De Jorge Javier Vázquez
LA VIDA
IBA EN SERIO
Para quien no lo sepa (no es broma) Jorge Javier Vázquez es un presentador
conocidísimo
de programas telebasura en la televisión privada en España y cuyos contenidos son cotilleos, montajes, malos rollos,
o cualquier cosa que sirva para aumentar
la audiencia. Entre otros calificativos le llaman cínico y maricón , es un hombre por muchos odiado y dicen que es
capaz de todo por dinero... Vamos el tipo humano del inicio de siglo XXI en la
España de
la Monarquía de
partidos.
El caso es que ha escrito un
libro. Un libro que por supuesto nadie quiere leer. Y cuando digo nadie, me
refiero a los foros intelectuales del país, al mundillo cultural que está por encima del bien y del mal
y que considera al libro más de lo mismo, es decir basura, como el medio donde trabaja
su autor. Muestran con ello que la
basura intelectual son ellos y no Jorge Javier !!
Y a pesar de todo, la novela (
de lo cual me alegro un montón) ha resultado ser
un superventas que va por la quinta edición. Pero claro está que quienes la compran son los seguidores de sus
programas, en su mayoría amas de casa mayores de
sesenta años.
"Quizás sea
yo la única
excepción
"— me
dice mi maridito, pues yo sí que veo sus programas; pero se equivoca, porque son muchos y de diversas edades quienes
ven su programa.
Del libro, dice la crítica que no merece la pena ni
comprarlo, por supuesto recomiendan no
perder el tiempo con él, algunos ni se molestan en nombrarlo. Yo no sé por qué lo he comprado ( bueno sí, en estos casos, siempre me
lo recomienda mi maridito: " si los intelectuales del régimen lo odian, es que es
bueno ").
El libro estaba en mi mesa, lo
he visto y como en un impulso lo he leído de un tirón. Eso ya es señal de que merece la pena leer.
La novela de 250 páginas es una autobiografía ¿novelada ? que me recuerda por el tono y estilo empleado al
diario de Bridget Jones.
Si uno lee la contraportada se
entera ( de forma general) de la historia de un joven homosexual que se
independiza de su familia y empieza a vivir libremente su sexualidad cuando se
traslada a Madrid ( quién lo diría siendo BCN tan liberal y adelantada ! ) al tiempo que obtiene éxito en su carrera profesional
como periodista del corazón.
A mi me ha sorprendido
gratamente. Es un libro ameno, se lee con facilidad y aunque no es una obra
maestra, sí que
es mucho mejor que otros best seller a
las que no se les ha atacado tan duramente como a éste. Aunque para mi maridito
es una obra maestra en el sentido de que no miente y, en un mundo, en el que
todos mienten eso es de ser un maestro.
Un libro correcto con algunos
momentos entrañables,
y que al margen de la historia que cuenta,
me ha parecido fundamentalmente un homenaje a su madre "la
Mari". Toda la novela está impregnada de la madre, una persona muy especial, una gran
mujer, una buena madre, y una excelente e inteligente persona.
El padre es un charnego
oriundo de Murcia y es, como otros tantos padres de clase media baja de aquella época, un
padre que quiere para su hijo un futuro
mejor que el suyo propio, siendo una constante en su vida, ese pasado que dice
mucho de padecimientos y renuncias y de
hacerse a sí
mismo con muchísimo
esfuerzo.
Hay varias voces narradoras:
la del protagonista, la del padre y la de la madre. Y es cuando da voz a sus
progenitores, el momento en que la narración alcanza su mayor valor estético, y cuando literariamente
resulta muy superior al resto del relato. Es, a la vez, la parte más tierna y conmovedora.
Tú no te
preocupes, ¿eh?,
mi vida, que te voy a cuidar hasta que te vayas. En cuanto podamos nos vamos al
piso y ya verás
qué
bien vamos a estar. Nos ha dicho el médico
que disfrutemos el tiempo que podamos, y eso es lo que vamos a hacer, ya
lloraremos después,
qué
coño.
El
llanto me ahogaba. Se me estaba quebrando la voz, pero tenía que seguir, no
quería
dejar aquella conversación
a medias, no podía.
No debía.
La delicadeza y hasta el
sentido del humor con que trata la muerte de su padre, en un pequeño piso de apenas cincuenta
metros cuadrados, transportando al enfermo en una silla de ordenador.
Desde
entonces lo atamos a una silla con ruedas que se compró para estar más cómodo frente al
ordenador y lo empujamos hasta la cama.
Y la voz de la
madre, “la Mari”:
Al
Jorge pequeño
se le escapó
el otro día
que, para estar así,
mejor que no esté,
pero yo es que prefiero que esté
así
a que no esté
conmigo, a mí
no me importa cuidarlo, lavarlo, cortarle las uñas
de los pies y de las manos, cambiarle los pañales
y asearlo; yo lo que no quiero es que se muera, por Dios, yo quiero seguir
despertándome
a su lado y quiero seguir escuchando su respiración cuando me
desvelo; con lo miedosa que soy, ¿cómo voy a vivir
sin él,
cómo
voy a apañármelas?
¿Cómo voy yo a
querer que se muera, para qué
coño
quiero que no esté,
para quedarme sola? ¿Para
echarle de menos? Vamos, nene, ni que estuviera yo loca.
Ningún intelectual del régimen político actual habla así de la vida cotidiana y
real, sólo jorge javier: escritor.
Mi maridito le gusta sobre
todo el párrafo
en el que el padre manifiesta su preferencia sobre su cuarto de baño pequeño en el que puede apoyar su
barbilla sin tener que levantarse de la taza del water. Algo que es imposible
en las mansiones de los nuevos ricos. Pero no logra encontrar el párrafo. No lleva sus gafas
nuevas. Bueno, no importa: si alguna vez conozco a Jorge Javier se lo preguntaré.
Para terminar diré que Jorge Javier Vázquez ya no es un presentador
para mí,
sino un escritor. Y encima, en su libro
aparece con su perro “Cartagho”, un perro galgo que fue abandonado en una rotonda de
Cartagena.
No quiero terminar sin
descubrir el secreto de Jorge Javier Vázquez, y que he comprendido ahora al leer su libro: él consigue distanciarse de las cosas que se comentan en Sálvame, porque realmente se
siente y es un escritor. Todo lo que ocurre en ese programa es materia de
narración.
Mi nota es un 6,4 aunque mi maridito le pone un 9
El título del libro
es el primer verso del magnífico poema de Jaime Gil de Biedma “No volveré a ser
joven”
No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
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