Segunda entrega de la serie “LA ASISTENTA”. Son tres libros que no leí por orden, —salvo el primero que es el mejor de la trilogía—. Los compré por azar según los iba viendo en la librería de mi ciudad aunque lo cierto es que se pueden leer de forma independiente.
La autora sigue el mismo patrón que la novela anterior: una trama adictiva y varios giros argumentales. Millie, la protagonista, busca un nuevo trabajo, lo que no es fácil para ella con sus antecedentes penales. Al final lo encuentra limpiando un fabuloso ático propiedad del magnate Douglas Garrick y su esposa Wendy. Pero no todo va a ser tan sencillo. Pronto se da cuenta de que algo raro ocurre. La casa está impoluta, y la mujer de Garrick está enferma y no sale nunca de su habitación.
Más de lo mismo.
Pero a mí me ha gustado. Aunque ya se veía venir me ha entretenido y me ha servido para desconectar. Hoy en día los libros pueden ser también de autoayuda y de “desconexión”. Mi maridito dice que apenas hay libros de la realidad...
Fijo la mirada en el coche. Desde el primer momento, había dado por sentado que era Xavier quien me seguía, pero ahora me encuentro con este vehículo cerca del edificio de la amante de Douglas. Aunque no estoy segura al cien por cien de sí. Es una tartana bastante cutre para un multimillonario, aunque tal vez lo use para pasar inadvertido.
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