Michel Crichton
Con el buen tiempo salgo a
pasear a la playa aunque todavía el aire es frío: el mar azul bajo un cielo límpido y el aire que transporta
ya el olor ineludible a verano, a roca y salobre. Entonces me apetece leerme un
libro de piratas pues los piratas viajaban y no enfermaban, o sí lo hacían ?
EL librito me lo regaló mi maridito cuando estaba
enfermo - siempre enferma gravemente en invierno por culpa de virus de la CIA- y lo dejé en la estantería aguardando el momento oportuno.
"Latitudes Piratas" es el último libro que encontraron en el ordenador de Michel
Crichton después de
su muerte. Es el primer libro que leo de este autor, por tanto no puedo
compararlo con anteriores novelas, como Parque Jurásico o la Amenaza de Andromeda. Se
supone que era suyo, por lo menos hasta un cierto momento.
Año 1665, estamos en Port Royal,
puerto inglés, un
lugar peligroso plagado de borrachos, burdeles, y corsarios, el capitán Hunter prepara una expedición a la inexpugnable fortaleza
española
Matanceros para apropiarse de un tesoro que contiene las bodegas del navío Trinidad , anclado en el
puerto a la espera de salir hacia España. La situación es parecida a la actual.
El capitán Hunter zarpa en su barco con
un experto equipo de hombres y marineros sujetos a la ley de la piratería, hombres valerosos y
audaces, que sufren infinidad de aventuras, a cual más arriesgada, antes de lograr su propósito. Gracias a un elaborado
plan logran asaltar Matanceros, una especie de Alcatraz caribeña. Escalan la pared de una
roca, y atacan por la retaguardia haciendo estallar los polvorines de la ciudad y enclaves más estratégicos. La confusión y la sorpresa son sus
aliados. Logran así capturar el Trinidad
y con él su
tesoro. Les salió mejor que a los que
desembarcaron en Bahía Cochinos en Cuba. A esos los paró Fidel.
De regreso de la fortaleza,
son perseguidos por un navío español con el que sostienen una auténtica batalla naval, en la que
sobrevive el más
inteligente, (que por supuesto es el inglés, digno antecesor del Almirante Nelson).
Es
cierto eso que dicen de que el español
es perezoso, el francés
elegante y el inglés
ingenioso.
Sin embargo: Fidel Castro es
gallego y nada perezoso, El Che era elegante y los dos ingeniosos con la crisis
de los misiles !
El capitán Hunter, no es cualquier
cosa, ha tenido formación filosófica y matemática, un pequeño Alejandro Magno, versión caribeña. Esto hace que prepare cuidadosamente un plan de batalla,
que le hace vencedor ante el enemigo español que se confía, al que le deja acercarse y que le dispare varias
andanadas, para luego, cuando lo tiene a tiro destrozarlo con los cañones que cuidadosamente habían puesto en un sólo costado del barco.
Ya
en su juventud le atraía
más
el conocimiento empírico
y práctico
que la opinión
de unos pensadores que llevaban mucho tiempo muertos. Todos los colegiales sabían que el mundo
era mucho mayor de lo que Aristóteles
podía
haber soñado.
El mismo Hunter, sin ir más
lejos, había
nacido en una tierra que los griegos ni siquiera sabían que existía.
Han de afrontar numerosos
peligros antes de regresar a Port Royal. Son atacados por unos caníbales indígenas cuando están en una isla reparando el
barco, también por
un monstruo marino (kraken) que casi está a punto de acabar con la vida de Hunter, escapan
milagrosamente de un huracán en mar abierto y
con un navío
seriamente dañado
durante la refriega. En medio de todo esto rescatan a una dama inglesa en manos
de los malvados españoles y con la que el capitan Hunter tiene tiempo para
mantener un pequeño
idilio.
Las aventuras de Ulises y su
sagacidad trasladadas al caribe del siglo XVII en el que Polifemo es el español.
De regreso a Port Royal, donde
se ha producido un golpe de poder, el capitán Hunter tiene que afrontar la
traición de
uno de sus hombres, Sansón. Su tripulación y él mismo son encarcelados y posteriormente juzgados por
piratería, y
condenados a la horca. Por supuesto, logra salvarse.
Este
Nuevo Mundo es tan confuso... No sé
nunca a quién
creer, así
que me perdonaréis si desconfío
de vos (Palabras
de la damisela a la que Hunter rescata)
Tenía un cuchillo en
una mano y golpeaba la hoja contra la palma de la otra. Por un momento reinó un silencio que
solo rompía
el rítmico
chasquido del acero sobre su mano.
El capitán Hunter regresó a Inglaterra—su Ítaca—en 1669 y está enterrado en el cementerio de
la iglesia de St. Anthony en la ciudad de Tunbridge Wells., ciudad a la que
tengo que ir, en ferry claro !!!! ¿quién se apunta?
Una novela de aventuras, de
piratas, de Homero, de Crichton....
Puntuación 7, aunque se queda en 6 por no
estar en verso y en griego como la
Odisea - todo esto por exigencia de mi maridito,
profesor estricto y muy severo-.
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