LA CONJURA

miércoles, 30 de noviembre de 2011

DIARIOS 1984-1989 DE SÁNDOR MÁRAI







DIARIOS 1984-1989 DE SÁNDOR MÁRAI

Los Diarios de Márai Sándor son conmovedores, llenos de rabia e impotencia. Conforme vas leyendo te sumerges en el dolor, en su duelo y se le saltan a uno las lágrimas por el sufrimiento de este anciano, por la vejez inevitable en un pensamiento lúcido e implacable que hace la existencia aún más incomprensible, más sórdida e inútil.

El momento en el que al final de una larga vida uno comprende que el destino no sólo es cruel, sino además deshonesto”.El dieciocho de febrero del año ochenta y seis Sándor Márai compra un arma de fuego. El 22 de febrero de 1989 se quita la vida, es decir, que se pega un tiro.

Él mismo relata con pasmosa normalidad como se traslada en taxi al otro extremo de la ciudad de San Diego, California, para comprar el arma. Todavía no quería morir pero deja el revólver en la mesita de noche para cuando lo necesitase, no pasaría los últimos días de su vida, inútilmente, en hospitales para enfermos terminales, en frías habitaciones de hospital, como le sucedió a Lola, su mujer.

Su última anotación la hace el quince de enero:

“Estoy esperando el llamamiento a filas; no me doy prisa, pero tampoco quiero aplazar nada por culpa de mis dudas. Ha llegado la hora”.Sándor Márai hizo un cursillo de armas de fuego. Estaba solo, su mujer hacía tres años que había muerto, sus hermanos también, y su hijo adoptivo János muere súbitamente a los cuarenta y seis años. Y ya no le quedaba nada, ni nadie, ni siquiera Patria, Hungría estaba ocupada por los comunistas estalinistas. Meses antes había escrito: Se cumplen cuarenta años desde que nos marchamos de Budapest, de todos los que vinieron a despedirnos a la estación de tren tal vez la niñera esté viva; los demás ya murieron.En la foto de la contraportada, se ve un hombre elegante, aristocrático aunque burgués, vestido impecablemente, con abrigo, corbata y pequeña boina. Su mirada es atractiva, es dulce, es la mirada de un escritor. Él supo plasmar en su obra los acontecimientos del siglo XX, fue testigo de la primera y segunda guerra mundial, del ascenso del nazismo y del oprobio del éxodo judío por Europa para terminar finalmente, viviendo como inmigrantes- su mujer L. era judía- en los EEUU. Fue un gran escritor, aunque no le dieron el Nobel, tampoco a Borges- su amigo.

Su mujer está ciega y Sándor la cuida en casa, le da de comer, la ayuda a salir, a pasear a duras penas, “no puede dar ni un paso sin mí: la sujeto por el brazo, pero yo mismo necesito un bastón, pues ando con inseguridad” y cuando está en la cama le coge la mano y lee para ella. Se queja amargamente de los médicos a los que llama perreros y del sistema médico por el que Lola (L. en sus diarios) tiene que esperar cuatro horas en un pasillo de hospital en condiciones deplorables para poder hacerse una radiografía. Después de su muerte no hay ni un solo día que no hable de ella:

“Soy muy desgraciado. Ya no me ayuda el razonamiento de que se nos haya terminado la vida. Ha sido un ser maravilloso, la mujer completa, el compendio de todo lo humano, de las virtudes femeninas, el sentido de mi vida, y sigue siéndolo. Si se va, ya nada tendrá sentido”.Sándor Marai tiene un teléfono rojo con hilo directo con L. Todas las noches habla con ella, todos los días lee los diarios de L. y cada vez que escribe habla de L.:

“Fue una mujer extraordinaria, un ser único y excepcional” “Duermo solo. Leo solo. Todo representa un esfuerzo. Ya no mantengo ningún vínculo con la vida, excepto con la vida sin sentido, sin fines ni deberes,”Sándor Marai escribe: “ Un acto reflejo que no consigo erradicar: al despertarme, aún medio dormido, alargo la mano para coger la suya como he venido haciendo cada día a lo largo de sesenta y dos años y ocho meses. Cuando no la encuentro me invade el terror. ¿Dónde está? ¿En el salón? ¿En el baño? ¿Se habrá caído?... Y de pronto me sobreviene el recuerdo de su muerte; por eso no está a mi lado. Y a ese momento lo sigue de modo cada vez más íntimo el asco. Asco porque no está aquí. Porque murió. Porque todo es mentira: lo que los curas, los médicos y gente de toda clase masculla sobre la muerte. La realidad de la muerte es asquerosa. ”
Mientras cuida a Lola, Sándor Márai sólo puede leer por las noches, antes de acostarse, poesía húngara y Don Quijote de la Mancha, la novela más hermosa de la literatura mundial según escribe. Sin embargo Voltaire es más bien aburrido. “En literatura no existe la democracia; sólo hay solistas. El escritor que decida cantar en un orfeón descubrirá que su voz no se distingue del coro”. Una persona enamorada no escribe poemas y si lo hace desde luego no serán buenos. El poeta más bien está enamorado del poema que escribe sobre el amor.De Schopenhauer dice lo que dice siempre mi marido: Para Schop… los bípedos son parásitos mezquinos, bestiales, codiciosos e ignorantes. Y la gran mayoría sin duda lo es. Sin embargo parece olvidar que no es la mayoría la que cuenta, sino siempre y en todos los tiempos aquellos pocos que son diferentes.Según Dewey los sofistas tenían razón en muchas cosas, pero hablaban demasiado.

De Aristóteles le parece extraordinariamente aburrido el capítulo sobre el alma, algo osado de un sabio sobre un tema del que carece de conocimientos. Sin embargo sus reflexiones sobre la naturaleza le refrescan: “por ejemplo cuando afirma que los peces también duermen. Eso sí que no lo sabía”.De las lecturas de Marco Aurelio:“el hombre realmente fuerte es capaz de soportar no sólo los golpes, sino las ofensas”.Sobre Joseph Conrad y La flecha de oro, al final muy aburrida, Conrad, quiere ser inglés pero solo lo consigue a la manera polaca y es que a pesar de tener talento, en el fondo era un provinciano.

Me hace gracia cuando vuelve a leer su novela autobiográfica Confesiones de un burgués y sólo se le ocurre decir: ¡!!Cuánta verborrea!!!

Los acontecimientos se precipitan. Su querido hijo János muere: un buen hombre, inteligente, honesto, humilde, nunca pedía nada y siempre estaba agradecido por todo.

