LA CONJURA

domingo, 30 de diciembre de 2012

Demasiada Felicidad

DEMASIADA FELICIDAD de Alice Munro


La primera vez que oí hablar de Alice Munro fue a AMM (Antonio Muñoz Molina) y como este autor está en NY y lo tengo en estima, fui rápidamente a comprar un libro de ella a Diego Marín. Ya me avisó César, un amigo, que esto no funciona, que cuando un buen escritor recomienda un libro, luego, no suele gustar.

Y no es que no me haya gustado, sino peor todavía: me ha resultado un tostón como hace tiempo no me sucedía con ningún otro libro. Un  libro de relatos cortos que se me ha hecho interminable.  Pero lo más asombroso es que todas las críticas que he leído son buenas, qué digo buenas, son excelentes... del tipo:



"Es capaz de construir, sin artificios del lenguaje ni de la historia, unos relatos tremendos en el fondo. La vida misma."


"Allí se transita en los vericuetos de la vida íntima de cada uno de sus personajes. La mayoría de ellos se caracterizan por llevan un dolor a cuestas que más parecen cicatrices que no se pueden ocultar, por más que lo intentan. A ello se suma la culpa o el remordimiento, que cobran singular protagonismo en medio de esos apacibles paisajes de Canadá, ciudad de origen de la autora. Por otro lado, su carácter humano, imperfecto y sensible, engloban a todos estos cuentos dentro de una tradición que elevan de categoría a su propia autora, no por algo le llaman la "Chéjov canadiense".

Vamos!!! La Chéjov canadiense!!!. Pero si no he podido terminarme el libro. En fin, no me hagan caso que probablemente esté equivocada, y lean a esta señora.


Para muestra un botón. He aquí el tercer relato titulado "El filo de Wenlock". SUJETENSE...



[La protagonista, tiene un primo que se llama Earnest. La madre de Earnest muere y la protagonista se va a la universidad a estudiar y vive en el ático de una casa de estudiantes. Describe a los personajes que viven con ella, a pesar de que son secundarios y no tienen importancia en la trama del relato. Al cabo del tiempo viene a vivir con ella una tal Nina. Esta Nina quedó embarazada a los quince años, tuvo dos hijos, su marido la abandona y ella deja los niños con su abuela y marcha a Chicago. En Chicago conoce al excéntrico y rico Sr. Purvis. Se queda embarazada y se va a abortar a Japón. Pero en el último momento se arrepienta y tiene a una niña. Tiene que trabajar duro para sacar a adelante a la niña que al final muere una navidad. Vuelve con el Sr. Purvis y se va de viaje por Europa para animarse (esto último palabras textuales), cuando regresan dice que le gustaría asistir como oyente a las clases de la universidad, y entonces se va a dormir a la casa de huéspedes. Nina no puede salir por las noches porque está vigilada por un coche negro (no sé por qué). El caso es que Nina conoce a Earnest, el primo. Una noche llama por teléfono Purvis y le dice que vaya a cenar pero Nina le dice a su amiga que vaya ella en su lugar. Nuestra protagonista va a cenar porque tiene curiosidad por conocer a Purvis. En la cena le dicen que tiene que desnudarse para sentarse a la mesa (lo normal...) y ella accede. Después de la convencional cena, se va a su casa y luego Nina desaparece y se va a vivir con Earnest. Al final también deja a Earnest. Por último escribe una carta a no sé quién para decir algo, que no sé bien lo qué es porque cuando llego a este punto estoy MAREADA, aunque intuyo que es una venganza]



Y todo esto resumido porque hay infinidad de datos e historias accesorias que no he puesto.



Un cuento o relato corto ha de ser puro arte concentrado, dinamita, eliminación de todo lo accesorio, donde cada idea , cada frase, cada palabra tiene que ir dirigida a completar el puzzle de la historia. Ni una palabra de más ni una de menos. Eso creo yo. Un cuento debe ser la quintaesencia de la literatura .


Da la impresión de que esta señora empieza a inventar y a desvariar, como si fuera una fábrica de producción de cuentos con la obsesión de que sucedan cosas. Los personajes no tienen consistencia, ni entidad, no me los puedo creer. Vamos, como pa creerse que una joven paleta de quince años con tres hijos quiere ir a la Universidad. Por mi como si viene un OVNI y la capta para la recogida de aceituna en Andromeda. Lo mismo da.

A no ser que todo sea en plan irónico, no le encuentro la gracia. Sus cuentos son disparatados, y con tópicos americanos, escribe bien, quiero decir que construye bien las frases pero no dice nada. Bueno, dice mucho, cuenta muchas cosas, pero a la vez, no dice nada.


AVISO: de las trescientas páginas del libro, me he quedado por la página cien.


Nota: 3,75

Curioso es que lea a Laura Freixas con prejuicios y termine por gustarme; y al revés, totalmente convencida de la genialidad de Laura Munro que al final ha resultado ser un desastre. Cosas de la literatura. Y del Marketing que la envuelve.



sábado, 22 de diciembre de 2012

Trascendentalismo y Pragmatismo

Emerson, Charles S. Peirce, William James, John Dewey, Richard Rorty, Gianni Vattimo




Ralph Waldo Emerson nació y vivió en Nueva Inglaterra. Fue amigo de intelectuales tan destacados como Henry Thoreau y Herman Melville. Llamó a su pensamiento trascendentalismo y en él se combinan influencias hegelianas con algunas que pueden remontarse hasta Spinoza. El trascendentalismo es una suerte de idealismo panteísta: la realidad está presidida por una fuerza superior de alcance cósmico, a la que podemos llamar superalma o sencillamente Dios.

El hombre debe encauzar su acción según el modelo ético que puede leer en la organización de la naturaleza que habita: lo mejor de su destino es vivir en armonía con esa Superalma que todo lo mueve, cuyos dictados puede conocer tanto por la reflexión filosófica como por la poesía.

El estilo literario de Emerson mezcla el ímpetu poético con la capacidad razonadora. Fue un decidido partidario de la abolición de la esclavitud y su obra inspiró en gran medida el pensamiento político de Abraham Lincoln.

La actitud filosófica de mayor arraigo en Estados Unidos a finales del siglo XIX y a lo largo del XX es la conocida con el nombre de pragmatismo. Así la llamó su iniciador, Charles Sanders Peirce. Un poco a la manera de Descartes, también Peirce se ocupó sobre todo de cómo hacer claras nuestras ideas. Pero no pretende partir de una duda universal, sino más bien de las dudas concretas y parciales que suscitan algunas de las ideas comúnmente aceptadas.

