Rebeca O’Brien?
— Que se me apareciera.
— Tenías miedo de un fantasma.
— Y de que mis papas desaparecieran como ella.
No hay comentarios :
Publicar un comentario