LA CONJURA

lunes, 20 de enero de 2020

Reina Roja






De: Juan Gómez-Jurado

  
Antonia Scott es la investigadora de un cuerpo especial y secreto de la policía. Es una mujer superdotada, con un altísimo coeficiente intelectual, capaz de los cálculos más asombrosos y rápidos. En el trabajo forma pareja con Jon Gutierrez, un buen policía aunque expedientado cuando intentaba ayudar a la víctima de un proxeneta. Como novela policíaca que es, Antonia es una persona atormentada. Su marido está en coma varios años ya, y con su hijo no mantiene apenas contacto.

El libro comienza con el asesinato del hijo de una importante saga de banqueros. Después secuestran a la hija de otro multimillonario gallego con tiendas de ropa y moda en todo el mundo, un tal Ortiz, trasunto de Amancio Ortega. Una maquinaria puesta en marcha por un cerebro maléfico, cuyo plan sólo podrá descubrir y resolver Antonia Scott.

Tiene ritmo, tiene capítulos cortos, y está bien estructurada. Lo que más me ha gustado es que descubres al asesino a la vez que el investigador, sin sorpresas rocambolescas. Tienes, pues, la sensación de acompañar a la detective en su investigación sin trampas.

Se lee muy rápido. Es una buena novela policíaca.



—Niña, deja de lamerte las heridas. Deja de lamentarte por lo que no has hecho. ¿Alguna vez te alegras por toda la gente a la que has ayudado? ¿Gente que ni siquiera sabe tu nombre? No, por todos los cielos. Sólo te regodeasen aquellos a los que crees que has fallado, y corres a esa habitación de hospital para seguir sintiéndote mal. Lo cual hace muy difícil poder ayudarte. ¿Sabes qué?, me vuelvo a la cama.




sábado, 11 de enero de 2020

EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA



DE: EVA GARCÍA SÁENZ DE URTURI





Dos hermanos gemelos. Uno de ellos está en la cárcel, condenado por los crímenes ocurridos hace ya más de dos décadas. Cuando se va acercando el final de la condena, los crímenes se reanudan. La pregunta del lector es inevitable: si los crímenes prosiguen aún con el criminal todavía en la cárcel, ¿quiere esto decir que es inocente o bien tiene un cómplice afuera?

El asesino elige los monumentos más significativos del casco antiguo de Vitoria para dejar el cadáver de sus víctimas. Existe una extraña simetría en los crímenes: van por parejas y además, como suele pasar en este tipo de historias, acompañados de un ritual macabro y ancestral.

Por lo demás, es una narración bien estructurada, bastante recomendable para leer sin pretensiones, aunque cumple con muchos clichés de este género: joven policía atormentado, romance a la vista, desconfianza entre los personajes e incluso entre la misma policía, y un ritual siniestro y cruel, todo ello combinado con un asesino perturbado por circunstancias personales.



La academia estaba en un bajo del casco antiguo de Pamplona, mantenía cierto encanto vetusto con sus pupitres gemelos de madera de los años cincuenta, inclinados treinta grados y todavía con un hueco para el anacrónico tintero.



miércoles, 8 de enero de 2020

POÉTICA DEL CANTE JONDO

DE: JOSÉ MARTINEZ HERNÁNDEZ





1.- INTRODUCCIÓN: LA RAZÓN POÉTICA DEL CANTE JONDO

Pretende el autor estudiar, investigar y analizar el flamenco desde la perspectiva filosófica. Es decir, desde la estética o poética, esto es, filosofía del arte o reflexión sobre los juicios de gusto estético y sobre la creación artística. 

El flamenco es una música de parias y desheredadados, creadores de un lenguaje poético-musical universal, que sólo en los últimos años ha empezado a merecer amplio reconocimiento social. Es un arte inexistente en la Historia de la Estética. Lo popular ha cumplido siempre una función estética negativa. (Pierre Bourdieu). 