Lo que pensamos de las cosas es lo que podemos hacer con las cosas: nuestras creencias son guías para nuestras acciones y no meras contemplaciones objetivas y desinteresadas del mundo. Así qué las ciencias naturales pueden servirnos de modelo para salir de dudas. Lo que debemos considerar verdad no es un absoluto ajeno a nosotros y a nuestros propósitos, sino aquello que mejor sirve para inspirar acciones que los cumplan.

William James, catedrático de la universidad de Harvard en New York fue quien popularizó el pragmatismo. Se consideró defensor de un empirismo radical, pero distinto del empirismo clásico de Locke. Para Locke lo que verifica el conocimiento es lo que comprobamos que ha sucedido, mientras que para el americano lo que cuenta es la experiencia futura, lo que esperamos que ocurra.

Los empiristas son escépticos en materia religiosa, pero en cambio James encuentra en su empirismo argumentos a favor de las creencias de ese tipo. Si la experiencia religiosa nos ayuda a dar sentido a la vida y dignidad a nuestros comportamientos, tenemos derecho empírico a creer.

John Dewey, nacido en Burlington fue continuador del pragmatismo aunque él prefería llamarlo instrumentalismo. Para Dewey, el hombre y el mundo conforman una unidad de acción y es imposible que el hombre se relacione con el mundo de una manera desinteresada y sin verse envuelto en sus vicisitudes históricas o naturales.

Cada solución obtenida para los problemas que nos planteamos nunca es definitiva y siempre da paso a nuevos enigmas que debemos resolver en un proceso infinito y abierto. La actitud de Dewey es antidogmática, porque los dogmas paralizan la riqueza de la búsqueda humana. En esta línea Dewey concedió gran importancia al tema de la educación.

El pragmatismo se ha puesto de moda en el llamado pensamiento débil, que tiene en el americano Richard Rorty y en el italiano Gianni Vattimo sus principales representantes. Una de sus características es relativizar el concepto de verdad, siguiendo también a Nietzsche, sostienen que no hay hechos indiscutibles y objetivos, sino diversas interpretaciones de la realidad, válida cada una de ella según la tradición cultural en que se encuentra.

En el caso de Vattimo hay también un intento a lo William James de rescatar la piedad católica, entendida de una manera antidogmática, aplicando lo que el pragmatista americano llamó la voluntad de creer.

viernes, 21 de diciembre de 2012

LOS OTROS SON MÁS FELICES.

De Laura Freixas




Este verano asistí junto a mi maridito a la conferencia de Laura Freixas titulada ¿Por qué escribir cuentos?. Ya de entrada la persona encargada de presentar el acto, una periodista de un periódico regional con muy poco tacto, nos dice: " señores, ustedes no saben quien es Laura Freixas, ni la han leído", debió de pensar que en aquella insignificante ciudad nadie leía, o a lo mejor nos vio a todos con cara de paletos. Oigo decir a mi maridito en voz baja "empezamos bien".



Reconozco que la conferencia de Laura fue didáctica, ahora bien, se notaba que aquello que nos decía se lo sabia al dedillo y lo soltaba con la seguridad de alguien que ha repetido la misma cosa una y otra vez, probablemente en sus clases de taller de escritura. A mi no me engañas—pensé yo, intuyendo que la escritora se limitaba a cubrir el expediente sin más. Uno siempre espera que la conferencia a la que asiste, se revele un dato importante hasta ahora inédito en la vida u obra del autor, o ver al conferenciante apasionado esa noche con una idea, con algo, con alguien... qué se yo, quieres algo especial. Algo que recordar.


Había en el público—y a pesar de la periodista regional que tan segura estaba de lo paletos que éramos todos allí—, un experto en su obra, un jubilado que yo conocía porque frecuentaba su bar, o por lo menos he pasado muchas veces por su puerta. Ni idea de que a este hombre le gustase la literatura. Fue una grata sorpresa. El caso es que cuando terminó la conferencia fui rápidamente hacia él y le pedí que me recomendara un libro. "Los otros son más felices" me dijo.

He tenido el libro a la espera desde este verano, sin duda por la influencia de la periodista... Empecé a leerlo hace pocos días para comprobar que no me gustaba. Quiero decir que tenía esa idea preconcebida. Quiero decir que tenía ese prejuicio. Además, después de leer a Sandor Marai, un representante de la alta literatura, después de eso, iba a ser difícil leer algo siquiera aceptable.


Pues bien. Me ha gustado. Sí, es un buen libro. Una descripción de la familia media española emigrante, consciente o no de sus limitaciones, de su pobreza, de la imposibilidad de superación, frente a una familia media "bien", urbana, con recursos, con posibilidades, pero sobre todo una familia con inquietudes culturales.

Un viaje a un pueblecito de la costa catalana, hecho decisivo en la vida de una adolescente de origen humilde, invitada por los Soley, familia de la clase media burguesa catalana, supone una ventana abierta, no ya al mar que la joven ve por primera vez allí, sino también a nuevos horizontes, nuevas formas de entender la vida, distinta  la de su famila, emigrantes de la Mancha.

En cuanto me desperté fui corriendo a abrir la ventana y vi el mar. [...] los que lo conocéis desde siempre no podéis entenderlo. Era, de pronto, el infinito...Debían de ser las ocho o las nueve, y había un contraluz brutal. [...] A un lado hay un franja plateada, centelleante, como de lentejuelas, pero lo demás es leve, de un color entre verde y gris muy pálido, incoloro casi. Es enorme, grandioso y a la vez, delicadísimo, como de aire y plata.

Tras las vacaciones en la Tramontana, Áurea, la protagonista, se enfrenta a los valores tradicionales propios de la España franquista, represiva y cutre, representados en su propia familia, frente a los valores supuestamente culturales, modernos y aperturistas de los Soley.

Mientras ella leía a Jane Eyre, Marina (la hija de los Soley) leía a Lenin; si la madre de Áurea le echaba a la maleta unos buenos zapatos a juego con el vestido, los otros, los Soley, llevaban alpargatas y grandes camisolas; si en casa de Áurea tenían un comedor impoluto que nunca se usaba y ese ... ah ah!! horrendo mueble repleto de fotografías, los otros tenían muebles sencillos con muchos libros; sí Áurea era guapetona o resultona, la otra, Marina, parecía un Modigliani.

En fin, en ese sentido, todos los murcianos tenemos primos catalanes.

