de Arthur
Schopenhauer
La personalidad literaria es un pequeño ensayo integrado en la obra
de Parerga y Paralipómena, libro cajón de sastre donde Schopenhauer toca una variedad de temas.
No habla muy bien Schopenhauer sobre la lectura pues
entiende que "leer es pensar con el
cerebro ajeno en lugar de con el propio". (salvo que te hayan copiado,
dice mi maridito, también filósofo, aunque no tan famoso como Sch.).
Poco menos que considera el leer como un acto violento:
"El espíritu sufre de
este modo una completa violencia del exterior, y debe pensar tal o cual cosa
hacia la cual no se siente atraído"
La lectura impone al espíritu pensamientos que son tan
extraños y
heterogéneos
de tal manera que leer mucho resta mucha elasticidad. El medio más seguro de no tener ninguna
idea propia es tomar un libro en la mano en cuanto se dispone de un minuto.
Las personas que han pasado su vida leyendo y sacan su sabiduría de los libros se parecen a
los que obtienen datos de oídas de otros países sin haberlos visitado. Leer es el sucedáneo
de pensar.
Sin embargo, lo que verdaderamente ilustra al espíritu es lo que Schopenhauer
llama el pensamiento original, el
pensamiento propio frente al prestado, que sigue su propio impulso, tal
como está
determinado por las circunstancias exteriores o por algún recuerdo. Los letrados han
leído en
libros, pero los pensadores, los lumbreras de la humanidad han leído directamente en el libro
del Universo. Rechazar un pensamiento original para leer un libro es un pecado
contra el Espíritu
Santo.
Aunque reconoce que no siempre el cerebro está en un estado bueno para
pensar y hay que esperar. Mientras tanto, haremos bien en coger un libro y
leer, pero, eso sí, con
cuidado y sin acostumbrarnos al sucedáneo, ni a los senderos ya
hechos. No podemos perder de vista el mundo real, que nos ofrece muy a menudo
la ocasión de
pensar por nosotros mismos. De lo contrario, sólo estaremos ante multitud de
cerebros ordinarios y engolfados en toda clase de opiniones.
La aversión también desaparece,
porque las cosas vistas de más
cerca parecen mucho más
soportables.
He aquí la razón por qué el saber hace a
la mayoría
de los hombres todavía
más
estúpidos.
(esto siempre
nos lo hemos preguntado alguna vez, vaya, tan leído y tan tonto ¿cómo es posible?)
Para terminar dos consejos de Schopenhauer (muy buenos).
Primer consejo, hay que tener una biblioteca ordenada, (ya
se lo digo yo a mi maridito pero no me hace caso, aunque él dice tener todos los libros
de Schopenhuer juntos y en un sitio destacado) porque más vale tener pocos libros
ordenados que tener muchos sin ordenar.
Segundo consejo, tener siempre a mano un libro de notas a
fin de poder escribir las ideas de nuestro propio pensamiento original, porque
el más
bello pensamiento corre peligro de ser irrevocablemente olvidado.
Nico, te recomiendo el libro Un año con Schopenhauer, de Irvin D. Yalom, que explora de forma muy expresiva - a través de un personaje para quien el filósofo alemán es su maestro de vida - lo fundamental de la teoría (con énfasis en sus aspectos eudemonológicos) de Schopenhauer; y también sus límites o carencias, desde cierto punto de vista psiquiátrico/psicológico. El libro alterna la consideración de la vida y obra de D. Arthur Schopenhauer con una terapia de grupo que a mí, al menos, me ha fascinado. El autor es psiquiatra y catedrático de psiquiatría (en Stanford). Un abrazo, Román Gil.
ResponderEliminarGracias Román, compraré el libro y más aún lo leeré. Está muy bien la idea de explicar a Schopenhauer a través de un psiquiatra. Parece ser que nuestro amigo Schopenhauer influyó tanto en Nietzsche como en Freud.
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