Sin embargo, el cantaor flamenco es un metafísico no académico, un filósofo callejero, un profano en ontología formal, que nos llega con la razón lógica y con la razón poética a través de metáforas, y utilizando un lenguaje que nos permite hablar y pensar a la vez desde la razón y la intuición.  Supone una gran desazón a la inteligencia, porque es, como, todo gran arte, un interrogante para la razón. 

Y como toda música sapiencial, es un arte exigente, impone sus condiciones, exige interés, dedicación, pasión y esfuerzo. Al ser una arte tan peculiar, puede producir por igual atracción o rechazo, amor o repulsión a primera vista o escucha, fascinación o enojo, pero si te atrapa en sus redes sonoras y emotivas, ya no te suelta nunca.

2.- LA VOZ DE LOS PARIAS

El cantaor jondo no es una voz académicamente educada, su exactitud es expresiva, su rigor es la fuerza, su amplio registro de notas musicales, la tesitura o el cromatismo de su voz y la amplitud y riqueza de su emoción. 

3.-  EL CANTE JONDO Y LA CULTURA DE LA SANGRE.

Aunque todo cante jondo es flamenco, no todo el flamenco es cante jondo. Existen estilos de flamencos más o menos hondos. El grito primigenio que da nombre a cante jondo se da en la seguiriya gitana de las que se derivan los polos, martinetes, carceleras y soleares. Las coplas llamadas malagueñas, granadinas, rondeñas...etc no pueden considerarse hondas sino flamencas. 

Pero, al final, la distinción estilística entre cante jondo y cante flamenco es un verdadero galimatías en el que se mezcla el pedigrí, la antigüedad, la pureza dogmática. En este sentido, Gonzalez Climent dice que el jondismo o el flamenquismo no radican en la estructura formal de los cantes, sino en la calidad vital de los cantaores. Y en cuanto a lo triste y alegre, dice Neville que lo jondo no sólo es la pena y la tristeza sino también la alegría.

Y el autor termina diciendo: Flamenco es lo que se canta, jondo es cómo se canta.

Una concepción superficial  de cultura menosprecia el flamenco por ser la música de los parias. Una concepción falsamente ilustrada, lo que Pierre Bordieu define como violencia simbólica, es decir, la imposición a través de la Estética de sus valoraciones artísticas y sus gustos de clase convirtiéndolos en objetivos incuestiomables, únicos y superiores universales.

.Pero el cante jondo es una música culta del mismo modo que pueda serlo cualquier otra manifestación artística: por su profundidad expresiva, por su complejidad creativa, y por su hondo, antiguo y misterioso arraigo en el alma del hombre. 

4.- ARTE Y RITO

La profesionalización del flamenco se produjo a partir de la Época de los cafés cantantes (1860-1922) que supuso el nacimiento del canon flamenco. La primera reivindicación intelectual fue de Antonio Machado y Álvarez, Demófilo, y por supuesto, la realizada por Falla y Lorca en el año 1922. 

El cante jondo es un arte ritual porque es comunitario, naturalista y ceremonial. Provoca las emociones más intensas, terminando en un proceso regenerador que es una auténtica metamorfosis. La virtud metamórfica del arte convierte la caótica o gris realidad en mundo iluminado, hace extraordinario lo cotidiano, permite que renazca en nosotros el secreto del resplandor de la vida. Se sufre una simpatía metafísica y compasiva pues muda el horror en compasión, transformando el miedo individual en fraternidad.

La pena con sólo ser dicha y cantada es ya menos pena y la alegría es más alegría. Cantarlas nos produce un efecto catártico y establecer un nuevo vínculo de solidaridad: la fraternidad trágica

5.- CREACIÓN EN ACTO

Las cualidades musicales y el dominio técnico de la voz son imprescindibles en el flamenco, pero no son suficientes. No es lo mismo cantar bien flamenco, que hacerlo de verdad. Decía Tolstoi que la sinceridad es también la condición esencial del arte. Y el flamenco corresponde al sentimiento trágico de la vida.

