LA CONJURA

miércoles, 24 de diciembre de 2014

MIKOBOLDHD-50

MIKOBOLDHD-50


Desde hace unas semanas tengo en mi casa el último modelo de aspiradora Kobold HD-50 con todos sus accesorios: limpia-moquetas, limpia-colchones, mopa, friegasuelos…etc. Esta nueva máquina eléctrica y doméstica, maravillosa, única, genial…—no tengo palabras para describirla—es un producto de la misma empresa teutónica que fabrica la Thermomix.


El día que entró la Kobold HD-50 en mi casa, las cosas cambiaron. ¡El inicio de una nueva era! Del sofá he retirado las antiestéticas mantas que tenía para evitar los pelos de los gatos y todos los días paso mi querida aspiradora por el suelo, la moqueta, y el sofá (es entonces cuando mi maridito se levanta), con la misma ilusión que lo hace Monk, una de mis series favoritas. Aquí lo tenéis (a Monk):







 Y es que “la Kobold”—como la llamamos ya familiarmente, al igual que a la “Rumba” o escoba robot— tiene incluso una función para aspirar y fregar al mismo tiempo. Sí, sí, como lo oyen: aspira y friega a la vez. Es magnífico el tiempo que te ahorra, la limpieza total de ácaros, su potencia inmediata. En fin…eficacia alemana.






Pero en todo este proceso he tropezado con un grave obstáculo: Ana, la señora de la limpieza. Ella es búlgara, y viene a limpiar a mi casa una vez a la semana. A Ana le parecía que las prestaciones de la aspiradora no iban acordes con el precio. Que era demasiado cara—decía—y es verdad, pero yo me empeñé y al final la he convencido. En cuestiones de limpieza no puedo hacer nada sin su consentimiento.

Ana limpia de maravilla, es resolutiva, práctica, habla cuatro idiomas y ha vivido, además de en su país, en Grecia, Malta, e Italia. Es muy crítica con todo, con la política, con la literatura y con la sociedad en general. Además de limpiar tiene opinión para todo y tiempo para ver la televisión, las noticias, los programas basura, sabe perfectamente quien es Belén Esteban, Carmen Lomana y Monedero o Jesulín de Ubrique. También lee mucho. Yo siempre le dejo libros, en español, claro, y luego de leerlos me los comenta. Habla mucho.

No soporta a los comunistas, que según cuenta, le arruinaron la vida, a ella y a su marido que quiso ser piloto de avión pero no pudo porque no era del partido, y tuvo que conformarse con ser camionero. Me tiene confiscado a Dostoievsky, al que no quiere leer, porque ya lo hizo en su juventud en las lecturas obligatorias del Instituto. Sí que fue malo el comunismo pero el escritor peterburgués no tuvo culpa alguna…



                                 FELIZ NOCHEBUENA A TODOS    

En especial para aquellos que, como Ana, trabajan fuera de su país, lejos de su familia. 

martes, 23 de diciembre de 2014

Anillo de Moebius

De: Rubén Castillo

Editorial Sloper


Compré este libro sin conocer al autor ni a la novela. Lo vi entre las novedades de la librería y me pareció curioso, así que lo compré. Una vez le preguntaron a Diego Marín, el mejor librero de Murcia si no el mejor de España, cuál era el motivo principal por el que la gente se decide por un libro u otro, y sin dudarlo,  contestó que se fijaban en la portada. Siempre me ha parecido extraña esta respuesta, pero a mí me ha ocurrido ya  un par de veces.

 Pues resulta que Rubén Castillo, el autor, es un escritor murciano, que tiene un blog de literatura, librario íntimo se llama, y me ha sorprendido mucho por la cantidad de libros que lee—un libro cada dos días—, por sus comentarios generosos—ni una sola vez habla mal sobre lo que lee, de todos los libros saca algo bueno, y mira que he buscado, ¡pero nada!—, ha publicado trece libros,  le gusta la cerveza y  nunca ha tenido un pantalón vaquero.