Marina me recordaba esos personajes de Henry James, o de Proust, ocupados exclusivamente en intentar averiguar sí su amante es infiel, o en escribir sobre Vermeer o en un buscar un palacio en Venecia para pasar el verano ...sin que nadie aluda siquiera a eso que una, sonrojándose, sintiéndose irremediablemente paleta, no puede dejar de preguntarse: ¿de qué viven?, ¿de dónde sacan el dinero?...Ese dinero que a mí, para conseguirlo en cantidades modestísimas, me obligaba en esa época a pasarme ocho horas cada día cogiendo el teléfono en la Embajada de España.

Pero también hay mezquindades y traiciones en esta familia culta y refinada, los Soley. Secretos más retorcidos que los de la familia humilde de Áurea y que al final nos desvelan la misma esencia en el ser humano. Porque los otros no son más felices que nosotros, como creíamos, si acaso igualitos.



Notas: Conferencia 4,75

Libro .....................7, 5

Media ...................6,125


PD: Laura Freixas se comportó en aquella conferencia con la misma altivez que lo hizo Marina con Áurea, su protagonista. Nosotros, el público del auditorium, o mejor dicho de aquél sótano donde estábamos, éramos los paletos de pueblo, es decir, la familia de Áurea. Qué se le va a hacer!!



Todos somos Áureas!!

sábado, 15 de diciembre de 2012

TIERRA, TIERRA de Sándor Márai




"¡Tierra! ¡Tierra!" !  dijo  el marinero vigía que iba en una de las carabelas al mando de Colón. Este marinero vive eternamente dentro de todos nosotros, en cada ser humano. Así de perdido se encontraba también Marai cuando tuvo que salir de su Patria.

La situación en Hungría era insostenible por lo que terminó exiliándose de  Hungría en  el verano del año 48. Poder tocar su "Tierra", y olerla y saborearla era algo que le negaban los que ocuparon su Patria, donde estaba prohibido pensar libremente, incluso  estar callado era peligroso.

"Tierra, Tierra" es la segunda parte de sus memorias que ya inició en "Confesiones de un burgués".

En el año 1944 el ejército alemán, y digo bien, el alemán, invade Hungría y Sandor Marai junto a su esposa se refugia en un pueblecito a las afueras de Budapest. Cuando unos meses después, el ejército soviético se acerca a Budapest, la casa del escritor sirve como  retaguardia para los soldados rusos, donde se aprovisionarán, se organizarán,  y  algunos, incluso, compartirán la vida con el escritor.

Sandor Marai se esfuerza en comprender el alma rusa. Hay en los rusos algo diferente, algo que una persona de educación occidental no es capaz de comprender. Se mostraban infantiles, a veces salvajes, otras nerviosos y tristes, siempre chocantes e imprevisibles. "Nunca he sido capaz de descifrar las reacciones de los rusos, eran todos distintos, complicados, extraños e incomprensibles, como si fueran miembros de una raza humana diferente"  ah... El alma rusa.

Para los rusos la palabra "escritor" era mágica. Respetaban a los escritores con una admiración casi reverencial. Por eso Sandor Marai pudo defenderse en aquella guerra entre aquellos soldados venidos desde tan lejos con la palabra mágica "escritor". «Está bien porque sí tú eres escritor, puedes decir lo que nosotros pensamos"

Los soldados rusos eran astutos, hábiles, pícaros y maliciosos y les encantaba tomar el pelo y engañar a los occidentales. Pero también soportaban la amenaza con indiferencia y sin decir palabra. En una ocasión fue testigo de como unos soldados que iban a la deriva en una barca hacia una muerte segura, se mantuvieron sin moverse, sin gritar, sin quejarse, impasibles.

Todo el libro es una reflexión en blanco y negro (porque Sandor Marai sueña en blanco y negro), sobre el proceso de bolchevización en Hungría, la constatación de que nazis y comunistas utilizaban los mismos sistemas represivos, con la sospecha de que había algo peor que la violencia y el terror organizado, un enemigo mucho más peligroso del cual era imposible defenderse: la estupidez.

Porque la persona que cree en un solo libro es siempre peligrosa: se enfrenta a los problemas de la vida sin flexibilidad interna.


El marxismodice Sandor Marai estaba basado en valiosas premisas que hace un siglo respondía  a elementos con una razonable indignación social humana, pero que había sido trasplantado a un momento histórico totalmente distinto, con ayuda de una ortodoxia extrema, violenta y testaruda, algo así como sí el feudalismo hubiese influido aún después de la Revolución Francesa.

Aquellos que iban a traer la justicia social sólo trajeron nuevas forma de explotación. Se habían apoderado de la propiedad privada, y como el comunismo considera al individuo una propiedad privada, un día empezaron a apoderarse también de los individuos.

Sandor Marai sólo le quedaba una posibilidad: el exilio, como treinta años después, en 1977, tuvo que hacerlo la también húngara Ágnes Heller a la que recibí para una conferencia en Alicante con mi corgi Clemente en el año 2004. Allí en el aeropuerto de Alicante le pregunté por Sandor Marai . Ágnes Heller reconoció que fue un gran escritor pero no era el tipo de lectura que le interesaba a la filósofa. Quizás, digo yo, porque Sandor Marai fue el símbolo del escritor húngaro exiliado contra el comunismo, y no olvidemos que Ágnes Heller fue comunista, pero reflexiva.


Dejo aquí algunas de las reflexiones del libro.


Una obra literaria no es solamente lo que el escritor (y el libro) cuentan, ni tampoco su manera de relatar, sino sobre todo la atmósfera que la rodea. En esa atmósfera el libro cobra vida,y sin ella se resume en un astro frío, en un cuerpo celeste que brilla pero que no tiene alma.

Pues sabía que cualquier rasgo de carácter distinguido es ridículo, y que una persona solamente puede ser verdaderamente distinguida si es capaz de reírse de sí misma, y si la ironía brilla por encima de la máscara que lleva.

No se puede discutir con fanáticos y todavía menos si para colmo son también estúpidos.

¿Quiénes eran los proselitistas? Se podían distinguir tres tipos característicos. En primer lugar el proselitista creyente que tiene fe en la Idea, aunque sea obsoleta o inhumana. En segundo lugar estaban los compañeros de viaje cínicos y agresivos, que no eran en absoluto idiotas pero que están ahí porque les viene bien aunque las ideas que defienden fuesen injustas. Y la mayoría son aquellos que no saben, no pueden o no se atreven a quedarse solos, ya que tienen que pertenecer a algún lugar y se apresuran a unirse a los demás.

Exactamente igual que hoy en día. Los tontos que se lo creen, los listos que saben de qué va el asunto y la masa borrega que sigue a los demás, así que tarda en llegar a España la república democrática .