En el cante jondo se busca el pellizco, el escalofrío, el duende, el acontecimiento pasional. Su condición comunitaria del flamenco hace que sea participativo, saber escuchar, pero también jalear  a tiempo y a compás y comunicarse con el cantaor. 

6.- LO JONDO

En el cante podemos encontrarnos lo bonito y lo bello. El cante bonito pretende agradar sin más, es la forma menor del cante flamenco, el menos jondo, porque sobrevalora aquellas cualidades del arte que en el flamenco tienen menos importancia, (aunque a veces la dulzura y la hondura pueden ir unidas). En la categoría de lo bello y dentro de su concepción más romántica, más expresiva, intuitiva y patética, encontramos lo jondo, como espiritu de la tragedia griega, es la voz humana que mira a lo terrible y grita angustiada en el abismo aterrador de la existencia. En lo jondo se juntan la más honda pena con la más loca alegría, se suceden sin separarse el llanto y la alegría, el duende y la gracia, las lágrimas y los besos.

7.- EL DUENDE Y LA GRACIA.

Duende es una palabra tradicionalmente hermética para los aficionados, que se usa ante el estremecimiento y el entusiasmo producido por el cante. El duende, dice Lorca, hiere, y en la curación de esta herida, que no se cierra nunca, está lo insólito, lo inventado de la obra de un hombre. La Gracia es la expresión de la vida que se sobrepone y levanta su ánimo después de haberlo encogido y espantado ante la temible presencia de la muerte.

El duende y la gracia son las dos grandes metáforas flamencas del ser pasional del hombre: el duende es la raíz de nuestra pasión, la gracia es su efímero esplendor.

8.- PATÉTICA.

La palabra patética en su sentido etimológico procede de pathos (pasión), en el sentido de que en el cante jondo hay un modo de conocimiento y una ética derivados de la pasión. Patética significa aquí ética del padecer. Juan de Mairena decía que “hay que ir a la ética por la estética”. Y Wittgenstein que “ética y estética son lo mismo”. 

Más que una Ëtica encontramos una Patética, porque no hay en una teoría de la acción humana sino una poética de las pasiones humanas.

El cante jondo plantea conflictos éticos, pero no los resuelve con reglas, principios o imperativos, su autenticidad consiste en mostrarlos sinceramente. Y ante la fatalidad y el infortunio, se nos propone el más antiguo y más eficaz de los remedios: la fraternidad. Y esta fraternidad es en palabras de Tolstoi, el fin último del arte verdadero.

9.- FILOSOFÍA JONDA

Estamos ante un arte que tiene sus ancestros en Esquilo, Sófocles y Eurípides. Su característica principal es su patetismo donde raramente existe el medio tono, o se grita a las estrellas o se besa el polvo. Pero el sentimiento es imprescindible para el conocimiento y el saber, porque éste no se adquiere sólo en los libros, ni en el puro ejercicio de la razón, sino en el día a día más concreto, con la experiencia, fatigas y duquelas.

El conocimiento la pasión no quita. 

José Martinez Hernández llama Filosofía Jonda al saber que se desprende de la poesía flamenca. Es una filosofía poética y trágica, que parte de un método o camino de acceso a ella: saber/sentir, que consiste en pensar/cantar, que propone una Ontología o teoría del ser: ser es padecer, una Teoría del conocimiento: conocer es desentrañar, una Antropología: ser humano es amar/morir, que a la Lógica racional opone una Paradójica poética y a la Ética una Patética. Es un saber que viene de abajo porque ha nacido en la cultura de la pobreza y que puede resumirse en el enigma latente en tres palabras: pasión, fatalidad y pena.




sábado, 9 de noviembre de 2019

CUENTOS ESCOGIDOS

SHIRLEY JACKSON





Shirley Jackson fue una escritora estadounidense especializada en el género de terror. Sus relatos describen la vida cotidiana con un realismo inquietante cargado de simbolismo: una mujer buscando a su novio el día de su boda, ¡terrible!, un diabólico viaje en tren, ¡qué miedo!, el caso de la librería y el estudiante que no puede comprar libros, ¡qué horror!, o el cuento más famoso, la lotería, en el que relata una ancestral costumbre en un pequeño pueblo americano, ¡para morirse !..