Venimos de la nada y desaparecemos en la nada; lo demás son fantasmagorías infantiles.Sus últimas palabras para Lola: “Hoy he añorado mucho la nobleza y la elegancia del cuerpo de L. Su sonrisa. Su voz.”¿Dónde queda tanto amor Márai Sándor? ¿Dónde ha ido a parar?

viernes, 25 de noviembre de 2011

EL ALMA Y LAS MÁQUINAS (II)





EL ALMA Y LAS MÁQUINAS (II). LEIBNIZ. BLAS PASCAL. GIAN BATTISTA VICO. JOHN LOCKE.

Leibniz era un hombre de mundo, sabía halagar a los poderosos y se movía en la corte como pez en el agua. Tenía un talento extraordinario para las matemáticas, (descubrió el cálculo infinitesimal), la lógica, la teodicea, la historia y también la política. En cierta ocasión visitó a Spinoza clandestinamente en su taller holandés, no quería verse relacionado con ese judío considerado por algunos peligroso pero que por otra parte le fascinaba y cuyo genio era de los pocos capaces de entender.

Leibnitz también creía en un orden del mundo pero no geométrico y necesario como el de Spinoza sino espontáneo y libre. Todo el Universo responde a un propósito. Dios es el diseñador secreto y voluntario de ese orden. Para Dios no existe la necesidad porque es perfectamente libre sino la posibilidad, es decir, el conjunto de alternativas entre las que su voluntad creadora elige. Y como Dios además de omnipotente es bueno el proyecto de Universo que ha realizado es el mejor de todos los posibles.
¡Cómo va a ser este mundo lleno de injusticias y guerras el mejor posible!!!. Es que sólo somos capaces de ver una pequeña parte del conjunto. No consideramos la totalidad.
Se aprecia mejor un cuadro cuando se considere su totalidad con sus luces y sus sombras. Dios podría haber hecho a los hombres obligatoriamente buenos, pero eso les hubiera robado su libertad. Es mejor que sean libres. La posibilidad del mal mejora al mundo, según Leibniz.

Toda la realidad está compuesta por mónadas ( ese término que tanto utiliza ahora Antonio García Trevijano para referirse a los distritos electorales), una especie de átomos espirituales simples que no tienen extensión ni por tanto partes divisibles. Cada una de las mónadas es distinta a las demás y todas han sido creadas directamente por Dios. Las mónadas son como pequeños mundos completos y cerrados en sí mismos, no tienen comunicación entre ellas pero dentro de ellas existe la representación más o menos confusa del conjunto universal. Esta concordancia se produce precisamente por lo que Leibniz llama “armonía preestablecida determinada por Dios” Sería algo así como cuando dos relojes marcan siempre la misma hora, el sabio, o el relojero, entenderá que esto es debido a que han sido puestos en hora por el mismo gran Relojero.

Un discípulo de Descartes fue el francés Blas Pascal. Al igual que Descartes o Leibniz destacó como gran matemático. Siendo aún niño inventó por sí solito los principales axiomas de la geometría. Pero su principal preocupación fue la fe en el más allá y la posible salvación del alma eterna.

A Pascal no le preocupaba principalmente el conocimiento o la ciencia por sí mismos, sino la condición humana. ¿Qué es el hombre? Alguien situado entre dos infinitos, lo infinitamente grande del Universo y lo infinitamente pequeño de las moléculas y átomos. Y apenas podemos vislumbrar esas infinitudes que nos rodean pues estamos limitados por una inteligencia y experiencia finitas.

Sin embargo la dignidad del hombre es su capacidad de reflexionar. Somos criaturas miserables pero al menos sabemos que somos miserables. Se equivocan quienes sólo hablan de la grandeza humana porque ignoran nuestra pequeñez ante los infinitos espacios cuyo silencio eterno sobrecoge nuestro corazón (qué bonito esto último!!!); pero también se equivocan quienes se deleitan en detallar nuestras patentes limitaciones. El ser humano no es ni un ángel ni una bestia. Como no podemos evitar los males de nuestra condición –la muerte, el dolor, la ignorancia, etcétera--, la mayoría de los hombres se refugia en la diversión, es decir, en cuanto nos aleja de reflexionar sobre lo que somos y lo que nos pasa: nos atontamos con juegos, comedias, charlas intrascendentes, ambiciones ridículas, enemistades guerreras. Y aquí interviene para Pascal la fe. La fe en Dios no es una certeza y aún menos algo que se pueda alcanzar a través de razonamientos y demostraciones pero se parece más bien a una apuesta. El creyente se apuesta su vida a que Dios existe y que la práctica religiosa puede rescatarle de la muerte. Si se equivoca y pierde no desperdicia gran cosa porque las riquezas de este mundo no valen a fin de cuentas mucho la pena. Pero si acierta y gana, conquistará nada menos que una eternidad feliz.

GIAN BATTISTA VICO es otro de los hijos díscolos de Descartes como Leibnitz, Pascal, …etc. Aprendió mucho de su filosofía pero se rebeló contra él. Fue un autor a veces confuso y algo caprichoso pero profundamente original. Vico se opuso a la idea geométrica del conocimiento como evidencia racional que tenía Descartes. Los humanos estamos vitalmente seguros de muchas cosas que no podemos demostrar. No es lo mismo lo verdadero, que es imprescindible para la razón, que lo cierto que es indispensable para la vida. Constantemente tenemos que actuar, la vida lo exige, y para la acción lo importante no es la verdad clara sino lo probable. En el fondo, conocer algo completamente supone saber hacerlo, y por eso la naturaleza sólo la puede conocer del todo Dios, que es su Autor. El hombre, en cambio, sólo puede tener ideas limitadas y abstractas de los sucesos naturales, pero en cambio comprende perfectamente las matemáticas porque las ha inventado él.

La gran aportación de Vico es convertir la historia en cuestión central de la filosofía moderna. La historia es la búsqueda de la Ciudad Ideal, de la comunidad perfecta en que los hombres puedan vivir de manera armónica. Lo que cuenta en la historia no es constatar lo que fue, es y será, sino lo que debió, debe y deberá ser; es decir, la valoración de los acontecimientos. Esa marcha hacia lo mejor no siempre es impulsada por motivos nobles o desinteresados, pero a pesar de todo la Providencia hace avanzar la sociedad.

El avance histórico pasa por ciclos que comienzan a tientas, alcanzan su auge y después entran en decadencia. Los describe en su gran obra "Ciencia Nueva" . Primero vino “la edad de los dioses” es decir, las comunidades primitivas centradas en la autoridad del cabeza de familia y en el temor de Dios. Luego llegó “edad de los héroes” basada en la preeminencia aristocrática de los más valientes, para dar paso a “edad de los hombres” en la que ahora estamos, donde se extiende el pensamiento más maduro en el plano de la razón geométrica y en la sabiduría poética, pues la poesía es una capacidad distinta de lo meramente intelectual que nos permite recuperar las antiguas formas primitivas de conocimiento y prolongarlas hasta nuestro presente. La forma más compleja de conocimiento es la filosofía, pero a ella sólo se dedica una minoría, por lo que la poesía y las religiones son imprescindibles para que la multitud humana conozcan, aunque sea de modo impreciso, los ideales y tienda hacia ellos.

