Poeta de Talavera de la Reina (1886-1938)
Este librito me lo envío muy amablemente por correo (postal) la editorial El desván de la memoria. Lo primero que
vi al abrir el sobre fue la fotografía del poeta en la portada del libro. Una
fotografía en blanco y negro… entonces
me vino a la mente el eco de la escritura española ya olvidada, y me ocurrió
algo parecido a lo que al autor, Pedro
Jiménez de Castro, le pasó con respecto
a las piedras de la Catedral
de Toledo: “Cada una, viejas piedras,
sois una estrofa peregrina y cálida”.
Quintillas, redondillas y Ripios
orgullosos a granel, es lo que dice el poeta que surge de su pluma. Y de su
pluma salen, en efecto, versos emotivos, religiosos, y burlescos, como en su
poesía: a la Virgen
del Prado, al tintero, a los mosquitos, al dorado Tajo, a la Casona , a la Alameda , a la cerámica, al
padre muerto, a su hijita también muerta, al tabaco, al juego… Un hombre
religioso, monárquico, que ama a su familia a sus amigos y a su tierra. Al
leerlo te haces una semblanza del poeta y llegas a una conclusión: sobre todo
fue un hombre honesto:
“En
la noche callada, cuando impera
el augusto silencio, veo tu sombra
que viene, padre mío, a visitarme,
Yo, que nací en Totana, ciudad
alfarera, empiezo leyendo:
Oficio noble y bizarro
entre todos el primero
pues en las artes del barro
Dios fue el primer alfarero
y el hombre el primer cacharro.
Su poesía a los Mosquitos, que
tanto sufrimos aquí en Mazarrón y que, extrañamente, en estas fechas de octubre abundan más que en
verano.
¡Imposible escribir! Cuando tenía
ya rimadas a mis buenas tres cuartetas,
ha espantado a la pobre musa mía
la nada melodiosa sinfonía
de una “graciosa” banda de trompetas.
Los músicos alados, ¡pobrecitos!
a mi lado voltean locamente,
y a más de molestarme con sus pitos
de sonar estridente,
mis nervios tienen fritos…
Y por esto ya ves, lector paciente,
que hablándote ahora estoy de los mosquitos.
Y me recuerda, obviamente, al siguiente poema de Machado: Las Moscas. (Aunque no olvidemos que el
poema de Machado es posterior)
Vosotras, las
familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas
El poema El tabaco, el juego… y demás es uno de los poemas más actuales, escrito hace
casi cien años, y todavía en vigor.
Sobre
Tabacalera:
A ella no le importa nada el Directorio
y prosigue, alegre, la danza y jolgorio
al ver como suben, locas, sus acciones…
a costa de ricos, jóvenes pulmones
que se envenenaron y se destrozaron
con los cigarrillos que a ella le compraron.
Sobre el
juego:
Otra vez asoman en el horizonte
la falaz ruleta y el maldito monte;
otra vez se habla de tan torpes vicios
que sólo producen daños y perjuicios.
Sobre los
bares:
En todos los pueblos de España, a millares
Se abren a diario “bares” y más “bares”;
Y ahora en las ciudades y en la pobre aldea
Se beben cervezas y se “vermusea”
En cambio nos faltan escuelas y escuelas
y están sin labrarse la mar de parcelas;
pueblos que no tienen comunicaciones,
y otros que atraviesan graves situaciones…
Mas todo nos sale por una friolera
si nos da…pitillos la Tabacalera
y en el extranjero consiguen conquistas
haciendo “goales” nuestros futbolistas,
y en cafés, tabernas, bares y casinos
tenemos cerveza, “vermouses”y vinos.
Un nuevo verbo: vermusear, que me apropio, aunque yo me apunto a otro que me gusta más cervecear o Whasear. Y qué
razón tiene Jiménez de Castro en todo lo demás, en el juego, en la falta
de escuelas y en la educación, y qué actual, parece mentira que hayan pasado
casi cien años y sigamos lo mismo.
¿Conocerán en El Instituto Juan de Mariana y su Presidente al frente, Gabriel Calzada,
liberales, neoliberales, neocon y
anarcocapitalistas, y miembros de la escuela austriaca el poema que Pedro
Jiménez de Castro le dedicó a su paisano Juan de Mariana? ¡Que le den el debido reconocimiento, pues pocos poemas
en español hay dedicados a este conocido teólogo e historiador también
talaverano.
Baja del pedestal, y en el vetusto
caserón del Ilustre Ayuntamiento
penetra con valor, con heroísmo,
y habla como tú hablabas dando un susto
al Concejal que allí tomara asiento
sin llevar por bandera el patriotismo
Miramos el pasado y sonreímos.
Verted lágrimas tristes, albañales
que va vuestra existencia terminando
y ya está el Municipio preparando
vuestro sepulcro y vuestro funerales.
Por la santa piqueta del Progreso,
váis a caer heridos bajo tierra
y os va a sustituir la alcantarilla…
Y termino con estos
versos, sueltos…, pero tan bonitos.
“Pongamos un beso tan dulce, tan suave…”.
“… y fue mi sueño
encantador, divino”.
“¿Lo recuerdas? Era
noche de mayo”.
Después de la reseña, me voy con
mi maridito y mis amigos a cervecear,
como dice el poeta.
Muy bien, por la editorial El desván de la memoria, que ha
rescatado la memoria y la poesía del poeta Pedro Jiménez de Castro.
Muchas gracias por tu magnífica reseña. Para mí, como editor, ha sido muy importante rescatar la figura de este poeta talaverano, al que espero que el tiempo dé el reconocimiento que merece.
ResponderEliminarcomo obsequio a los lectores de tu blog, si alguno quiere un ejemplar del libro basta con que escriba a info@editorialeldesvan.com
Gracias. Un saludo,
Ramón Alcaraz
Hola Nico.
ResponderEliminarante todo me uno a Ramón y te adradezco tu completa y entrañable reseña. Y digo entrañable porque como bisnieta del poeta me ha tocado en lo que más siente, el corazón. En nombre de la familia te doy las gracias por la difusión y sobre todo por el cariño que has puesto en la lectura. Seguro que allá donde esté el poeta te agradece tu esfuerzo. Si quieres más información por pura curiosidad, ponte en contacto conmigo. Estoy segura de que apreciarás el "saber más"
Un abrazo
Gracias a vosotros y a vuestra labor, yo he podido leerlo. Y espero que también mucha más gente.Ha sido un placer leer a Pedro Jiménez de Castro. Claro que me gustaría saber más de él, porque intuyo que tuvo una vida muy interesante.
ResponderEliminarPor mi parte, seguiré vermuseando, cerveceando, y ahora, Jiménez-Castraseando.
Abrazos