Dicen que su narrativa inspiró, y es de creer, a Stephen King, y a otros escritores norteamericanos, además de películas y series de televisión como “los juegos del hambre”. Por lo que nuestro imaginario y memoria esta conformada, para bien o para mal, por las historias de Shirley Jackson.


Su estilo es directo, sin rodeos, inteligente, y sus temas reflejan sus obsesiones, la agorafobia, la intolerancia, la maldad... a mi juicio algunos cuentos, (sólo algunos), les falta un final adecuado para ser una historia redonda, pero, en general, están muy bien escritos, mantienen la curiosidad y merece la pena leerlos.

Shirley Jackson fue una mujer desdeñada por ser mujer y escribir relatos de terror, atrapada en un matrimonio machista y patriarcal, en un tiempo que no era el suyo, un marido (infiel), cuatro hijos, un montón de mascotas, en un momento en que la gran literatura no eran los relatos de terror de una ama de casa aficionada a los fantasmas sino otras figuras del momento.

Es mucho más fácil, me parece a mí, escribir una historia que afrontar con éxito los millones de problemas y enfados cotidianos que surgen en una casa cualquiera, y ayuda bastante—en particular si hay niños alrededor—si puedes verlos a través de un velo agradable de ficción.


La ficción se vale de tantas cuestiones menores, de tantos gestos pequeños y hechos recordados y rostros inolvidables.

Ahora bien, hay que llevar mucho cuidado porque la vida cotidiana no es ficción. Y la ficción no es operativa en la realidad de los autores y lectores. No se puede castigar o encarcelar a los personajes de ficción y a sus “hechos”. La ficción de los relatos de terror, misterio o policíacos son, sin embargo, los que más se acercan o mantienen a la vida real pues la realidad es para morirse de miedo.











viernes, 1 de noviembre de 2019

LA SUSTANCIA DEL MAL






El mal es la ausencia de bien, la mala novela, la ausencia de una ficción articulada y creíble. Esta novela no es creíble y su ficción no es coherente. Sus personajes hacen naufragar el relato cruel y disparatado. El relato empieza con rodeos, continúa flojo, y para cuando llega al final, parece poco creíble. 

El protagonista, Jeremiah Salinger, se obsesiona con un triple crimen cometido hace años en un pueblo de los Alpes italianos. Muchos personajes, a veces uno se pierde, y al final, un par de giros en la historia. Será el libro más vendido en su momento en Italia y un fenómeno editorial sin precedentes (según la solapa), pero a mí me parece un producto de Marketing.

Lo mejor es la ilustración de la portada que, si nos fijamos, guarda una sorpresa en sus montañas.


 Eran buenos chicos, ¿sabes?—dijo Werner, tras superar un pino partido por la mitad por un rayo—Los tres habían nacido aquí. Evi y Markus eran hermanos. Ella era la mayor. Una chica guapa. Muy desgriada, sin embargo.¿Por qué?
La enfermedad de Tirol del Sur, Jeremiah, ¿la conoces?
No...—balbucí—No tengo ni idea.
El alcohol.



Caminar significa imaginar. Cada rincón, un misterio; cada edificio, una aventura. En mi cabeza todo se convertía en algo brillante, como en una película.


domingo, 6 de octubre de 2019

¿Quién es Carmen Mola?