El ser humano es una posibilidad en sí mismo. ( Pensamiento filosófico que, según mi maridito, lo acerca a Zubiri.)

Sobre Goethe dijo que cuando alguien empezaba a hablar de la muerte de la nación,     éste se ponía a bostezar de aburrimiento porque sabía que lo que estaban contándole sólo era una serie de frases rimbombantes. Sin embargo, si se enteraba de que la casa de al lado había ardido en un incendio, entonces dormía mal y lleno de preocupaciones, porque eso sí lo consideraba una auténtica tragedia.

Leyendo a Chateaubriand cuando en "Memorias de ultratumba" escribió: Sin propiedad privada no existe la libertad.


La crueldad no se puede contemplar como un fenómeno ligado a determinada época: es un fenómeno atemporal, situado fuera de la Historia. ¿Cuál es la auténtica razón de la crueldad? ¿La represión psicológica? [] La molécula no es cruel. ¿ Acaso la razón de la crueldad es el pánico causado por la conciencia de nuestra muerte? No sabemos nada, todos los seres vivos estamos condenados a morir, somos unos condenados a muerte que vagamos en un universo indiferente y oscuro, llamados a la vida por una casualidad ciega.

Toda su vida se resume en amor a la literatura. Querido Sándor Marai!!!




lunes, 10 de diciembre de 2012

EL POETA MARCOS ANA Y EL PERRO TOBBY








Esta espléndida mañana de domingo hemos ido a visitar a un familiar al hospital Santa Lucía en Cartagena. Ya de vuelta, mientras  esperaba que mi maridito pagase el parking  he cogido un libro que tenía a mano en la guantera del coche y que un gran amigo dejó olvidado. 

Se trata de un librito de poesía de Marcos Ana, ( Fernando Macarro Castillo), poeta y político español, nacido en 1920, que luchó en la guerra civil española del lado republicano. Al terminar ésta, fue encarcelado y condenado a muerte. Permaneció encarcelado durante 23 años de su vida y de la de Franco. ¡¡¡¡Que pronto se dice veintitrės años!!!!




Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio
y un trocito de cielo
por donde a veces pasan
una  nube perdida
y algún pájaro huyendo de sus alas.


Veintidós años... Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color su aroma,...Escribo

a tientas: "el mar", "el campo" ...
Digo «bosque» y he perdido
La geometría de un árbol.


Inmediatamente me engancho y para cuando llegamos al barrio de Santa Lucía había terminado de leer los doce poemas que contenía el librito. Cartagena es una ciudad imprevisible. El barrio de Santa Lucía es su peor barrio,—algo así como en su día lo fue Vallecas o el Carabanchel de Madrid—localizado enfrente del puerto, con sus escalinatas de piedra y ropa tendida que recuerdan a la Alfama de Lisboa, un barrio de pescadores devastado por la heroína allá por los años setenta y ochenta. 


Iba leyéndole a mi maridito el siguiente poema de Marcos Ana: " tanta luz sin salida, tanta puerta cerrada ante mis ojos" cuando vimos en un muro la siguiente pintada: "Se acaba la luz del mundo", lo que hizo de obligado cumplimiento la entrada al barrio por allí mismo. 

El  bar el Gato, el bar el Paraíso, y el bar el Pinacho, rodeaban la plaza del muelle, y al otro lado un curioso Belén de Navidad, con un nacimiento que tenía las bestias fuera del establo, sin mezclarlas con la Sagrada Familia, como así lo ha recomendado el Papa Benedicto XVI. Pero a cambio han puesto en el Belén, una churrera, un carnicero, un asador de pollos, y han tenido a bien representar  con las figuritas una matanza del cerdo. Llama la atención porque los judíos no comen cerdo. No es comida kasher.


En Santa Lucía, sin embargo, los judíos de hace dos mil años, comían cerdo y churros, y los domingos hacían cola para comer pollo rustido. Todo el mundo lo sabe. Pero eso son detalles sin importancia, a nadie parecía importarle en Santa Lucía la gastronomía etnológica, salvo el pescaito fresco y las tapas del bar el Pinacho que eran deliciosas, los vecinos estaban alegres en un día  radiante y con tanta luz como aquél. 


Hay árboles y un río
fijos en mi recuerdo;
una infancia salvaje,
un dulce amor ingenuo,
y dos nombres grabados
En el chopo más viejo.

Soñar, siempre soñar
que vuelvo a todo aquello,
lo que dejé y ya nunca
encontraré al regreso.

Luego de leer los versos anteriores nos vamos a la iglesia del barrio, la iglesia de Santiago Apóstol,  impresionada por los versos de un ser humano que ha estado tantos años en la cárcel. Allí vi la otra cara de la guerra civil española: un cuadro rememoraba a Francisco Soler Espinosa, mártir español que fue torturado y ejecutado por el ejército republicano. Volví a leer los versos de Marcos Ana (el pseudónimo son los nombres de su padre y madre)

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.

Y apareció Tobby tras el altar. Me llamó la atención porque era la primera vez que veía un perro en una iglesia. Tobby, la mascota del cura párroco, vive en la Iglesia, y según me contaron  incluso asiste a misa, junto a su dueño, en el altar mayor  frente a los feligreses. 

En la Iglesia había otro Belén, y me entró la curiosidad por ver a dónde habían ido a parar las vacas y bueyes del nacimiento, si el dueño de Tobby siguiendo los principios de su Jefe los había sacado fuera. Pues no, el nacimiento continuaba igual que siempre, como  cuando éramos niños,  con sus vacas, bueyes y heno, y con María, José y el niño Jesús. 

Tobby  no es tan intolerante.


Feliz Navidad.


Pongo unas fotos provisionales hasta que descargue las que hice. El perro de la foto de arriba no es Tobby, debe ser el perro de Marcos Ana. 




Éste es Tobby:




jueves, 22 de noviembre de 2012

El Dilema del Prisionero y la Política.

LA TEORÍA DE JUEGOS . EL DILEMA DEL PRISIONERO Y LA POLÍTICA


El hombre es un lobo para el hombre. (Plauto, Hobbes)

El hombre es un lobo para Antunes. (AMB, mi maridito)



Según el dilema del prisionero de John Nash, matemático y filósofo e inspirador del film “Una mente maravillosa”, la condición destructiva y egoísta del individuo humano determinará la toma de decisiones.

Nash piensa que cada cual tomará su estrategia, considerando sólo sus propios intereses y basándose en la filosofía del “cada uno para sí mismo”.

