LA CONJURA

lunes, 10 de diciembre de 2012

EL POETA MARCOS ANA Y EL PERRO TOBBY








Esta espléndida mañana de domingo hemos ido a visitar a un familiar al hospital Santa Lucía en Cartagena. Ya de vuelta, mientras  esperaba que mi maridito pagase el parking  he cogido un libro que tenía a mano en la guantera del coche y que un gran amigo dejó olvidado. 

Se trata de un librito de poesía de Marcos Ana, ( Fernando Macarro Castillo), poeta y político español, nacido en 1920, que luchó en la guerra civil española del lado republicano. Al terminar ésta, fue encarcelado y condenado a muerte. Permaneció encarcelado durante 23 años de su vida y de la de Franco. ¡¡¡¡Que pronto se dice veintitrės años!!!!




Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio
y un trocito de cielo
por donde a veces pasan
una  nube perdida
y algún pájaro huyendo de sus alas.


Veintidós años... Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color su aroma,...Escribo

a tientas: "el mar", "el campo" ...
Digo «bosque» y he perdido
La geometría de un árbol.


Inmediatamente me engancho y para cuando llegamos al barrio de Santa Lucía había terminado de leer los doce poemas que contenía el librito. Cartagena es una ciudad imprevisible. El barrio de Santa Lucía es su peor barrio,—algo así como en su día lo fue Vallecas o el Carabanchel de Madrid—localizado enfrente del puerto, con sus escalinatas de piedra y ropa tendida que recuerdan a la Alfama de Lisboa, un barrio de pescadores devastado por la heroína allá por los años setenta y ochenta. 


Iba leyéndole a mi maridito el siguiente poema de Marcos Ana: " tanta luz sin salida, tanta puerta cerrada ante mis ojos" cuando vimos en un muro la siguiente pintada: "Se acaba la luz del mundo", lo que hizo de obligado cumplimiento la entrada al barrio por allí mismo. 

El  bar el Gato, el bar el Paraíso, y el bar el Pinacho, rodeaban la plaza del muelle, y al otro lado un curioso Belén de Navidad, con un nacimiento que tenía las bestias fuera del establo, sin mezclarlas con la Sagrada Familia, como así lo ha recomendado el Papa Benedicto XVI. Pero a cambio han puesto en el Belén, una churrera, un carnicero, un asador de pollos, y han tenido a bien representar  con las figuritas una matanza del cerdo. Llama la atención porque los judíos no comen cerdo. No es comida kasher.


En Santa Lucía, sin embargo, los judíos de hace dos mil años, comían cerdo y churros, y los domingos hacían cola para comer pollo rustido. Todo el mundo lo sabe. Pero eso son detalles sin importancia, a nadie parecía importarle en Santa Lucía la gastronomía etnológica, salvo el pescaito fresco y las tapas del bar el Pinacho que eran deliciosas, los vecinos estaban alegres en un día  radiante y con tanta luz como aquél. 


Hay árboles y un río
fijos en mi recuerdo;
una infancia salvaje,
un dulce amor ingenuo,
y dos nombres grabados
En el chopo más viejo.

Soñar, siempre soñar
que vuelvo a todo aquello,
lo que dejé y ya nunca
encontraré al regreso.

Luego de leer los versos anteriores nos vamos a la iglesia del barrio, la iglesia de Santiago Apóstol,  impresionada por los versos de un ser humano que ha estado tantos años en la cárcel. Allí vi la otra cara de la guerra civil española: un cuadro rememoraba a Francisco Soler Espinosa, mártir español que fue torturado y ejecutado por el ejército republicano. Volví a leer los versos de Marcos Ana (el pseudónimo son los nombres de su padre y madre)

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.

Y apareció Tobby tras el altar. Me llamó la atención porque era la primera vez que veía un perro en una iglesia. Tobby, la mascota del cura párroco, vive en la Iglesia, y según me contaron  incluso asiste a misa, junto a su dueño, en el altar mayor  frente a los feligreses. 

En la Iglesia había otro Belén, y me entró la curiosidad por ver a dónde habían ido a parar las vacas y bueyes del nacimiento, si el dueño de Tobby siguiendo los principios de su Jefe los había sacado fuera. Pues no, el nacimiento continuaba igual que siempre, como  cuando éramos niños,  con sus vacas, bueyes y heno, y con María, José y el niño Jesús. 

Tobby  no es tan intolerante.


Feliz Navidad.


Pongo unas fotos provisionales hasta que descargue las que hice. El perro de la foto de arriba no es Tobby, debe ser el perro de Marcos Ana. 




Éste es Tobby:




1 comentario :

  1. Me a encatado las poesías, y la forma tan bonita de presentarlas ...Gracias

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