                                                                                             
La verdad es que no se sabe. Lo de Carmen Mola es un pseudónimo, la autora o autor, que no está claro, intenta ocultar su verdadero nombre. Se supone que es una escritora española inédita y con dos novelas negras de gran éxito: LA NOVIA GITANA y LA RED PÚRPURA. Aunque teniendo en cuenta  la celeridad con la que se le ha editado las dos novelas, no creo que sea un escritor hasta ahora desconocido e inexperto, sino más bien alguien ya famoso o por lo menos con muy buenas relaciones en el mundo editorial. 


Los dos libros son violentos y adictivos, que ya es bastante. La protagonista es una inspectora divorciada, sexualmente compulsiva y aficionada al Karaoke. Un personaje atormentado como es habitual en la novela negra, aunque en este caso con causa justificada, su hijo fue secuestrado por una red mafiosa que trafica con apuestas y vídeos extremadamente violentos.



Pero nada más. Con esto quiero decir que no es especialmente original, ni en su contenido ni en su forma, pero sí adictiva, de lectura rápida de historias muy violentas bien estructuradas; resuelve bien los casos, sin un as bajo la manga y sin necesidad de efectos especiales ni OVNIS pululando por el espacio como la famosa Fred Vargas y su disparatado caso de la araña premiada. 
En resumen, se pasa el tiempo volando leyendo estas dos novelas de quien quiera que sean, aunque concluyes que Freud se quedo corto en definir al ser humano mediante dos energías incoscientes, el sexo y la agresividad, que se deben sublimar por el bienestar de la cultura.




Elena se despierta porque una mosca le está haciendo cosquillas en la nariz. Tarda solo unos segundos en recordar en dónde está: en el salón en penumbra de una casa aislada en el campo. Atada de pies y manos. Frente a ella un emjambre de moscas revolotea sobre el cuerpo de Victoria.


Un sendero de grava conduce a la puerta principal de la casa, una construcción de piedra, muy sencilla, con un tejado a dos aguas. Elena rodea la casa en busca de alguna pista. En la parte trasera hay un todoterreno aparcado, con el parachoques y los neumáticos manchados de barro. Las contraventanas están echadas e impiden espiar en el interior de la vivienda. 



sábado, 5 de octubre de 2019

TUS PASOS EN LA ESCALERA






   




Empecé a leer este libro este verano antes de ir de viaje a Lisboa para ambientarme un poco; bueno, por eso y porque me lo regaló mi marido.

Antonio Muñoz Molina es uno de mis escritores actuales preferidos. Es un gran escritor, un buen narrador; sin embargo esta novela es el claro ejemplo de que puedes ser un excelente narrador y escribir genial formalmente, y aún así, no funcionar materialmente, porque la literatura necesita alma, algo que decir y contar, un duende, una gracia en su conjunto, algo más que el hecho aislado de escribir bien y construir frases correctamente. Un poco extensas, por lo demás—dice mi maridito.

Una historia intimista. Sabemos que el protagonista vivía en NY con su pareja, y que ahora está en Lisboa preparando el apartamento donde pronto se trasladaran. Y mientras hace los preparativos recuerda el pasado juntos, en pareja, en la gran ciudad. E intuimos, que algo va mal. Y Muñoz Molina se estanca innecesariamente, da vueltas y vueltas y no despega. Pero da igual, porque yo dejo de leer cuando voy por más de la mitad del libro.

Y ya está.

Mi marido se niega a decirme el final.



El cielo estaba oscuro y bajo, y no paraba de llover. En la calle la basura se acumulaba día tras día junto a los contenedores rebosantes Más que la incomodidad me agobiaba la superstición de que por culpa de aquellos percances nuestra vida futura en la ciudad quedara malograda, nuestra casa sin estrenar se contaminara de fracaso. No quería decirle nada a Cecilia por miedo a que retrasara su viaje. Pero tampoco quería que viniera y se encontrara en medio de un desorden deplorable, sin condiciones para vivir ni para trabajar.