Este cada cual, puede aplicarse a los jefes de partidos en la oligarquía española. Al igual que ocurre en el dilema, actualmente con el sistema proporcional de listas y sistema partidocrático, cada uno mira exclusivamente para sí mismo.

Estudiada en economía y aplicada a otras disciplinas, entre ellas, la biología, principalmente gracias a los trabajos de John Maynard Smith, que introdujo la idea de estrategia estable evolutiva, aplicada también en el deporte, la sociología y la ciencia política, supone el modelo matemático del comportamiento humano basado en los enfrentamientos.

La enunciación clásica del dilema del prisionero es la siguiente: La policía arresta a dos sospechosos, los separa e intenta que uno de ellos confiese y delate al otro para así obtener la libertad. Se pueden dar los siguientes casos.



 
Lo que en un principio parece más ventajoso para las dos sospechosos—ambos lo niegan y sólo tienen una condena mínima de seis meses—, no supone un punto de equilibrio para Nash, en la medida que cada cual tiene interés de no respetarlo si el otro lo respeta. Así si un sospechoso traiciona a otro que es fiel, aquél saldrá libre.

Cuando el juego es de “suma cero” significa que la pérdida de un individuo significa la ganancia de otro. Sin embargo, el dilema del prisionero es un juego “cooperativo” de “suma no cero” es decir, que la mayoría de las situaciones económicas son de suma no nula, ya que se pueden crear, destruir, o asignar bienes y servicios valiosos, y cualquiera de éstos creará una ganancia o pérdida neta.

Como en política, el dilema del prisionero representa un modelo competitivo y egoísta. Hay un “dilema” porque se toma una decisión según los propios intereses y sabiendo que el otro actúa de la misma manera. Incluso, aceptando que los dos individuos se puedan comunicar previamente, no cambia nada el resultado, ya que la estrategia dominante “denunciar al otro” se impone.

No vemos que exista ese “dilema” entre nuestros políticos en su relación con lo votantes, ya que actúan al margen de lo que prometieron y no vacilan en ejercer el monopolio partidista de la violencia representada en el Estado de Partidos.



Según Nash es necesaria la existencia de acuerdos obligatorios cuyo incumplimiento implique sanciones y de instituciones que velen por su aplicación. En el campo de las negociaciones previas empresariales sería difícil hacer valer una serie de intenciones todavía no reguladas, traiciones precontractuales están a la orden del día. Pero es precisamente en política cuando se puede ver la expresión máxima de este control: separación real de poderes que garantice los acuerdos, un contrato suscrito entre elegido y elector y la posibilidad de no elegirlo en la próximas elecciones.

Podríamos pensar que la situación cambia con un dilema del prisionero iterado, es decir, que se repite. Aquí se juega una y otra vez, y cuando se repite el juego se ofrece a cada jugador la oportunidad de castigar al otro por la no cooperación. Según Nash el incentivo para defraudar puede ser superado por la amenaza del castigo, lo que conduce a un resultado mejor, cooperativo. Ello es así en la sociedad civil y las instituciones que permiten su existencia eficaz y eficiente. No es así en política. Una y otra vez en las elecciones los partidos estatalizados españoles dicen una cosa que luego incumplen, está claro que “delatar” e incumplir el programa electoral es la estrategia dominante sin que ello suponga un cambio de régimen, un avance a una República democrática y representativa, con separación de poderes y con la posibilidad de cesar al político que incumple un mandato expreso.

La ironía está en que electores y políticos parecen actuar racionalmente, pero el resultado es completamente irracional. Hagámosle caso a Nash y pongamos métodos de control institucionales políticos, que nos aseguren una convivencia en paz y cooperativa también en política.







viernes, 9 de noviembre de 2012

EL DESTINO SE LLAMA CLOTILDE


El destino se llama Clotilde.

Por Guareschi Giovanni.

Lo más transcendental que existe en la vida es releer un libro ya leído en la infancia. ¿Se han atrevido? Pues eso he hecho, pero con los ojos prestados de una amiga, como si fuera yo una amiga que en su adolescencia convirtió estas historias en su sanctasanctórum.


Ha sido una lectura singular...atisbar el pasado, pensar: "aquí seguramente se sorprendió" "esto le gustó" " ¿se dio cuenta de tal cosa? ¿Lo entendería, era todavía muy joven? El proceso es curioso. De adultos elegimos a nuestros amigos o al revés; y creemos conocerlos, aunque a veces desconocemos partes esenciales de su vida que nos hemos perdido por razones obvias.


Con este libro he vuelto a reír a carcajadas, pero sobre todo me ha servido para acercarme más a ella, a la amiga, pues en toda la lectura he intentado adivinar—en cada párrafo, en cada línea, en cada palabra—qué le gustaba a esa niña que no conocí, qué fue lo que la entusiasmó. Dos amigos, una mente, pensaba Aristóteles.


Mi infancia fue, en este sentido, esencialmente Enid Blyton. Y cuando volví a sus historias, ya de mayor, fue una gran decepción y no porque fuera un regalo de mi maridito que vio el libro y rápidamente me lo regaló, no, no... Pero Clotilde es un libro diferente, yo diría que de mayores. Y es que mi amiga ya apuntaba maneras.

Clotilde Troll es, ¿ o era?, una joven millonaria de Nevaslippe, es bella, caprichosa y alocada y está enamorada de Filimario Dublé, joven aristócrata, famoso por su tozudez. Esto ya me remitía a La fierecilla de mi niña y Al servicio de las damas, películas con las que ya reía muchísimo con mi maridito “ tuenti” años “ agó” como se dice ahora ( en inglés, obviamente).

La vida de Filimario estará marcada, no es exageración, por su negativa a beber un vaso de aceite de ricino que su madre intentó darle cuando era niño. (Esto es más normal de lo que ustedes piensan).

Años después, sigue negándose a tomarlo aunque sea condición indispensable para poder heredar. (Lo que también es más normal de lo que creen).
Clotilde, sin embargo, embarca a Filiberto, Septiembre y Pio Pis en una aventura que los llevará a la isla de Bess, donde serán atracados, luego llevados a New York y encarcelados, de vuelta en un barco-casino son abordados por los piratas— aquí aparece la escena más romántica—“Fil” rescata a “Clo” tirándola al mar una noche de luna llena, para después rescatarla y embarcar juntos en un ligero y romántico velero que me recordó , de nuevo, al balandro de la película "Historias de Filadelfia".