Otro seguidor y discrepante de Descartes fue el inglés John Locke. Locke no sólo se dedicó a la filosofía meramente teórica sino también, de forma más práctica a la política. En su obra "Carta sobre la tolerancia" defiende la virtud democrática frente a una época zarandeada por enfrentamientos y persecuciones religiosas que terminaban por convertirse en luchas civiles.

Locke siguió la tradición empirista de los pensadores británicos, inaugurada por Francis Bacon. Para Locke, como para Descartes, el objeto del conocimiento humano son las ideas, pero para él no hay más ideas en nuestro entendimiento que las que provienen de la experiencia.

Pero la experiencia de los sentidos no nos proporciona más que las ideas simples. A partir de esas ideas simples se forman por medio de los mecanismos de combinación, yuxtaposición y análisis las ideas más complejas, esenciales para las formas más sofisticadas y científicas de nuestro saber. El entendimiento humano lo recibe todo de la experiencia pasivamente, pero luego actúa y relaciona las ideas recibidas unas con otras. Gracias a ello acuñamos conceptos de lo universal y general, que se hacen patentes por medio del lenguaje y que sólo existen como términos en él: a partir de lo particular, que es lo único que nuestros sentidos encuentran en el mundo real, llegamos a los términos universales del lenguaje, que expresa nuestras ideas más complejas.
También teorizó Locke sobre las cuestiones políticas. Sus reflexiones siempre están llenas de buen sentido y moderación. Fue el primero que apuntó a la separación de poderes, pues según él debe existir un poder legislativo y parlamentario que establezca por mayoría las leyes y luego un poder ejecutivo que las ponga en práctica de manera efectiva. También concedió por primera vez importancia a la educación de los ciudadanos, rechazando los castigos corporales y propugnando que se educase no sólo en conocimientos objetivos sino también formando a personas capaces de vivir socialmente con los demás.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL ALMA Y LAS MÁQUINAS I


EL ALMA Y LAS MÁQUINAS I. GALILEO GALILEI . RENÉ DESCARTES. HOBBES. BARUCH SPINOZA.

Galileo sostuvo que los hallazgos científicos se hacen mediante la experiencia y la observación de los sucesos naturales. Gracias a las mejoras que hizo en el telescopio descubrió los tres satélites del planeta Jupiter y también se convenció de que Copérnico tenía razón: era la Tierra la que giraba alrededor del sol y no al revés como parece. Luego tuvo que enfrentarse ante el Santo Oficio inquisitorial y para no acabar como Giordano Bruno tuvo que abjurar de sus teorías, pero a regañadientes siguió diciendo “!Y sin embargo, la Tierra se mueve!”

Fueron las matemáticas el estudio principal del primer filósofo propiamente moderno: René Descartes. En aquella época, alistarse en el ejército podía ser una buena forma de viajar y ver mundo. Descartes la utilizó y finalmente se instaló en Holanda. Entre sus alumnos se encontraba la reina Cristina de Suecia. Murió de una pulmonía que pilló en uno de esos madrugones que solía hacer para cumplir con sus compromisos.

La mayor preocupación intelectual de Descartes fue buscar la certeza en el conocimiento semejante a la certeza que tenemos en las matemáticas. ¿Podía estar seguro de algo?. Los sentidos nos engañas a veces. Por ejemplo un bastón introducido en el agua parece a la vista que deja de ser recto. ¿Y si resulta que soy la víctima de un demonio burlón o genio maligno que me hace creer en la aritmética o geometría porque le divierte verme engañado?

Por lo menos hay algo seguro: la duda misma. Si de algo está seguro es de que está dudando de todo, y si duda es porque está pensando. Duda de lo que piensa, pero al menos es imposible dudar de que piensa puesto que duda…Soy una cosa que piensa y duda…pero seguro que soy. Por fin había encontrado algo claro y evidente.

La evidencia irrefutable de que existía podía servir para identificar otras verdades. Por ejemplo tenía la idea de la perfección absoluta y esa idea no podía habérsela sugerido nada de este mundo, donde todo es imperfecto: de modo que la idea de perfección hace evidente y clara la existencia de un ser absolutamente perfecto al que llamamos Dios. Y este Dios tiene que ser bueno porque la maldad es una imperfección y Dios es perfecto y evitará que ningún demonio me tome el pelo. Por tanto, puedo confiar en las matemáticas, en mis sentidos y en la capacidad de mi razón.

Su obra más célebre es El discurso del método.

Estableció una separación radical entre el mundo material (todos los cuerpos) cuya característica principal es la extensión, y el alma, que es exclusiva humana y se caracteriza por el pensamiento inteligente, pudiendo decidir a partir de su libre voluntad.

Y Descartes dijo esta perla:

Los animales, al no tener alma y ser simplemente cuerpos, funcionan como puras maquinarias: parece que sufren dolores o tienen satisfacciones , pero en realidad son tan incapaces de sentir como una máquina.

Y no se corta un pelo cuando dice:

El alma humana está unida al cuerpo a través de la glándula pineal, situada en la base del cerebro, y por eso experimenta lo que en el cuerpo ocurre.

Thomas Hobbes y su aforismo; “El hombre es un lobo para el hombre” han sido un ejemplo en la filosofía de actitud pesimista frente a la vida. Él se tomaba a broma la idea aristotélica de que el hombre es un animal sociable. ¡ Sí, si, sociable..! Uno puede entender mejor esta mala opinión que tenía sobre el hombre porque Hobbes vivió una época de grandes enfrentamientos y guerra civil en su país (que era Inglaterra).

Si se consigue una sociedad ordenada donde la gente pueda convivir sin violencia no será como resultado del instinto de los hombres sino al contrario, porque un poder inexorable se impone y consigue domesticar la naturaleza humana. Era un materialista convencido. Estaba de acuerdo con Descartes en que somos “cosas” que pensamos pero nada que ver con el alma o espíritu, sino que se resume sencillamente en un cuerpo. Nuestros pensamientos provienen de las imágenes que los objetos del mundo proyectan sobre nuestros sentidos corporales. Lo que no es corpóreo no existe. Hasta Dios tiene que tener algún tipo de cuerpo material.

Hobbes al igual que Maquiavelo fue un gran pensador político de la época moderna. El sistema político puede deducirse casi geométricamente de dos principios o axiomas fundamentales:

a) Cada individuo humano tiene una avidez natural a gozar él solo de todos los bienes sin compartirlos con nadie.
b) Evitar por todos los medios la muerte como el mayor de los males.

