LA CONJURA

martes, 26 de julio de 2016

EL DOMADOR DE LEONES



DE CAMILLA LÄCKBERG





A mediodía y bajo un sol de justicia, me dirigí a la nueva librería. Mientras esperaba mi turno, se me ocurrió coger esta novela. En realidad había ido a encargar otro libro muy distinto, pero cuando vi éste, y como tenía ganas de leer cosa ligera, (y no lo digo en tono peyorativo) lo añadí a la cesta de la compra.

En mi pueblo hay dos librerías. En una de ellas—además de libros— hay gran cantidad de mochilas y diverso material escolar. Entiendo que hay que vender artículos, diversificar riesgo y ganarse la vida, sobre todo en una ciudad tan pequeña como ésta, pero lo que no me gusta es la actitud indolente con el que te atienda la empleada, y no es que sea antipática, no, sino que muestra por la literatura escaso o nulo interés.

Sin embargo, en la nueva, puedes comentar los libros, buscar tranquilamente sin que te miren mal y darte el placer de abrirlos y hojearlos. Además, al dueño le gusta que le encargues otros que no tiene. El hombre se pone rápidamente en el ordenador, y manos a la obra, busca editoriales y ediciones. Y te atiende con una sonrisa.

Novela piscinera la de Camilla, que por lo visto es una saga.

La pareja formada por Patrik Hedström policía del pueblecito de Fjällbacka, (Suecia), y su mujer Erika Falck, escritora de literatura criminalística, resuelven el caso de varias niñas secuestradas y asesinadas de forma sádica. A las niñas les han cortado la lengua, perforado los oídos y extirpado los ojos. Sólo un psicópata puede cometer tales crímenes.




El argumento es previsible. De hecho, adiviné quién era el asesino desde el principio. Y la estructura de la novela es recurrente. Para crear suspense, utiliza el pobre recurso de cortar los capítulos por su parte más interesante, justo cuando se va a desvelar algo importante y pasar luego a otra trama o hilo.

Por ejemplo, cuando se va a descubrir el nombre del asesino, corta la redacción y se pasa a la historia de la hermana de la protagonista y su marido, personajes irrelevantes, que si se divorcian o no o si se dan una nueva oportunidad. Esto desespera y te entra una mala leche. En ese punto de la historia ¿A quién diablos le interesa ahora estos dos? ¿Y a mí QUÉ ME IMPORTA si se dan o no una nueva oportunidad?

ALLÁ ELLOS.



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