Leer este libro me ha hecho reír a carcajadas, digo, las ocurrencias son buenísimas, como un Jardiel Poncela, como un diálogo surrealista de Tip y Coll o como los mismísimos hermanos Marx en cualquiera de sus diálogos desternillantes.

Guareschi Giovanni fue el autor de la célebre saga de Don Camilo y Peppone. Hombre de profundas convicciones religiosas se enfrentó por igual al gobierno fascista de Mussolini y a los comunistas, y fue crítico con todos los asuntos públicos que pensaba eran condenables, lo que le valió la pena de cárcel en más de una ocasión.

A mi entender fue injustamente infravalorado. Probablemente plagiado, o por lo menos, y en más de un caso se basaron en su obra, cosa de la que estoy totalmente convencida. Sin ir más lejos, en un reciente y premiadísimo spot publicitario de TV podíamos ver a un vendedor de "nada", y, en cambio, lo que parecía una publicidad tan original ya lo hizo Filimario Dublé muchos años antes abriendo un bajo comercial para vender eso también: "nada".

Y el personaje de “Septiembre” que siempre gana a los dados, algo que en principio, podemos entender como una ventaja pero que en ocasiones le trae serios problemas como veremos; pues bien, Septiembre recuerda mucho al inmortal Fandorin, el genial detective, personaje del escritor ruso Boris Akunin.

Reímos y reflexionamos con la historia del padre que parecía vivir en la tierra atado a un globo aerostático de varios kilómetros de longitud. Como en un Google earth, cuando le preguntabas al padre de Septiembre, por ejemplo, por el valor artístico de un ángel de la pila bautismal de cierta catedral de Madrid, descendía desde lo maravilloso del hemisferio austral a la interesante Europa, después a España, pasaba por la ciudad bien construida de Madrid, a las catedrales y por fin, terminaba diciendo que el ángel esculpido en la pila bautismal no poseía la menor importancia. ¡ He ahí el antecedente de esta aplicación informática ¡

El padre solo veía lo general y no lo particular. ¡Un espíritu absoluto hegeliano que sólo le interesa lo general!. En cambio, el hijo, muy observador, es incapaz de ver lo general, es el espíritu subjetivo.

“Y, el ilustre personaje vivía por esto generalmente de síntesis esenciales”.

Tesis. Antítesis. Síntesis , aquí empieza el espíritu crítico hegeliano de mi amiga y su inclinación hacia la filosofía.

Dice mi maridito: Y es que Hegel es tan disparatado, tan fuera de lo común que se podría escribir varias novelas con su filosofía y el primero que lo hizo fue el mismo Hegel !Dice también, que esa influencia hegeliana en Guareschi probablemente responda a la influencia del filósofo italiano Croce, a la sazón muy famoso en Italia.

Otras veces reímos sin más. Septiembre juega a los dados con su secuestrador. Como Septiembre siempre gana, puesto que es su destino, y como el gánster se ve arruinado, sin blanca, entonces, recurre a la fuerza. Encañonándole con el arma, le roba todo el dinero ganado. Y luego, vuelta a empezar. A jugar de nuevo en una especie de eterno retorno lúdico nietzschiano.

Pero cuando Septiembre, desesperado, pierde a propósito en una tirada, el gánster lo acusa de tramposo y lo obliga a ganar. Y eso es la vida, sin más.

Bueno, y ¿ qué me dicen de la pata de palo de Pis? Acaece, entonces, la lucha de ambos pies cuando se niegan a caminar, el pie derecho con la punta hacia delante y el izquierdo hacia atrás...Una pierna que vende a distintas clínicas para su estudio y así conseguir dinero, sin ver ninguna incompatibilidad en ello, porque “ciencia” hay sólo una.

Y sobre la libertad, cuando salían de la cárcel:

“Si al menos tuviéramos una guía para saber debajo de qué puente podemos dormir. Qué bonita es la libertad”.

¿Es ésta una obra trivial? La respuesta nos la dice el propio autor.

Sí, señora, es trivial como son triviales las otras cosas esenciales en la vida: el nacimiento, la muerte. Todo el mundo nace, todo el mundo muere, todo el mundo ama. Es trivial decir a una mujer “La amo a usted”, pero no es cosa trivial amarla a usted. Amarla a usted es la cosa más original del universo, porque es usted la mujer más hermosa del mundo. Es trivial admirar a una flor, pero no es trivial admirar a la flor más bella de América.

Ha sido un placer. No sé qué nota ponerle. Hace años un 7, ahora un 9, pues ya se sabe que cada vez somos más exigentes.









domingo, 4 de noviembre de 2012

Sé lo que estás pensando

SÉ LO QUE ESTAS PENSANDO

JOHN VERDON


Una novela negra debe captar la atención al instante. Bueno, pues ésta lo ha conseguido porque “Sé lo que estás pensado” es un thriller que te atrapa a la primera. Es eso: una novela negra, muy bien escrita y con profundidad psicológica en los personajes y en las reflexiones.

John Verdon, el autor de “sé lo que estás pensando” es un ex-creativo de marketing que a los sesenta y pico años escribe su primera novela. Yo soy de las personas que piensan que para escribir bien y decir “algo”, primero hay que vivir y leer y después cumplir años. Sólo a partir de los cuarenta años se puede empezar a decir cosas interesantes, excepción hecha de los genios, claro está, que pueden hacerlo dos años antes.

Pero volvamos al libro. A un ex detective jubilado, Dave Gurney, le llega el caso de un antiguo compañero de Universidad que está siendo amenazado por carta.

El psicópata y asesino, para demostrar a la víctima su nivel de control omnipotente, le propone que piense un número del uno al mil, número que asombrosamente logra adivinar. Dentro de la misma carta hay otro sobre cerrado donde estaba impreso el seiscientos cincuenta y ocho, precisamente el número que había pensado.

¿Cómo es posible?. Todo tiene su explicación lógica y científica.

Cuando estás leyendo es inevitable pensar en Agatha Christie, o en un Sherlock Holmes. A pesar de que parte del enigma que plantea el libro (por ejemplo el de los números acertados) se descubre antes del final, y a pesar de que el autor dosifica la información y llegas a las últimas páginas con varias cuestiones resueltas, el libro se quiere leer rápido porque ya se encuentra uno sumergido en la vorágine de la lectura, atrapado por las aventuras y desventuras de Gurney al que quieres acompañar hasta el final, para entender qué ha sucedido realmente y para saber más de Madeleine, la esposa de Gurney, una inteligente persona y una generosa mujer, que en la privacidad de su cocina mientras hace café y sin darle la menor importancia al asunto resuelve algunos aspectos simbólicos del caso, encontrados en diferentes escenas del crimen y sobre todo es la mujer que ordena la existencia de Gurney.