Yo soy yo y mis circunstancias:




El anillo de Moebius es la historia de Enrique Beltrán, un hombre que no sabe quién es.

Un día en el autobús, el protagonista se encuentra con una joven muy atractiva, a la que no conoce, y que dice ser su novia, y además lo llama Julio y no Enrique. De pronto, toda su realidad se desmorona, no vive donde creía, no es del Barça sino del Real Madrid, no es empleado de banca sino enfermero y en el bar habitual no lo conocen, ni a él, ni a sus bromas.El autor mantiene la tensión narrativa hasta el último capítulo, donde nos ofrece un sorprendente final.

Se lee rápido pues el lector quiere resolver el enigma y  descubrir la realidad.  ¿Será un sueño, del que se despertará el protagonista? ¿Estará enfermo, loco, esquizofrénico?

Yo soy el que soy.

Yo soy el que soy, se dijo Enrique, que al repetir un estribillo de los Marañones se estaba equiparando al viejo dios del Antiguo Testamento.

Consultada Mariplatónica, asesora musical y experta en los Marañones, el autor se refiere a esta canción: Saluda al tren.





Y Feliz Navidad.

QUE SEÁIS QUIEN SOIS.



miércoles, 19 de noviembre de 2014

ÁRTICO

DE

JUAN DE DIOS GARCÍA


Cuando leo poesía intuyo más que entiendo porque el poema vive y evoluciona en el alma del lector, también en las del propio autor, en toda la extensión de la conciencia.

¿Por qué matar la mariposa escondida dentro de su cabeza? ¿Por qué Ártico?

Juan de Dios García es un poeta cartagenero, oriundo de Almería, con cierto aire al actor Matthew Rhys,  y  al que he visto en dos ocasiones. La primera, en la presentación de su libro de poemas, y después en un recital de poesía en la Casa del libro de Cartagena, con su mujer Zoraida. Por lo que he conocido de él  y por lo que he leído, es un autor que desprende generosidad y verdad.
 Eso se nota. Y es para nota.





Seguir leyendo, seguir viviendo, anteponiendo la “parte” al “todo”, dice Juan de Dios en uno de sus poemas iniciales “Este es el plan”. ¡Y qué buen plan! ¡Yo me apunto!: Escapar antes de que la realidad nos detenga y nos pudra.

Un gran poema central, para mí uno de los mejores. Se titula: “TRAICIONADO”. No puedo evitar emocionarme al leerlo y pensar  egoistamente en algunos versos: ¡Cómo no se me ocurrió a mí antes decir esto o aquello!

En la soledad nadie puede herirme.
La noche estira el frío hasta esta cala.
Tengo puesto el abrigo con el que enterré a padre
Y gritan las gaviotas
en la oscuridad del acantilado.

La soledad pegada a los zapatos.
Las olas suicidándose
ante la indiferencia del escollo.
Territorio fantasma, geografía perdida.
Los sueños no aparecen en los mapas.
La vida no es más que una
comedia de argumentos excelentes,
hotel del fin del mundo
en mitad de una calle con vistas al pasado.
La cocaína amarga, como yo.

¿Quién estará pensando en este mismo
instante, al otro lado del planeta,
en esta soledad?

Simplemente se trata de cerrar
puertas, abrir ventanas. No es la vida
una ciencia precisa.

Estoy hablando solo.

Un pueblo primitivo bautizó
el llanto como “lluvia de los tristes”
¿A quién le importarán estas metáforas?

El mar me exige. Escucho
cómo escupen las olas cuando saltan,
la playa reordenando sus arenas,
cómo está diluviando en esta estrofa.

Sin cadáver no hay literatura.

Una bala de plata: pentagrama de luto.

Qué triste, qué real, me recuerda el cuadro de “El caminante sobre el mar de nubes”.




