LA CONJURA

viernes, 1 de febrero de 2013

El ancho mar de los Sargazos



De Jean Rhys




Jean Rhys, hija de padre galés y madre criolla,  nació en la isla caribeña de la  Dominica. Con tan sólo dieciséis años marchó a Inglaterra, donde realizó diversos trabajos para poder sobrevivir. Viajó por Europa, frecuentó ambientes bohemios y artísticos, aunque siempre se sintió desplazada a medio camino entre la sociedad criolla y la inglesa.


Después de leer a Jane Eyre de Charlotte Bronté, decidió desarrollar uno de los personajes del libro. Recordemos que Jane Eyre llega como institutriz a la mansión del señor Rochester. Ambos se enamoran, pero ocurre que el caballero ya está casado con Bertha Manson a la que tiene recluida en la torre de la mansión por estar enloquecida.

Jean Rhys reconstruye la vida de Bertha Manson, la pobre mujer, el fantasma de la torre de la casa victoriana. A partir de la novela de Charlotte Bronté, Rhys traza un pasado para  Bertha Manson en su propia novela, el ancho mar de los Sargazos.

Su protagonista no deja de ser una víctima más de la época, del colonialismo, de los prejuicios de la sociedad colonialista, una víctima de su propio marido, el señor Rochester, el caballero Rochester, que se casa con ella por puro interés económico, y que luego da crédito a las habladurías de colonos, negros, y criados, que menospreciaban a Bertha Manson, y a su madre, y que las culpaban de locas y de practicar magia negra.

Bertha Manson, en la novela de Bronté,  es el fantasma de la casa, la loca que provoca el incendio de la mansión y  que impide la felicidad de su santo esposo y su novia Jane Eyre.

Pero Bertha Manson es, en el ancho mar de los Sargazos, tan sólo una chiquilla, que se ha criado en mitad de la selva, rodeada de paisajes hermosos, de una belleza extrema. Un espíritu libre y débil del que el lector, espectador de su vida rota, se apiada, y carga contra el pusilánime del marido, que no la quiso, que no la protegió y que se aprovechó vilmente de ella, de su herencia, en aquella sociedad victoriana y machista donde la mujer no pinta nada. ( levántate, niña y vístete. Las mujeres necesitan agallas para vivir en este mundo cruel.)

[Iba a lugares de Coulibri en los que nunca había estado, en los que no había camino, ni pista, ni sendero. Y cuando la hierba me cortaba los brazos y las piernas, me decía "Es mejor que la gente". Hormigas negras o rojas, nidos altos repletos de hormigas blancas, lluvia que me calaba hasta los huesos ..., una vez vi una serpiente. Todo mejor que la gente. ]

[Recuerdo cada segundo de esa mañana. Si cierro los ojos veo el azul intenso del cielo y las hojas del mango; los hibiscos rosa y rojo, el pañuelo amarillo, que Christophine llevaba en la cabeza, anudado al estilo de Martinica, con las puntas en la frente, pero ahora lo veo todo inmóvil, detenido para siempre, como los colores de una vidriera.]
 
[Un fantasma bajo la luz del día gris. Sólo quedaba desesperación. "Dí que muera y moriré. Dí que muera y mira cómo muero"]
Nota: 6,75

¿Acaso muchos de nosotros no hemos sentido la necesidad ,después de leer un libro, de desarrollar uno de los personajes, o llegados al final de la historia, seguir con ella ?