Teniendo en cuenta el primer axioma, los humanos somos asociales y nos aprovechamos de nuestro prójimo pero comprendemos que ese comportamiento es sumamente peligroso y nos podría llevar a la violencia extrema.

En una época remota llamada “estado de la naturaleza” (algo que probablemente nunca existió pero que funciona como un mito que nos permite interpretar el presente) la vida humana era brutal, breve…Por eso todos los humanos hicieron un pacto entre sí, del que nació el Estado. Cada cual se comprometía a renunciar al uso de la violencia con tal que los otros hicieran lo mismo. Se aceptaba un soberano por encima de todos, con poder absoluto sobre ellos. No habría derecho a rebelión ni por motivos religiosos ni por afanes facciosos de otro tipo, salvo si el propio pellejo estaba amenazado. El temor a morir mantendría a los hombres juntos y ordenados. La obra principal de Hobbes es el Leviatán, en la portada de la primera edición mostraba a un gigante coronado y formado por miles y miles de hombrecitos como células de su inmenso cuerpo social.

Baruch Spinoza, nació en Ámsterdam de una familia hebrea exiliada, primero de España y luego de Portugal. Spinoza no dio más que lecciones de cordura, tolerancia y alegría racional; pero fue uno de los filósofos más perseguidos y calumniados. Rechazó honores y cargos académicos para ganarse su modesta subsistencia trabajando en un taller de óptica como pulidor de lentes. La claridad del cristal y la lucidez de visión ocuparon su vida, no la ambición, el odio ni el temor.



Spinoza , aunque discípulo de Descartes, pretende acabar con la dualidad entre cuerpo y alma que éste último mantenía. En su pensamiento que expone en su obra titulada Ética demostrada de modo geométrico sostiene que todo lo real está formado por una única sustancia, causa de todo lo que existe y no causada a su vez por nada, a la que podemos llamar Naturaleza o Dios. Cuanto existe es un modo o forma peculiar de esa sustancia, lo mismo que las olas del mar son una modificación del conjunto del agua. Esa sustancia universal tiene infinitos atributos la mayoría de los cuales ni siquiera podemos imaginar, pero al menos conocemos dos: la extensión y el pensamiento. La extensión está formada por los cuerpos, el pensamiento por las ideas, ambos coordinados y sometidos al mismo orden necesario.

El alma humana es una idea múltiple formada por la multitud de ideas variables que responden a cada uno de los múltiples estados de nuestro cuerpo, que cambia de acuerdo con la influencia que sobre él ejercen los demás cuerpos existentes. La mayoría de esas ideas son confusas o imperfectas, porque responden sólo a los movimientos de nuestro cuerpo pero ignoran el resto de la dinámica que mueve a todos los demás. Si logramos sintonizar con ideas universales y eternas, como la sustancia misma, alcanzaremos la verdad y nos alzaremos sobre el abrumador barullo de los minúsculos y cambiantes errores cotidianos.

No somos libres de inventarnos una naturaleza propia a nuestro gusto, ni un cuerpo que funcione como nosotros queramos. Yo soy libre de elegir entre la carne y pescado pero no soy libre para comer clavos o beber lejía porque mi cuerpo no lo soportaría. Y cuanto mejor comprenda por medio de ideas verdaderas lo que soy yo y lo que es el mundo, mejor entenderé mis necesidades y actuaré en consecuencia. Ser verdaderamente libre es aceptar la necesidad de lo que soy.

De modo que lo bueno y lo malo son calificaciones que sólo tienen sentido cuando se refieren a lo que me conviene a mí, pero no en términos absolutos
. Todas las pasiones se basan en ideas confusas pero no todas son iguales: hay pasiones alegres como el amor que aumentan nuestra capacidad de actuar y pasiones tristes como el odio y la envidia que nos alejan de hacer lo que más nos conviene.

La naturaleza del hombre es vivir en sociedad y no es verdad que sean rivales entre sí como cree Hobbes. El Estado no debe atemorizar a los hombres sino garantizar su libertad.

lunes, 14 de noviembre de 2011

MUY HUMANOS Y CONTENTOS DE SERLO


MUY HUMANOS Y CONTENTOS DE SERLO. GIOVANNI PICO DE LA MIRANNDOLA. ERASMO DE ROTTERDAM. TOMÁS MORO. JUAN LUIS VIVES. MONTAIGNE. MAQUIAVELO. GIORDANO BRUNO. COPERNICO. KEPLER. BACON.

Con el ascenso del poder de los Estados fue disminuyendo el dominio de la Iglesia sobre los súbditos ( Savater llama “ciudadanos”, …será iluso).

El tema fundamental dejó de ser el contenido de los dogmas cristianos y aparecieron preocupaciones nuevas:

1º- las leyes de los países y su mejor organización,
2º- la paz y la guerra entre las naciones,
3º-las posibilidades de arte y la ciencia…y volvieron a leerse y a citarse como autoridades intelectuales a los autores clásicos griegos y romanos.

Tres cosas que en España todavía No son preocupación , ni ocupación. Tres cosas que no son de la vida de los españoles.

En la Italia de entonces, recordemos que no era un Estado único sino un conjunto de ciudades-estado gobernadas por familias nobles, escribió Giovanni Pico de la Mirandola el Discurso sobre la dignidad del hombre que ha sido llamado por algunos como “el manifiesto del humanismo renacentista”.

En él se cuenta una especie de fábula: Dios repartió entre todas las criaturas los diversos bienes y habilidades en una escala que va desde los ángeles en lo más alto hasta los seres más humildes, pero dejó para el final al hombre, al que le dejó la libertad para buscarse y labrar su propio destino mientras que los demás seres tenían que atenerse a lo que les había programado para ellos.

Desiderio Erasmo, nacido en Rotterdam, gran viajero, colgó los hábitos, fue un pensador cauteloso y prudente y se las apañó para exponer sus ideas con precisión, elegancia y mucha ironía, pero esquivando los peligros.

Erasmo pensaba que todos los humanos estamos necesariamente más o menos locos. No locos en el sentido clínico del término sino poseídos por obsesiones fantásticas e ilusiones de todo tipo sin las cuales la vida se nos haría imposible. Añado yo que mi petite chien Fox está también algo loco porque no quiere nada más que salir de paseo.

Nos alimentamos de mentiras e imposturas. En el amor, en la política, en la religión y en todos los campos nos movemos gracias a fantasías o exageraciones que tomamos tremendamente en serio.
Erasmo lleva razón.Ahí le has dado.!!!! Qué tío más listo!!!!!

En su obra Elogio de la locura realiza un supuesto encomio de nuestros delirios más queridos y frecuentes con humor malicioso.