Dice mi maridito, cuando le enseño la poesía, que es filosófica. La califica como existencial, global, familiar y naturalista. Eso dice, mientras recoge los platos en el lavavajillas, pues acabamos de comer y yo estoy sentada al ordenador (tenemos uno en la cocina). Y luego me habla sobre el poema de Juan de Dios y el cuadro de Friedrich, y me dice algo precioso, romántico, que transcribo a continuación:

El infinito y el hombre ante el infinito,  es básicamente triste, real, concepto que caracterizará a Occidente y que  ya tuvo su ocaso,  y su recuerdo es lo que escribimos hoy en día.
Ese es el cadáver, esa es la literatura.


 Juan de Dios me recuerda a otro gran poeta amigo mío: Antonio García Soler. Los dos proceden de Almería, los dos con poemas al padre perdido; a uno conozco bastante, al otro poco, pero a los dos admiro.
Dice la madre de Juan de Dios:
Venimos de la nada
y a la nada llegamos,
eso dijo mi madre en el entierro.
Y dice la tía de Antonio García Soler:
Si to es na, nene, na

Y para terminar y siguiendo en la línea de Mariplatónica,  pongo la música que, acertadamente o no, me inspiran estos poemas: Cavallería Rusticana. Intermezzo.  Ahí va.







viernes, 14 de noviembre de 2014

NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA

DE
PIERRE  LEMAITRE

Galardonada con el Premio Goncourt 2013, y por tanto,  un éxito de ventas en Francia. Por cierto, el éxito de este premio no es la cuantía económica – tan sólo 10 € —sino las ventas millonarias que supone regalar el libro en navidad. Es una costumbre francesa,  como  Sant Jordi en Cataluña.


Te doy cita en el cielo, donde espero que Dios nos reúna. Nos vemos allá arriba, mi querida esposa…
(Últimas palaras escritas por Jean Blanchard, el 4 de diciembre de 1914, fusilado por abandonar su puesto y rehabilitado años más tarde)


Historia de dos soldados en la I Guerra Mundial,  gravemente heridos y enfrentados a un oficial,  que es un asesino y que usa la contienda en beneficio propio, caiga quien caiga.

La narración resulta un folletín altamente adictivo, con personajes maniqueos. Comienza el libro con el  absurdo ataque de una unidad francesa  el día antes del armisticio. En este ataque se unirá el destino de dos soldados: uno de ellos, Édouard, queda  terriblemente desfigurado cuando salva la  vida a Albert, al desenterrarlo de un hoyo producido por un obús.

Édouard Péricourt, con grandes dotes para el dibujo, procede de una familia adinerada e influyente, sin embargo, al terminar la guerra se niega a volver a su casa.  Albert Maillard, que está en deuda con él,  lo ayuda,  falsifica documentos para que le den por muerto, trabaja, busca comida,  y le proporciona morfina  para los dolores que sufre y de la que al final  se hace adicto.

 Después de la guerra los dos amigos tratan de sobrevivir…

… así es como acaba una guerra, mi querido Éugene, con un inmenso dormitorio lleno de tipos exhaustos a quienes  ni siquiera son capaces de mandar a casa en condiciones. Nadie que te diga una palabra o simplemente te estreche la mano. Los periódicos nos prometían arcos de triunfo, pero nos amontonaron en barracones abiertos a los cuatro vientos. “La emocionada gratitud de una Francia reconocida”, se ha convertido en continuas pejigueras, nos regatean los 52 francos del peculio, nos escatiman la ropa, la sopa y el café, nos llaman ladrones.



Lo que más me ha gustado de la novela es el inicio.


Todos los que pensaban que aquella guerra acabaría pronto habían muerto hacía mucho tiempo. Precisamente a causa de la guerra.
               

¡ Y qué verdad es ¡  Apto para leer estas navidades.


Y  al puro estilo  Mariplatónica, yo también voy a poner música, porque viene al hilo de la novela y porque me gusta muchísimo esta habanera: El Soldado







viernes, 24 de octubre de 2014

El amor en los tiempos del cólera






O debería decir:  ¿El amor en los tiempos del ébola?