Por cierto, me encanta la casa donde viven David Gurney y Madeleine. Una sólida casa de labranza del siglo XIX, en un prado solitario, rodeada de colinas y de un bosque de cerezos, arces y robles. Y sus bucólicas vistas!!.

“Las frutas punteando las ramas a través de la masa del follaje como gotitas de una pintura impresionista”.

“las colinas azuladas”.

“Por la mañana, el suelo apareció cubierto de hojas y el aire estaba cargado con los olores intensos del otoño. Gotitas de agua en la hierba del prado fracturaban la luz del sol en destellos carmesí”.

“Miró por la ventana. El cielo era perfectamente azul, y la nieve brillaba como si se hubiera mezclado con cristal astillado. La belleza y la paz de la escena se combinaron con el aroma de café recién hecho para lograr que por un momento la vida pareciera simple y fundamentalmente buena”.



Resumiendo, un libro de lectura fácil, entretenido y con una historia bien formada.

Extraigo de las páginas 586, 658 y 856 algunos párrafos que me han gustado:

Los roles que han dominado nuestras vidas son aquellos en los que no reparamos. Las necesidades que nos arrastran de un modo más implacable son aquellas de las que somos menos conscientes. Para ser felices y libres hemos de ver los roles que desempeñamos por lo que son, y sacar a la luz del día nuestras necesidades ocultas.

Les ocurren cosas malas a las buenas personas. Pero esas buenas personas no se pasan el resto de su vida sintiendo rabia y reproduciendo una y otra vez su resentida cinta del robo. Las confrontaciones personales que más nos inquietan, aquellas de las que no podemos desprendernos, son en las que desempeñamos un papel que no estamos dispuestos a reconocer. Por eso el dolor dura, porque nos negamos a mirar su fuente.

Lo que parece haber ocurrido no puede haber ocurrido. Por lo tanto, lo que parece que ha ocurrido no ha ocurrido.

El agotamiento era una lente a través de la cual tendía a ver su vida como un fracaso: un fracaso que los elogios profesionales hacían más doloroso.

El primer escollo en nuestra búsqueda es el de suponer que ya nos conocemos, que conocemos nuestros motivos, que sabemos por qué nos sentimos de este modo frente a las circunstancias y la gente que nos rodea. Para poder progresar, necesitaremos tener una mente más abierta. Para descubrir la verdad en mi mismo, debo dejar de insistir en que ya la conozco. Nunca quitaré la roca de mi camino si no logro verla tal y como es.

Para terminar les propongo un juego: Piensen un número del 1 al 20.

¿A que han pensado en  el diecinueve? ¿no? ¿no era ese el número? Pues no se preocupen, la próxima vez que le pregunten pensaran en ese número. ¡Seguro!

Nota : 8,658



miércoles, 24 de octubre de 2012

CRÓNICAS DE LA AMÉRICA PROFUNDA

CRÓNICAS DE LA AMERICA PROFUNDA. JOE BAGEART.




Libro-documental sobre la América profunda, la América que hemos visto en las películas cuando el protagonista se detiene en el típico bar de carretera con las melitas de café dispuestas sobre la barra, sus hamburguesas , el shériff y la rubia camarera a punto de cantar country.



De hecho, la primera parte del libro se desarrolla en el Royal Lunch, un bar de Winchester en Virginia al que acuden diversos personajes del lumpen americano, entre ellos, el gordo Pootie, la diabética y casi ciega Dottie, o el bestia de Dink Lamp, cuya mayor proeza en su vida fue propinar tremenda paliza a un chimpancé boxeador de la feria, allá por los años sesenta y por el que ganó una apuesta de cien dólares. Allí van todas las noches, a beber cerveza americana barata como medida paliativa contra la ansiedad que les produce sus propias vidas.

Una radiografía de la clase blanca y pobre, que a diferencia de otros colectivos americanos como es el caso de los negros, se encuentra desorganizada y sin líderes. Pero todos ellos se sienten orgullosos del sueño americano que les permite vivir en el país donde se triunfa sí o sí, como no puede ser de otra manera, el país donde los seres humanos son competidores económicos natos que realizando cabriolas y brincos serán premiados con la eficiencia y el triunfo.

"El mito americano de la autosuperación no tiene otro propósito que hacer que los trabajadores pobres lleguen a la íntima conclusión de que en cierto modo son inferiores a los demás, dado que no son capaces de aplicar ese mito a sus propias vidas."



En esta América profunda no se atreven a pronunciar todo lo que se parezca a "sindicato" o a "subvención", porque son términos que merecen todo el desprecio posible, aunque seas un sin techo en plena calle. Así, la gente no habla de cosas reales: recitan lo que oyen. Su vida intelectual está hecha de todas las cosas que les suenan bien, una mezcla de sabiduría popular moderna, clichés, tertulias radiofónicas y parloteos de las emisoras cristianas ( !!!vamos!!! como en España, La Cope o La Ser, según sea uno de derechas o de izquierdas, FJLosantos, y pare usted de contar)

Una de las jugarretas más astutas de la derecha ha sido etiquetar como "privilegio" la necesaria partida de gasto social. Después de repetirlo durante treinta años, se ha logrado que en el imaginario americano el término esté asociado a la pereza: En este país lo que cuenta son los huevos, no los regalos, hablamos de buenos y malos, y las complejidades sociales nos importan un pimiento, aquí hablamos de fuertes y débiles. Es por lo que la TV americana anuncia con orgullo la inminente muerte del sistema de pensiones, y no importa nada porque sólo supone privilegios para gente débil.


Cuando Estados Unidos atacó Iraq, en el Royal Lunch, como de costumbre, las discusiones giraban en torno a deportes, películas, dónde se pueden conseguir los mejores mariscos y costillas y por qué los de General Motors parecen incapaces de fabricar un buen motor. Mientras que los liberales urbanitas bebedores de cerveza de importación que se reúnen en los bares de diseño del centro de la ciudad, estaban irritadísimos por la guerra que había iniciado su Presidente, en el Royal Lunch se limitaban a su realidad nacional: la televisión. Y si viniese el fascismo también estarían contentos con eso, siempre y cuando el precio de la gasolina no sea demasiado alto y Comcast tenga el canal de la liga de fútbol americano las veinticuatro horas del día.


Pero en un país obsesivamente religioso, los valores siguen siendo una cortina de humo que oculta el robo a gran escala por parte de los ricos y el odio y el miedo por parte de los demás.