Por supuesto que no todas las locuras tienen el mismo mérito ni el mismo peligro. Algunas nos permiten disfrutar de nuestra existencia pero otras se convierten en motivo para intransigencias, hipocresías, guerras y persecuciones.

Erasmo de Rotterdam, a pesar de ser un hombre religioso, era también muy crítico con la Iglesia y sobre todo con los papas, demasiado dedicados en su época –y en la nuestra?- al lujo y a las intrigas políticas.

Los reformadores protestantes se basaron en sus demoledores escritos pero no se adhirió a Lutero cuando éste lanzó su cisma.

Pero en lo que Erasmo fue indudablemente más claro fue en su oposición a la guerra, a cualquier guerra, a todas las guerras. En uno de sus Adagios (comentarios de proverbios griegos y latinos en los que exponía sus propias ideas) glosa el proverbio: “la guerra es dulce para quien no la conoce”

El hombre no está hecho para enfrentarse a los demás hombres sino que es el único animal nacido exclusivamente para la amistad y que madura y se refuerza principalmente gracias a la ayuda mutua.

Erasmo sostuvo que los príncipes deben recordar que gobiernan a hombres libres y no a simple ganado al que se puede llevar con engaños al matadero para servir a sus propios intereses particulares.

Erasmo de Rotterdam fue amigo de Tomás Moro, hábil político y consejero durante cierto tiempo del rey Enrique VIII.

Tomás Moro, estudioso de los filósofos clásicos, fue erudito e irónico y muy digno, también firme en sus convicciones religiosas pero tolerante con los demás. Sirvió a su país con un espíritu libre e independiente pero sin sentirse obligado a plegarse a los caprichos del poderoso. La diferencia entre Moro y Erasmo era que el primero ocupó cargos políticos en vez de mantenerse al margen de esos asuntos como lo hizo el prudente Erasmo. Por ello cuando Enrique VIII ordenó al parlamento inglés anular su matrimonio, Tomás Moro se negó a firmar esa acta.

El rey lo mandó encarcelar y lo condenó a muerte.

Tomás Moro escribió Utopía, una especie de novela que cuenta la llegada de un náufrago a la isla de Utopía (que en griego significa algo así como “en ningún lugar”). En la isla no existe la propiedad privada ni el dinero. Todos los ciudadanos cultivan el campo por turnos y nadie puede permanecer ocioso. El cristianismo coexiste sin hostilidad con cualquier otra religión y sólo los fanáticos religiosos son condenados, de modo que el único pecado imperdonable es la intolerancia. Con este libro no proponía un programa de gobierno ni un modelo de paraíso sino criticar usos y abusos frecuentes de la Inglaterra de su época.

El valenciano Juan Luis Vives fue amigo de Tomás Moro y de Erasmo (vamos como ahora los tres tenores). A Vives le preocupaba que la lógica aristotélica, admirable en su día, fuese tan intocable en la Edad Media que impedía el desarrollo de la ciencia moderna. El conocimiento científico avanza a través de la investigación experimental de los hechos naturales.

Michel de Montaigne
fue uno de los autores más interesantes y simpáticos del Renacimiento. Vivía en su castillo del Perigord, cerca de Burdeos, Francia, e inventó un nuevo género literario: el ensayo.

Ensayos eran unos textos breves que no pretendían estudiar científicamente un tema sino reflexionar y divagar con libertad, aportando anécdotas, humor y experiencias personales.

El pensamiento de Montaigne está marcado por el escepticismo, es decir, por la duda respecto a todo. Desde luego no hablaba con la seguridad del dogmático. Dependemos del mundo y la naturaleza y contamos con medios limitados de conocimiento. Y todo lo que ocupa la vida es digno de estudio y atención, desde nuestras funciones fisiológicas hasta nuestras enfermedades o nuestra conversación con los amigos.

Nicolás de Maquiavelo
, nacido en Florencia fue un historiador dedicado a hacer política pero también a reflexionar sobre ella, no un desaprensivo ni mucho menos un criminal.

El apellido Maquiavelo se ha convertido en un adjetivo descalificador, como sinónimo de astuto, hipócrita o tramposo, y que no retrocede ante ninguna fechoría para conseguir lo que se propone.

Hay que tener en cuenta que Italia era un mosaico de ciudades y feudos frecuentemente enemistados y Maquiavelo quería conseguir la unión de todos ellos.

Fueron sus consejos a esos futuros gobernantes—recogidos en su obra más célebre El principe—los que le han granjeado mala fama en la posteridad.

Según Maquiavelo, el gobernante tiene ante todo que ser un buen político, pero no sencillamente lo que llamamos “buena persona”.

La moral corriente está muy bien para las relaciones cotidianas entre humanos, pero no sirve o no basta para quien tiene que dirigir toda una comunidad, sortear conspiraciones y revueltas o enfrentarse a enemigos exteriores.

Si los ciudadanos aman a su príncipe será mejor para todos, pero es mejor que le teman porque es más eficaz para garantizar la libertad
de los ciudadanos que uno muy amado por bondadoso y tontorrón.

La justificación de actos poco recomendables en aras del bien de la comunidad y la paz social es lo que se conoce por “razón de estado”. Aunque actualmente se confunde la razón de estado con los intereses personales, que no es lo mismo.

Maquiavelo tuvo claro que organizar la convivencia humana es algo muy complejo sometido a constantes vaivenes y donde influye también el azar.

Nicolás Copérnico
, estableció que el centro de nuestro sistema planetario es el Sol y no la Tierra, como se creía desde Tolomeo. Después otro astrónomo, Kepler, reforzó la teoría heliocéntrica y descubrió las leyes del movimiento planetario.

Giordano Bruno consideraba meras supersticiones las creencias religiosas, aunque les concedía algún valor de orientación moral. Creía en un Dios pero al que identificaba con la naturaleza, criticaba a los “acríticos” de Aristóteles, es decir, a los que consideraban intocables a Aristóteles y sus enseñanzas, y como otros pensadores del pasado, padeció cárcel y persecución por sus ideas hasta que le pegaron fuego. Una imagen suya en el Campo dei Fiori en Roma conmemora su ejecución.

También fue antiaristotélico Francis Bacon un pensador inglés al que se le considera padre del método científico. Pero Bacon también se dedicó a la política y llegó a pasar una temporada en la cárcel acusado de corrupción. También fue muy moderno en esto!!!!!.

Según Bacon es preciso estudiar la naturaleza mediante, anotar los resultados y hacer experimentos para reforzar las observaciones realizadas para obtener interpretaciones acertadas científicamente.