 La novela transcurre en la ciudad de Cartagena de Indias, con el Caribe y una epidemia de cólera de fondo.  Ahora,  yo leo esta historia en la Cartagena Mediterránea y Cantonal de Murcia y con el amenazante ébola en nuestros hospitales.






Pero el silencio era diáfano en el calor de las cuatro, y por la ventana del dormitorio se veía el perfil de la ciudad antigua con el sol de la tarde en las espaldas, sus cúpulas doradas, su mar en llamas hasta Jamaica.



Un amor “contrariado”, así llama GABO a la obsesión que Florentino Ariza siente por Fermina Daza, y lo hace con una prosa fluida y mágica, de grandes recursos estilísticos—bellas descripciones e inauditas comparaciones y metáforas (era la memoria la que se le escurría por las goteras)—que convierten lo cotidiano y a veces  lo soez en una aventura asombrosa, con la disciplina y el arte  propios de un maestro.



“Por la noche no los despertaban los cantos de sirenas de los manatíes en los playones, sino la tufarada nauseabunda de los muertos que pasaban flotando hacia el mar.”
“Con ella aprendió Florentino Ariza lo que ya había padecido muchas veces sin saberlo: que se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna. … El corazón tiene más cuartos que un hotel de putas”



Me llama la atención los nombres tan poco poéticos en apariencia que utiliza:  Fermina, Florentino, Juvenal Urbino, Pío Quinto, la tía Escolástica, Lotario Thugut, Tío León XII, Tránsito Ariza … etc. Me dice mi maridito que no existen nombres más poéticos que otros y que la historia de la literatura así lo demuestra. Mira  por ejemplo  el nombre de Orlando—me dice—por muy extraño que parezca no deja de ser poético, sí claro, tiene razón;  pero a mí Orlando me recuerda  el tomate frito, o una ciudad americana repleta de asesinos, qué le voy a hacer.


Florentino y Fermina se conocen desde jóvenes. Inician una relación epistolar y llegan incluso a comprometerse. Pero un día Fermina  descubre  en Florentino  una figura triste, desfasada y  carente de atractivo. Ya no le interesa su poesía, ni su aire de poeta antiguo. Rompe con él  y se casa con Juvenal Urbino, un joven médico de buena familia. Florentino espera más de cincuenta años a que enviude Fermina para reiniciar sus relaciones.


Efectivamente, el doctor Juvenal Urbino muere, y de una manera estúpida: cae de una escalera cuando iba a atrapar un loro que se había escapado. Ya viuda, Fermina recibe a Florentino y decide reanudar su relación. El hecho decisorio de volver a aceptarlo no es el recuerdo de un amor juvenil sino una serie de cartas que Florentino le envía; y  que lejos de ser la misma poesía pueril que le enviaba cuando eran jóvenes, ha evolucionado a una serie de reflexiones morales, meditaciones, e ideas sobre la vida, el amor, la muerte. Algo que a Fermina la consuela en su viudez.

Cincuenta años  espera Florentino al amor de su vida.  Y al final lo consigue.


Nada en este mundo era más difícil que el amor.

Mucha gente compara esta obra con “La educación sentimental” de Flaubert. Así lo dicen estudios sesudos y tesis doctorales estableciendo paralelismos en ambas obras. Pero a  mí me parece que esta obra es más  nietszchiana que otra cosa,  es decir, supone el triunfo de la fuerza de la voluntad del hombre para perseguir un objetivo. También  supone el triunfo del pensamiento, de la filosofía frente a la poesía. Así lo veo yo.
Recordemos que ante sus primeras cartas de poemas de amor  Fermina corta su noviazgo y sólo lo  reanuda con el Florentino más filósofo.