Entendemos mejor al americano pobre cuando leemos este libro., sólo 264 páginas, que la verdad, se hacen un pelin pesadas.



NOTA 7



martes, 4 de septiembre de 2012

LA TRAMA CELESTE

LA TRAMA CELESTE.


By

Adolfo Bioy Casares.


Tenía gran interés en leer este libro, entre otras cosas, porque me lo recomendaba Mario Vargas Llosa, y, me cuesta decirlo, porque en verdad me gusta el gran escritor cuyas iniciales son ABC (en Argentina, B, es Borges; C, es Cortázar; y el ABC de la escritura es Adolfo Bioy Casares). De él ha dicho Antònio Lobo Antunes ( ALA) que lo prefería antes que a Borges, porque sus argumentos le emocionaban más; y, como suele ocurrir cuando te recomiendan tanto un libro, siento decirlo, pero no ha cumplido mis expectativas.

Un relato corto ha de ser preciso, milimétrico hasta el último detalle, de manera que todo encaje en un puzzle, que sea puro arte concentrado. Pero Bioy Casares en la trama celeste da muchos rodeos para decir lo importante. Da la impresión de que su amistad con Borges lo delimita y condiciona.

“nada es más difícil que lograr la expresión justa: no ser deficiente, no excederse” (El perjurio de la nieve)

El libro está lleno de cultísimas referencias a escritores y poetas, principalmente ingleses, y expresiones en latín, alemán, inglés; y referencias a mitos:

Robert Browning; Maler Müller; Darwin; Kant; Tanagra, antigua cultura griega; Shelley; Anubis, deidad egipcia; Chateaubriand François René; Beckford William; Jean Gris; Juvenal; Blanqui Louis-Auguste, socialista y revolucionario que estuvo preso durante treinta años; David Lloyd George; político liberal inglés que trabajó para instaurar el estado libre de Irlanda, William Morris; Demócrito de Abdera; Cicerón; Ovidio; Mendelssohn Moisés, filósofo alemán que defendió una religión natural basada en el sentido común; Regiomontano; el mito del judío errante; Arquitas; Boisgobey, Fortune H.A.; Gaboriau, Emile; Chatterton Thomas; Paracelso; Tomás Moro; Tavernier, Jean Baptiste; Metternich, Clemens Wenzel Nepomuk Lothar; San Agustín; István Szechenyi; Poe; De Quincey, Thomas; Keats John; Schopenhauer; Calvino; Campoamor; Coleridge Samuel,etc.

Hay varias narraciones en el libro y con diversos argumentos:

1-En memoria de Paulina: el regreso fantástico de Paulina, la antigua novia.

2-De los reyes futuros: los amigos de la infancia, ahora investigadores, cuyos logros consisten en que las hormigas construyen hormigueros individuales una vez superado su instinto gregario, focas que se comunican con el pensamiento e interesadas en la evolución del hombre; orugas blancas en un mundo idealista con capacidad para proyectar ideas nítidas (como la caverna de Platón).

3-El ídolo: con Genevieve , la malvada doncella francesa.


 Hay que destacar dos relatos: La trama celeste y El perjurio de la nieve.
En el primero Bioy Casares se adelanta a la teoría de cuerdas. El protagonista, un piloto de pruebas, aparece alternativamente en distintos mundos paralelos, todos ellos en Buenos Aires.

Ahora bien, por su novedosa estructura, el más interesante es “El perjurio de la nieve” donde encontramos varios niveles narrativos. Un narrador dentro de otro narrador. Alfonso Berger Cárdenas (curiosamente también con las iniciales ABC y cuyo primer apellido “Berger” recuerda fonéticamente a su gran amigo Borges) elabora un texto narrativo a partir de la narración de Juan Luís Villafañe, poniendo en tela de juicio los hechos realmente acaecidos tal y como los narró este último.

Alfonso Berger Cárdenas (ABC) se encarga de hacer una segunda lectura o interpretación de los hechos, abriéndonos, así, los ojos al lector engañado, que teníamos las claves para entenderlo, pero que no supimos, como si se tratase de una novela de Agatha Christie.

“Compara un episodio de la vida de Vermehren con la sorpresa final de un cuento, en que un personaje, hasta entonces considerado secundario, resulta bruscamente el protagonista” (EL PERJURIO DE LA NIEVE)

¿Quién realmente vio aquella noche a Lucía,? ¿Fue Villafañe o fue Oribe? ¿ Borges o ABC?

“Poseía ese modesto y útil sustituto del conocimiento del griego y del latín que es el conocimiento del francés y del inglés”. (El perjurio de la nieve).


Los idiomas universales hoy día son el inglés y el francés. Aunque si hablamos de la realidad, de encontrar la verdad, me recuerda mi maridito que Heidegger ya decía que la verdad sólo podía decirse en griego y en alemán

“Trataba la realidad como una composición literaria, y debía imaginar que el valor antitético de esa anécdota era irresistible”

Dice mi maridito al respecto: Que la realidad consista en lenguaje pasa, pero que el valor de las anécdotas sea tan poderoso, vamos por ahí no paso. ABC, recordemos, era un señorito ricachón y ligón que pudo dedicar toda su vida a recopilar anécdotas significativas. ¿ Se tomó en serio la vida ABC?- Quizás, ya muy tarde (GdB). (Gil de Biedma)

Y yo digo: La vida es lenguaje, y la vida sobre todo es anécdota. Al final de nuestras vidas recordamos sólo eso: las pinceladas que nos impresionaron. Y Bioy Casares sería un ricachón, no lo niego, pero era un ricachón noble, atractivo; con un gran amigo: Borges; y con una extensa cultura y unos escritos que emocionaron a Lobo Antunes y a mi también.

“Llamé por teléfono a su casa; me atendió él mismo y me dijo que no estaba; le dije que lo visitaría a la noche”. (El perjurio de la nieve).
¿Una reflexión paradójica o una simple ocurrencia?

“Una emoción, indudablemente, es una forma humildísima de crítica”. (El perjurio de la nieve)

“Estoy acostumbrado a esa época; las demás se me figuran irreales: la Antigüedad me parece fantástica, la Edad Media mezquina, el siglo XVIII groseramente moderno. Si no me vigilo creo que el siglo XVII es la época natural de la vida humana; más aún, de mi propia vida” (El otro laberinto)

En fin, todos los grandes tienen sus altibajos.

Bye, Bye,  Bioy.

Un 7,5 para El perjurio de la nieve. Un 6,5 para La Trama celeste. Un 5 para los demás relatos: estamos en septiembre.