Denunció que adoramos a determinados ídolos que nos mantienen en la ignorancia, que suelen ser: falsas opiniones, que, sin embargo son generalmente aceptadas (esto me recuerda a Erasmo ¿verdad Antonio?). Entre ellos destacamos el lenguaje que está lleno de palabras son residuo de teorías falsas pero que no se discuten como “fortuna” “primer motor” “elemento del fuego”. Otras como “húmedo” se refieren a cosas verdaderas pero imprecisas y ambiguas.

domingo, 13 de noviembre de 2011

LA FILOSOFÍA SUBE A LOS ALTARES





LA FILOSOFÍA SUBE A LOS ALTARES. SAN AGUSTÍN, SANTO TOMÁS DE AQUINO, SEVERINO BOECIO, AVERROES, MAIMÓNIDES. RAIMUNDIO LULIO, GUILLERMO DE OCCAM.

Desde sus comienzos, la filosofía ha sido una empresa fundamentalmente racional. Lo que hizo que los filósofos en la época cristiana y medieval tuvieran que afrontar un nuevo problema: ¿Es compatible la fe con la razón?. La fe consiste en creer lo que dicen los textos sagrados aunque sean contrarios a la experiencia racional.

Los pensadores cristianos tenían fe pero no querían renunciar a la razón: de modo que su problema era intentar explicar cómo la una podía conciliarse con la otra.

Aurelio Agustín fue el primer gran filósofo del cristianismo. Nació en Túnez y tras estudiar en Milán llegó a ser obispo de Hipona.

Por cierto hablando de obispos acabo de enterarme – me lo dijo Antonio- que para ser cardenal – jerárquicamente superior al obispo y requisito para ser Papa- no es necesario ser cura, es decir, creer en Dios uno y trino. Extraño ¿no?... Será por aquello de que San Pedro negó tres veces conocer a Dios…por lo que para qué poner el requisito de creer en Dios al sucesor de San Pedro…

Bueno, pues Agustín a los treinta años abandona la pasión sexual, los estudios clásicos y con ellos a su maestro Cicerón y se dedica a la defensa de la fe cristiana. “Yo deseo conocer a Dios y al alma”, dice.

Dios es la respuesta a las más hondas y definitivas cuestiones que nos planteamos en la vida. La razón es un instrumento útil para buscar en nuestro interior que es donde encontraremos a Dios.

Confesiones es una autobiografía moral e intelectual en la que plantea el tema del tiempo. El único tiempo real es el presente, porque el pasado es el presente que fue y que recordamos y el futuro es el presente que esperamos o proyectamos.

Mantuvo feroces polémicas contra diversas herejías surgidas en el seno de la fe. Una de ellas era el maniqueísmo, que se inspiraba en antiguas creencias orientales sobre que hay un dios del mal y otro del bien. En opinión de Agustín este dualismo menoscaba la omnipotencia divina y todo lo que existe es bueno porque lo ha creado el Supremo Bien.

Agustín también polemizó con los pelagianos seguidores del maestro Pelagio, que enseñaba la posibilidad de que los hombres se salvasen por su esfuerzo moral y realizando buenas obras. Esta teoría tenía un peligro pues concedía demasiada fuerza y autonomía al hombre y convertía en innecesaria tanta intervención y mediación de la iglesia y sus clérigos. No, No, el hombre haga lo que haga, sea bueno o malo al final siempre estará condenado por la actuación de sus antepasados Adán y Eva. Es el asunto del pecado original…

La obra más famosa de Agustín es La ciudad de Dios. Sostiene San Agustín en este libro que existen dos ciudades: La de Dios y la de los hombres. En la ciudad de los hombres prevalece el deseo y el placer y en la de Dios están aquellos que renuncian al pecado y reciben su gracia. En realidad es la primera Teología o Filosofía de la Historia de la Humanidad.

Hace dos veranos viajábamos por el norte de Italia con nuestro Mercedes clase B y paramos en Pavia. Descubrimos que allí está enterrado San Agustín. Tengo una magnifica foto de un parque con la estatua de un perro cerca de donde está enterrado.

Severino Boecio, otro cura, es autor de una de las obras más hermosas del pensamiento posterior a la caída del Imperio romano, “La consolación de la filosofía”.

Fue ministro de Teodorico, un rey godo que ocupó en Roma el lugar de los antiguos emperadores. Perdió el favor de Teodorico y fue condenado a muerte. Mientras estaba en la cárcel y además esperando su ejecución escribió la obra mencionada.

Los males de este mundo, mundo que es imperfecto, demuestran que debe existir un modelo perfecto—algo así como la idea platónica—al que debemos aspirar y que es lo que llamamos Dios.

Quien comprende este modelo por medio de la filosofía es feliz aunque esté en una mazmorra, porque se convierte él mismo en cierto modo en un dios por participar en la divinidad suprema.

No hay mayor fuerza que la de los hombres virtuosos. En los sabios no hay cabida para el odio.

Pero los teólogos católicos no son los únicos en hacer filosofía:

Los pensadores musulmanes y judíos más importantes de su época fueron Averroes y Maimónides.

Ambos coincidían en que razón y fe no juegan en campos opuestos, es decir, que son del mismo equipo; algo así, como Iniesta y Messi jugando en el BarÇa. ;-)

El aristotélico Averroes opinaba que el ser, es decir, el conjunto definitivo y dinámico de lo que hay, existe necesariamente y por tanto no puede no existir: o sea, que el Universo es eterno y Alá también. Alá es el Ser Necesario y los demás somos contingentes, como todo el mundo sabe, pero el Mundo es también necesario como Alá.

Los humanos actuamos con cierto grado de libertad de elección pero nuestras opciones deben someterse a las determinaciones del resto de lo que hay.

Maimónides, judío, en su obra Guía de perplejos busca demostrar la compatibilidad entre la Biblia y la filosofía clásica.

Él cree, en contra de Averroes, que el Universo es contingente, pudiera haber existido o no, y que podría ser de este modo o de algún otro. Jehová es su creador y lo ha extraído de la nada por un acto libre.

Santo Tomás de Aquino, dominico católico, enseñó filosofía y teología en la universidad de París y sostuvo, como Averroes y Maimónides (a los que había estudiado) que la fe y la razón eran compatibles aunque estableció una jerarquía:

La razón arriba y la fe abajo.

Que no, que no… que era broma,

Primero la fe y por debajo la razón, como era de esperar.


Adaptó las principales teorías de Aristóteles de modo que sirviesen como justificación a los principios del cristianismo católico.

En caso de duda prevalecía la fe. A pesar de ello, en general, mantuvo las posturas más sensatas y razonables, de ahí que mi maridito explique en sus clases siempre al Buey taciturno respecto al “juerguista “ de Agustín.

Dios es y los humanos somos, concluye Santo Tomás de Aquino.

Dios es de modo necesario y nosotros somos de manera contingente, fundada en la voluntad divina.