 “Transcurrían en silencio como dos viejos esposos escaldados por la vida, más allá de las trampas de la pasión más allá de las burlas brutales de las ilusiones y los espejismos de los desengaños: más allá del amor”

¿Cómo no recordar a Nietzsche?

“Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal” Nietszche

Y si, como dicen expertos literarios, en “El amor en los tiempos del cólera” existe un paralelismo con el triángulo amoroso de “La educación sentimental”, qué menos que encontrarlo también en la vida de Nietsche: Salomé, el filósofo moralista y positivista Paul Rée y el propio Nietszche.

Una cosa curiosa en la narrativa de esta novela es el uso exagerado del término: “sin embargo”. Si uno lee esta obra puede contar la de veces que lo utiliza. Sin embargo, no te das cuentas hasta que terminas el libro.


Y sólo entonces había comprendido que un hombre sabe cuando empieza a envejecer porque empieza a parecerse a su padre.
Entonces se hizo un silencio tan diáfano, que a través del desorden de los pájaros y las sílabas del agua en la piedra se percibía el aliento del mar.

sábado, 27 de septiembre de 2014

CLAIRE SE QUEDA SOLA



En una entrevista que le hacen en la web Hislibris a Maria Dueñas, ésta confiesa—dice que sin pudor—que le encanta la irlandesa Marian Keyes, y que aunque no es precisamente paradigma de alta literatura, se ríe muchísimo con todos sus libros.

Si uno se ríe—me  dije—entonces es razón suficiente para leerlo. Así que me compré su primer libro: Claire se queda sola.

Marian Keyes está considerada como una de la máximas representantes del chick-lit, que resulta ser un género donde se abordan los problemas  de la mujer actual, en una especie de post-feminismo de segunda ola y dentro de la novela romántica.

Claire, la protagonista del libro, es una joven irlandesa que está casada y vive en Londres. El mismo día que da a luz a su primera hija, su marido, le anuncia en el hospital que la abandona. Entonces vuelve a Irlanda, con su familia, una familia disfuncional  pero que la quieren y  la protegen.

La mayor parte de la novela discurre en Irlanda, en el domicilio familiar. Desde luego que no se parecen en nada a la típica familia mediterránea. Beben mucho; tanto que rozan el alcoholismo, la madre se dedica a cambiar de escondite el vodka y todo lo que sea alcohol, mientras que las hijas se levantan por la noche a beber a hasta altas horas de la madrugada. Por supuesto, en esa casa nadie sabe cocinar, como mucho compran precocinados y su habilidad se limita al uso del microondas. Pero tienen cierto encanto.

Por descontado que mis padres no se comportaban como una pareja acaramelada. Lo más romántico que mi padre le decía a mi madre en toda la semana era: “¿Iremos a la tienda de congelados el jueves por la tarde?”

Bueno, se puede leer para pasar el rato. Te ríes, eso sí que es verdad. Aunque es un poco repetitiva y el libro estaría mucho mejor si fuese más concisa.

Llámame anticuada si quieres, pero no hay nada que me excite más que me digan que soy hermosa, y que me hagan sentir hermosa.
A mí que no me vengan con lametazos estrambóticos ni con elaborados movimientos de cadera. Conmigo, cinco minutos de piropos funcionan mucho mejor.

He leído este libro sin pudor alguno, porque: Mujer soy, nada de las  humanas  me  es ajeno.
(Terencio. “El enemigo de sí mismo”)




miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tirando a dar



En un país africano, al sur de los Pirineos, los gatos solían ser animales muy limpios. De los más limpios. Hacían sus necesidades en la arena y luego la tapaban  muy bien, con cuidado, para que no oliese.

Y decimos “solían ser limpios” porque en un pueblo junto al mar, un gato llamado “Mini” no lo era. Sus dueños le pusieron ese nombre porque  lo encontraron en la puerta de su casa, debajo de un coche marca Mini.  Era tan pequeño… y maullaba tanto… que se lo quedaron.

