LA CONJURA

domingo, 9 de julio de 2017

HISTORIA UNIVERSAL DE LA INFAMIA






Y yo que pensaba que el libro de la infamia iba a ser muy, pero que muy gordo Y CON MUCHAS PÁGINAS , pero sorprendentemente sólo tiene poco más de cien. ¡Algo pasa ahí!

Borges, escribió estos relatos en la década de los treinta del siglo pasado, con la intención de publicarlos  por separado en un periódico de la época  y que, más tarde, recopiló en un librito. Es un CLÁSICO que todo el mundo considera obra maestra, admira, le parece excepcional y del que suele decirse afirmaciones del estilo de “Sólo el genio de Borges sabría hacerlo”.

Fue una de sus primeras obras. Ejercicios de prosa narrativa, los llamó el propio autor.  En ellos incorpora historias reales de bandidos, asesinos,  forajidos; en general gente de baja ralea, y  a partir de ahí construye falsas biografías, anécdotas supuestas o inventadas.

Al respecto de estos cuentos dijo Borges:


Son el irresponsable juego de un tímido que no se animó a escribir cuentos y que se distrajo en falsear y tergiversar (sin justificación estética alguna vez) ajenas históricas.


Así, podemos leer la historia de Lazarus Morell, que fingía liberar a los esclavos negros para revenderlos,  lucrarse,  y  finalmente asesinarlos; la del impostor Tom Castro, que suplantó al hijo de una adinerada familia inglesa;  la viuda Ching, famosa pirata de los mares de Asia; Monk Eastman, personaje real de las bandas de New York de los años veinte; la historia de Bill Harrigan (Billy el niño); aunque también incluye el relato “Hombre de la Esquina Rosada”, relato ficticio, a diferencia de los anteriores.


Todos ellos, relatos admirablemente construidos, con un gran talento y  un lenguaje culto, ¿barroquista?, denso y sutilmente irónico.


Sin embargo,  en mi  opinión, el conjunto  que se alcanza no es tan bueno, es demasiado frio (Borges decía que no era frio sino desagradablemente sentimental) y recargado; es cierto que al leer a Borges se descubren párrafos magníficos, que son pequeñas obras de arte, es filosófico, ocurrente, intuitivo, magistral; pero el texto, en mi modesta opinión, pierde interés cuando haces una valoración del TODO, del CONJUNTO de la Historia.  Es por eso que sigo prefiriendo a ABC (Alfredo Bioy Casares) Y SUS HISTORIAS REALES y FANTÁSTICAS.


Y aunque considere distante la prosa de Borges, tengo que reconocer que hay una cita que me conmueve especialmente y que es una constante en mi vida. La cita se puede encontrar en el inicio de otro de sus libros, el Aleph. Se trata del hecho irrelevante del cambio de una valla publicitaria, para expresar, mejor que nada, el implacable paso del tiempo, cuando se produce una muerte cercana a nosotros:

La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad


Eso sí, para terminar, quiero apuntar que Borges es uno de los MÁS Grandes poetas, si no el mejor. 
Dejo un trocito del libro y una gran entrevista realizada en España.

En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, y propuso al emperador Carlos V la importación de negros que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas. A esa curiosa variación de un filántropo debemos infinitos hechos: los blues de Handy, el éxito logrado en Paris por el pintor doctor oriental D. Pedro Figari, la buena prosa cimarrona del también oriental D. Vicente Rossi, el tamaño mitológico de Abraham Lincoln, los quinientos mil muertos de la Guerra de Secesión, los tres mil trescientos millones gastados en pensiones militares, la estatua del imaginario Falucho, la admisión del verbo linchar en la decimotercera edición del Diccionario de la Academia, el impetuoso film Aleluya, la fornida carga a la bayoneta llevada por Soler al frente de sus Pardos y Morenos en el Cerrito, la gracia de la señorita de Tal, el Moreno que asesinó Martín Fierro, la deplorable rumba el Manisero… la habanera madre del tango…



1 comentario :





  1. Era más hermosa que el sol
    y yo aún no tenía 21 años.
    24 han pasado
    y sigues a mi lado.

    A veces la veo caminar
    sobre las montañas: es el ángel guardián
    de nuestras plegarias.
    Es el sueño que regresa

    con la promesa y el silbido.
    El silbido que nos llama
    y que nos pierde.
    En sus ojos veo los rostros

    de todos mis amores perdidos.
    Ah, Musa, protégeme,
    le digo, en los días terribles
    de la aventura incesante.

    Nunca te separes de mí.
    Cuida mis pasos y los pasos
    de mi hijo Lautaro.
    Déjame sentir la punta de tus dedos

    otra vez sobre mi espalda,
    empujándome, cuando todo esté oscuro,
    cuando todo esté perdido.
    Déjame oír nuevamente el silbido.

    Soy tu fiel amante
    aunque a veces el sueño
    me separe de ti.
    También tú eres la reina de los sueños.

    Mi amistad la tienes cada día
    y algún día
    tu amistad me recogerá
    del erial del olvido.

    Pues aunque tú vengas
    cuando yo vaya
    en el fondo somos amigos
    inseparables.

    Musa, a donde quiera
    que yo vaya
    tú vas.
    Te vi en los hospitales

    y en la fila
    de los presos políticos.
    Te vi en los ojos terribles
    de Edna Lieberman

    y en los callejones
    de los pistoleros.
    ¡Y siempre me protegiste!
    En la derrota y en la rayadura.

    En las relaciones enfermizas
    y en la crueldad,
    siempre estuviste conmigo.
    Y aunque pasen los años

    y el Roberto Bolaño de la Alameda
    y la Librería de Cristal
    se transforme,
    se paralice,

    se haga más tonto y más viejo
    tú permanecerás igual de hermosa.
    Más que el sol
    y que las estrellas.

    Musa, a donde quiera
    que tú vayas
    yo voy.
    Sigo tu estela radiante

    a través de la larga noche.
    Sin importarme los años
    o la enfermedad.
    Sin importarme el dolor

    o el esfuerzo que he de hacer
    para seguirte.
    Porque contigo puedo atravesar
    los grandes espacios desolados

    y siempre encontraré la puerta
    que me devuelva
    a la Quimera
    porque tú estás conmigo,

    Musa,
    más hermosa que el sol
    y más hermosa
    que las estrellas.

    De Bolaño para tí, mi musa.
    Felicidades, te amo❤

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