LA CONJURA

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LAS AVENTURAS DEL SOLDADO SVEJK



El libro comienza con el asesinato del archiduque Francisco Fernando y el estallido de la primera guerra mundial. Schwejk, un soldado que había sido declarado tonto por una comisión militar y que vivía de la venta de perros a los que falsificaba el pedigree, es reclutado para la causa. A partir de ahí, comienza las más disparatadas aventuras: Es encarcelado y después ingresa en el psiquiátrico, es nombrado asistente de un cura borracho y jugador que lo pierde en una partida de cartas, después pasa a las ordenes del teniente Lukasch con el que le sucede los más increibles sucesos. Pero lo curioso del personaje, es que comienzas la lectura viendo un torpe Mr Bean en la Gran Guerra, con sus estúpidas y desesperantes historias que no vienen al caso y continuas meteduras de pata, para luego terminar cogiéndole cariño y dudando de su estupidez, viendo lucidez y sátira mordaz donde antes solo había simpleza y necedad.


El libro es un alegato antibelicista, denuncia lo absurdo de la guerra a la vez que divierte a través de un desfile de personajes dispares, como Marek, el voluntario de un año, encargado de falsificar la historia inventandose futuras victorias, el cocinero ocultista Jurajda, el asistente Baloun de apetito insaciable, el teniente Dub con su eterna amenaza "Tu no sabes quien soy yo" y el teniente Lukasch, al que nunca deja de sorprenderle las ocurrencias e historias de Schwejk.




El autor, Jaroslav Hasek, murió a la edad de cuarenta años dejando la obra inconclusa. Su vida y peripecias en nada tenían que envidiar a los de sus propios personajes: hijo de un matemático tuvo varias profesiones; fue minero, fundó el "Partido del lento progreso dentro de los límites de la ley" por el que se presentó como candidato, al igual que el protagonista de su novela Schwejk, robó perros y los vendía con falso pedigree, estuvo en 1915 en campos de concentración en Ucrania y los Urales, años después, 1918, fue comisario politico de los bolcheviques, fue bígamo, y en general llevó una vida muy disipada de borracheras donde frecuentaba ambientes bohemios pero antiintelectuales acompañado de personajes singulares y sobre todo perdedores que supo retratar en su novela.


En estos tiempos de revolución y crisis me quedo con esta frase: "Han querido incluso fusilarme pero esto no hubiera sido lo peor. Desde el día 12 no me han pagado".
















NOTA: 7,5