Lo llevaron al veterinario, lo vacunaron y  cómo tenía hongos le cortaron el pelo a ras. Parecía recién salido de un campo de concentración.  Jugaba con Fox, el perro; especialmente metía la cabeza  en su boca, sin miedo, y luego, le hacía emboscadas a lo largo del pasillo de la cocina.






El caso es que Mini, empezó haciendo caca en el sumidero del patio trasero de su dueño. No pasó nada porque se la recogían. Pero el problema fue cuando empezó a hacer caca en el sumidero del patio del vecino. El vecino se iba a enfadar y con razón.  ¡Vale que lo hiciera en el de su casa pero no en la  del vecino!

Y es que Mini estaba obsesionado con los sumideros, los identificaba con su water  particular. Ya se sabe que educar a un gato es tarea difícil, casi imposible. No son como los perros. 

Un día su dueño compró un producto líquido en el supermercado Mercadona, que echándolo todos los días impedía que los animales defecaran u orinasen. Se llamaba reeducador en spray para perros y gatos Compy

Pero lo difícil era llegar hasta el patio del vecino y echárselo. Tendría que saltar y buscar una escalera, lo cual sería imposible hacerlo sin ser descubierto. Además de que los vecinos sólo venían un mes de vacaciones al año. Entonces se le ocurrió ir a Galería Bernal, una tienda que vende objetos relacionados con la playa, y compró dos enormes pistolas de agua.  De esas pistolas de muchos colores que utilizan los niños para jugar en la playa y dispararse agua. Una de ellas, la más aparatosa, era una especie de lanzallamas y la otra--más efectiva--era del  tipo de la guerra de las galaxias.

Pues bien, en el silencio de la siesta, la dueña de Mini  rellenaba de agua las pistolas y le echaba unas gotitas del líquido reeducador y desde la ventana de la cocina, con unos prismáticos, apuntaba bien, y  disparaba  al sumidero.

Un día el maridito se compró un traje de neopreno para nadar en invierno (en su ciudad no hay piscina climatizada). 

Bueno ...si le  disparaba  al sumidero del vecino con una pistola de colorines, ¿por qué no ponerse un traje de neopreno para nadar en la playa,  por raro que parezca?




viernes, 29 de agosto de 2014

Reina Lucía

E.F. BENSON

Este libro me lo recomendó Houellebecq, que sabe de mi afición por las novelas de Wodehouse. En la misma línea  que Wodehouse y la comedia british, E. F. Benson  publicó esta saga de seis libros  “Reina Lucía” que me encantan. Y aunque el autor es conocido por sus historias de terror escribió también comedias maravillosas, con esos personajes tan pintorescos, tan divertidos y tan reales. Tal es así que más que personajes son personas, cada una con su personalidad.

Emmeline Lucas, “Lucía” y su marido “Pepino” son el referente social y cultural  del pueblecito de Riseholme. Hay que ser afortunado para poder asistir a una de las fiestas que organiza el matrimonio en su casa. Y claro, no todo el mundo lo consigue . En sus reuniones hablan italiano sin saber italiano, interpretan famosas piezas al piano aunque apenas saben tocarlo, o representan  escenas teatrales que resultan ser un muermo. Un quiero y no puedo divertidísimo y refrescante.


Pero un día llega al pueblo Olga Bracely, una verdadera cantante de ópera, que involuntariamente desplazará a Lucía del epicentro cultural Riseholmiano. Su incondicional amigo Georgie Pillson la abandona por ella, Daisy Quantock revoluciona al pueblo con la adquisición de un gurú que les enseña yoga y que resulta ser, en realidad, un cocinero de cous-cous, y una vidente les ayudará a contactar con el espíritu de Dante mientras el coronel Boucher con sus bulldogs se comprometerán con la señora Weston.