Pero además en su Suma teológica, Santo Tomás buscó pruebas racionales de la existencia de Dios. Enunció cinco vías:

1ª.- Todo lo que se mueve debe ser movido por otro hasta llegar a algo que se mueva por si mismo. Una vía aristotélica y movida.

2ª.-Todo lo que tiene causa nos remite de una a otra causa hasta Algo incausado, que todos entienden por Dios. Q.E.D.

3ª.- Todo lo que puede existir o no existir recibe su existencia de Algo más necesario hasta llegar al Ser necesario, que es Dios. Q.E.D.

4ª - Todas las perfecciones relativas que conocemos—más o menos sabio, más o menos fuerte—exigen Algo que sea perfecto en grado sumo, que es …..Dios ¡!

5ª- Todas las cosas naturales están orientadas por su constitución hacia un fin que debe haber sido determinado por Algo inteligente que las ordena, quién? …..sí ¡ Dios ¡!

Por lo que Dios existe y así lo demuestra la razón…pero ya lo dijo el mismo Dios en la Biblia: “ Yo existo” y “ Soy el que soy”. Y, además, el mal en el mundo es ausencia de bien, por lo que no es cosa de Dios.

Raimundio Lulio, nacido en Palma de Mallorca – pero en la Edad Media y no en la época de los hipis—entendía que la fe no se oponía a la razón sino que le prestaba el necesario vuelo metafísico para llegar hasta la divinidad. Su aportación más original pertenece a la lógica o Ars magna y consistía en que la lógica no sólo servía para establecer la validez de los razonamientos sino también para inventar, por juego de combinaciones, razonamientos nuevos que inaugurasen verdades inéditas.

Para Guillermo de Occam el origen de todo conocimiento humano es la experiencia. La fe sigue su camino y la razón el suyo. Si queremos aumentar nuestro conocimiento debemos hacerlo a partir de lo que comprobamos empíricamente.

Quiso liberar a la Iglesia del Estado y al Estado de la Iglesia. Con él empieza realmente un nuevo mundo filosófico y político, además de la Ciencia moderna ¡!

La Edad Media estaba llena de mentes brillantes a pesar de que pensaban que la Tierra era el centro del universo y el sol daba vueltas alrededor de ella pues en ella estábamos los seres humanos, creación a imagen y semejanza de Él, es decir, Dios, que no Berlusconi.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Diógenes, Zenon, Epicuro, Cicerón, Lucrecio, Séneca, Epicteto y Marco Aurelio

El cuidado de uno mismo: Diógenes. Zenón. Epicuro. Cicerón. Lucrecio. Séneca. Epicteto. Marco Aurelio.

Diógenes al que llamaron el Cínico, es decir, el can o el perro se empeñaba en vivir como un animal aunque a diferencia de los animales hablaba y era muy crítico con aquellos que vivían de otro modo. No respetaba ninguna de las convenciones sociales: se burlaba de la autoridad, no quería dinero ni propiedades, bebía agua del río y si era posible con las manos, vestía harapos,…
Para Diógenes bastaba con satisfacer las necesidades naturales para ser virtuoso y por tanto feliz pues la sociedad nos crea falsas necesidades.

En una ocasión fue Alejandro Magno a visitarlo a la tinaja donde dormía prometiéndole concederle aquello que quisiera pero Diógenes le dijo con un bufido que se apartara porque le quitaba el sol.

Zenón fue el líder intelectual de los estoicos, denominados así porque se reunían en una plaza ateniense, la stoa. Coincidían con los cínicos en considerar la virtud como lo único realmente importante de la vida humana, pero no despreciaban el estudio y la ciencia como hacía Diógenes, al contrario estaban convencidos de que la virtud es cuestión de conocimiento.

La virtud consiste en comportarnos de acuerdo con lo que manda la naturaleza, y para ello hay que estudiarla porque no tiene las mismas órdenes para un animal cualquiera y para un hombre capaz de razonar.

LLamamos “naturaleza” a lo que otros llaman “Dios”, es decir al orden riguroso con el cual funciona todo lo que existe y del cual formamos parte los hombres, sin más ni menos privilegios que cualquier otro ser.

La ciencia estoica tenía tres campos de trabajo: De la naturaleza material en general, lo que ellos llamaban física; Del estudio de lo humano y De cómo debemos comportarnos: “la ética”.

La virtud y por tanto la felicidad tiene que tratar de aquello que está en mi mano y depende de mí, no de lo que me trae el azar o las decisiones de otros.

El Placer es el lema que presidió Epicuro. Su tarea no la entendía como una búsqueda de grandes conocimientos sino que sólo le interesaba lograr estar sereno y contento utilizando para ello la inteligencia. Según Epicuro debemos aprender a no estropear nuestra vida y a pasarla disfrutando de mejor modo posible.

Si aceptamos los aspectos agradables de la vida también hemos de aceptar sus fastidios y problemas. El miedo a la muerte lo soluciona Epicuro de la siguiente forma: mientras estamos vivos no hay muerte, y cuando la muerte llega ya no estamos nosotros para sufrirla. En cuanto a los Dioses lo razonable es pensar que no se preocupan de los humanos, ni para bien ni para mal, ni en esta vida ni en otra.

Los placeres son muy fáciles de conseguir pero nosotros lo complicamos de forma que nunca disfrutamos de verdad, en ocasiones necesitamos que nos envidien, que nos alaben para poder ser felices. Pero hay placeres naturalmente humanos como el conocimiento de las cosas y la amistad. En cuestiones de política, Epicuro y sus seguidores eran partidarios de no mezclarse, su lema era lathe biosas, es decir, vive oculto.

Epicuros, estoicos y cínicos coinciden en que el problema fundamental de la filosofía es como vivir mejor.

La vida es una exageración y nos recomiendan moderación, autocontrol y no dejarse arrastrar por las pasiones.

A la muerte de Alejandro Magno empezó a surgir un nuevo centro político: Roma. Aunque los romanos fueron legisladores, urbanitas, arquitectos, historiadores en materia filosófica se limitaron a tomar ideas de los pensadores griegos. El gran orador Cicerón fue ecléctico, es decir tomaba diversas ideas de varios filósofos componiendo su propio cóctel filosófico. Lo que más le interesaba a Cicerón era cultivar la humanitas, es decir, la humanidad de cada cual, entendida como benevolencia compasiva hacia los demás y elegante delicadeza de gusto en todas las cuestiones de la vida.

Lucrecio en “Sobre la naturaleza de las cosas” expuso las doctrinas de Epicuro en verso.

Otro pensador importante fue Séneca que nació en Córdoba, abogado y escritor, utilizó muchas ideas de los estoicos y de los epicúreos. A su joven amigo Lucilio le escribió una serie de Cartas para guiarle en los altibajos de la existencia cotidiana que siguen siendo útiles hoy para cualquiera de nosotros.

Para los estoicos vivir bien no era cuestión de tener mucho o poco sino de comportarnos como hombres virtuosos. Por ello no es de extrañar que los dos estoicos más importantes ocupara puestos sociales distintos: el esclavo Epicteto y el emperador Marco Aurelio. Curiosamente fueron los escritos del esclavo los que sirvieron de guía para los del emperador.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Filosofía para temblorosos. PLATÓN Y ARISTÓTELES

ARRIBA Y ABAJO: Los dos herederos.
PLATÓN Y ARISTÓTELES

Platón fue discípulo de Sócrates y escribió de forma teatralizada mediante diálogos las opiniones de Sócrates transmitiendo no sólo lo que decía su maestro sino también el ambiente de aquellas charlas. Pero Platón empezó a introducir cada vez más sus propias opiniones de manera que resulta difícil distinguir entre lo que verdaderamente dijo Sócrates y los momentos en que se utiliza a Sócrates como portavoz del pensamiento platónico.

En realidad Platón no era su verdadero nombre sino Aristoclés, pero lo llamaban así por su corpulencia. El caso es que fundó la Academia, llamada así por situarse en unos jardines dedicados a Akademos, un antiguo héroe.

Según Platón el auténtico conocimiento debe ir más allá de la opinión y debe tener un fundamento sólido que lo haga verdad para todas aquellas personas capaces de pensar y razonar. La filosofía busca la ciencia de lo verdadero.

En este mundo material las cosas se transforman según la luz que las ilumina y si sólo nos fijásemos en lo que podemos ver, oír, tocar…etc nunca podríamos estar seguros de nada porque todo cambia. Sin embargo se puede llegar a conocimientos exactos a través de las matemáticas y geometría, pues ellos no se desgastan con el tiempo ni se alteran por los elementos atmosféricos y sirven para comprender el mundo aunque no formen parte material del mundo.

Existen las ideas que son la verdad inmutable. Una rosa se marchita y depende de nuestros sentidos mientras que la Idea de rosa es inmutable.

Sólo los que son capaces de percibir las IDEAS eternas e inmutables son para Platón capaces de una verdadera ciencia. Y sólo el que alcanza contemplar la Idea de Bien y de Justicia puede ser el filósofo-rey que gobierne la Pólis ( la ciudad-estado).

Platón recurría frecuentemente a sus mitos filosóficos, algo así como cuentos que sirven de ejemplo a lo que quiere decir. El mito de la caverna es el más famoso y tiene que ver con su teoría de las ideas.

En una caverna oscura están encadenados cara a la pared unos prisioneros que no pueden ni siquiera volver la cabeza. Detrás de los prisioneros hay encendidas unas cuantas hogueras y varias personas van y vienen transportando cargas diversas. La sombra de esas personas se proyectan en el muro como sombras chinescas y los prisioneros que nunca han salido de la caverna piensan que son seres reales. Un prisionero escapa y ve el exterior, cuando regresa a la caverna y explica que lo que ven son solo sombras, sus compañeros no lo creen y se ríen de él porque para quien vive atado a las sombras sólo las sombras son reales.

La tarea del filósofo es intentar que los hombres rompan las cadenas que le atan a la realidad material y sean capaces de ver las Ideas o Formas eternas.

A diferencia de Sócrates, Platón estaba preocupado por la política y creía que la filosofía debía servir sobre todo para encontrar el bien -la idea principal de todas- a través del conocimiento de la verdad. Pero aunque todos los humanos somos iguales en lo básico, no ocurre así en su capacidad de razonar, en sus impulsos pasionales, en su valentía o en sus cualidades para el comercio y la producción de bienes.

O sea que cada persona tiene desarrolladas unas capacidades más que otras. Así que la sociedad más justa será aquella que la dirijan los que tengan mayor capacidad racional. En la república ideal de Platón todo debería estar supeditado al bien de la comunidad.

ARISTÓTELES

En la Academía estudió Aristóteles que posteriormente fundó su propio centro de estudios: “El Liceo”. Para Aristóteles el afán de conocimiento empieza por el asombro que sentimos ante todo lo que nos rodea y el mayor asombro para él era la naturaleza. Estudió medicina, zoología, botánica, astronomía, física…fue un observador excelente, descubrió por ejemplo que las ballenas no eran peces sino mamíferos, algo que tardaría más de veintitrés siglos en ser aceptado como verdad por la biología.

Aristóteles no consideraba cierta la teoría de las ideas de Platón. Para Aristóteles todo lo que existe está formado por materia y forma. La materia es el soporte y la forma la convierte en algo distinto a lo demás, como el agua que se puede convertir en hielo o gas. Es decir, hay un permanente dinamismo que moldea y transforma la realidad.

Antes de que las cosas sean esto o aquello, las cosas ya existían y están en el mundo. A esto le llama filosofía primera o fundamental. La metafísica es lo que se ocupa de cómo es lo que es, de la última esencia o realidad de todo lo que hay, y fueron los escritos que se ordenaron después de la física.

Otros dos campos muy importantes de la filosofía inaugurados por Aristóteles son la lógica y la ética. La LÓGICA se ocupa de cuáles son los mecanismos que nos hacen razonar de modo conveniente. La mayor parte de nuestros razonamientos son en forma de silogismos, es decir, dos premisas de cuya combinación obtenemos una conclusión. Aunque la lógica no se ocupa de que las premisas sean verdaderas o falsas sino que la conclusión que se derive sea la correcta. Hay gente que parece razonar y en realidad sólo proclaman falacias –entre ellos abundan los filósofos, y más concretamente Gustavo Bueno cuando trata de justificar por qué el filósofo no tiene que defender la libertad constituyente —que son silogismos falsos.

La ÉTICA es la reflexión de cómo vivir una vida buena y feliz; y de acuerdo con qué motivos debemos actuar para preferir una cosa u otra. A la costumbre de obrar como es debido la llama Aristóteles virtud. Y la virtud se encuentra en la acción prudente, equilibrada que evita la desesperación fatal de los extremos (lo que yo siempre le digo a AMB). En lo social la virtud es la justicia que consiste en dar a cada cual lo que le corresponde y en esperar de cada uno lo que es debido.

La virtud es el coraje que afronta con firmeza pero sin bravuconería el riesgo necesario.

¿Qué debemos hacer para ser felices? Dice Aristóteles que deliberar sobre lo que más nos conviene en cada caso. Somos seres racionales y cuánto más dirigida esté nuestra conducta por la razón más probabilidades hay de que nos acerque a la felicidad.

La felicidad es un ideal pero en modo alguno una certeza.

Uno de los rasgos más hermosos de la ética de Aristóteles es la importancia que da a la amistad: sin amigos nadie quisiera verse obligado a vivir.