—Oh, ¡es todo tan encantador…!—dijo Olga—.Nunca imaginé lo tremendamente interesantes que son las pequeñas cosas que le pasan a la gente de aquí. Todo es emocionante a rabiar, y allá donde mires hay otras cincuenta cosas igual de excitantes. ¿Es porque todos os tomáis un interés tan excesivo en esas pequeñas cosas por lo que resultan tan apasionantes o es que son apasionantes en sí mismas, y la gente normal y aburrida, los que no son riseholmenses, no se dan cuenta de lo interesantes que son? El sarampión de Tommy Luton, los secretos de los Quantock, ¡el amante de Elizabeth …! Y pensar que yo creía que venía a un remanso de paz …









jueves, 7 de agosto de 2014

UN AÑO CON SCHOPENHAUER



DE IRVIN D. YALOM


Este libro me lo recomendó un amigo un día que comíamos en la Azohia, una playa de Cartagena, donde, dicho sea de paso, se pueden contemplar los mejores atardeceres del Mediterráneo. Y no exagero. Vean estas fotos (representaciones diría Arturo)






Román defiende sus argumentos con vehemencia pero con elegancia también.  Él, por ejemplo,  dice “negro” y tú vas y le dices “blanco”; entonces él  mira hacia arriba, ladea la cabeza en un gesto típico que tiene y te dice, “bueno, negro … a lo mejor, gris”. Y empieza a pensar en esa posibilidad. Quiero decir que sin dejar de defender su postura no se enroca y admite planteamientos nuevos. Hay que ser generoso para hacer eso. Hoy en día es casi un milagro. Mi maridito es más erre que erre…. Así que no dude en leer el libro nada más recomendármelo


Julius, el protagonista, es un psicoterapeuta al que le diagnostican una enfermedad  grave. Le queda tan sólo un año de buena salud y decide pasar ese año como siempre, trabajando como terapeuta. Se pone en contacto con Philip, un antiguo paciente al que no pudo ayudar en su día y lo convence para que se incorpore a su grupo de terapia.


El libro-novela tiene dos partes diferenciadas. Por un lado, la historia de Julius y el grupo de terapia y, por otro lado, los capítulos sobre la vida y filosofía de Schopenhauer. Al final se convierte en una novela divulgativa sobre la vida y obra de Schopenhauer, algo que no gusta a sesudos pensadores, por ejemplo a los defensores de Safransky, como a mi maridito ¡Qué le vamos a hacer!

A Philip no le ayudó la terapia recibida por Julius, “como era previsible”- señala mi Safranskyto-, sin embargo con la lectura de la filosofía de Schopenhauer encuentra  consuelo en su vida. No es de extrañar,  pues gran parte de la psicología freudiana se puede encontrar en el pensamiento de Schopenhauer.

Schopenhauer fue el primer filósofo que observó los impulsos y sentimientos desde adentro y escribió prolíficamente sobre las cuestiones internas del ser humano: el sexo, la religión, el suicidio, la vanidad, la autoestima, las relaciones con los demás, esos impulsos oscuros que habitan en lo profundo de nosotros y que a veces reprimimos.




Aunque Schopenhauer iba para comerciante, su madre lo anima para que estudie filosofía. La relación con ella fue tormentosa—como con casi todo el mundo. Schopenhauer era vanidoso y sus iras eran lengendarias con los “bípedos” que se creían sus iguales, también con aquellos que frecuentaban los salones literarios de su madre. He aquí una carta de su madre a su hijo.



 Querido Arthur:

La puerta que cerraste ayer tan ruidosamente después de comportarte de manera ten incorrecta con tu madre está de ahora en más clausurada para ti. Parto para el campo y no he de volver hasta que sepas que te has ido…No sabes lo que es el corazón de una madre: cuanto más tiernamente ama tanto más dolorosamente sufre los golpes de la mano que una vez adoró … tú mismo te has arrancado de mi lado: tu desconfianza, tus críticas a mi vida, la elección de mis amigos, tu inconstante actitud conmigo, el desprecio que tienes por mi sexo, tu falta de disposición para complacerme, tu codicia, todo eso y mucho más te dan a mis ojos una faz despiadada …
Si  yo estuviera muerta y tuvieras que habértelas con tu padre, ¿te atreverías a darle lecciones? ¿Intentarías controlar su vida y sus amistades? ¿Acaso soy menos que él? ¿Acaso hizo él por ti más de lo que hice yo? ¿Acaso te amó más que yo? … Mis obligaciones contigo han terminado. Sigue tu camino, no quiero saber nada más de ti … déjame tu dirección pero no me escribas; de ahora en adelante no leeré ni contestaré tus cartas … es el fin … Me has lastimado en demasía. Haz tu vida y sé feliz como puedas.




No volvieron a verse nunca más. Una época extrema ya la mitad del siglo XIX alemán…

Imposible explicar a Schopenhauer sin empezar por Kant a quién el filósofo  admiraba y respetaba, además de Platón. Kant, decía que no experimentamos el mundo exterior tal como es en realidad, lo que experimentamos es nuestra propia versión procesada de esa realidad exterior. Las propiedades como el espacio, el tiempo, la cantidad y la causalidad están dentro de nosotros, no afuera: se la imponemos a la realidad. Pero Schopenhauer decía que sí podemos conocernos a nosotros mismos desde adentro. Tenemos un conocimiento directo, inmediato, que no depende de nuestras percepciones. El cuerpo es un objeto material, es algo que existe en el tiempo y en el espacio, pero nuestro yo o voluntad es constatable  fácilmente por cada uno.

Para Kant, la existencia de Dios,  no se puede demostrar con la ciencia pero deja una puerta abierta para la existencia de Dios a través de la razón moral. La diferencia con Schopenhauer  es que éste entendía que la ética no puede ser cosa del imperativo categórico o de una ley moral, pues la razón es sólo una mínima parte en la conducta humana, y la ética, en realidad, depende del sentimiento y del carácter y no tanto de la ciencia, según Schopenhauer. Por tanto no está abierta esa vía moral hacia Dios. Kant, para Schopenhauer, era ateo.

Sigue Schopenhauer: La vida es un incesante ciclo de deseo, satisfacción, hastío y deseo otra vez. La peor situación es la humana, porque a mayor inteligencia, más grande el sufrimiento. Pero ¿nos contentamos acaso cuando  nos saciamos? ¡Ay! Sólo por muy breve tiempo. Casi enseguida se apodera de nosotros el hastío, y una vez más nos ponemos en movimiento.


Sólo al final de su vida alcanzó éxito la obra de Schopenhauer. Siempre tuvo un inquebrantable fe en su propio genio. Mi intelecto—decía—no me pertenece a mí sino al mundo.

Sin embargo podemos concluir varios consejos de su filosofía.

SCHOPENHAUER, CONSEJERO:

· La idea de felicidad tiene tres orígenes. Lo que uno es, lo que uno tiene y lo que uno representa a los ojos de los demás. Schopenhauer nos insta a prestar atención sólo al primero y descartar los otros dos.

· Sé amable, así podrás manejar a los demás. Igual que con la cera, a la que sólo se puede moldear si primero se la entibia.

· Para no ser un mero juguete en manos del bribón ni sufrir el escarnio proveniente de los necios, la primera regla es ser reservado e inaccesible.

· Tenía la costumbre de pagar por dos en el club donde comía, para que nadie se le sentara cerca. En una ocasión le preguntaron por qué comía tanto, y él contestó: “porque pienso el doble”. Igual que mi maridito, “ que piensa más”- me dice.

· La fábula de los puercoespines expresa la gélida visión que tenía sobre las relaciones humanas. En invierno los puercoespines buscan el calor apiñándose entre ellos, pero si se acercan demasiado sentirán los pinchazos de las púas de unos contra otros. Hay que buscar la distancia óptima donde se toleren unos con otros.

· Despreciar es ganar aprecio.

· Si realmente estimas mucho a una persona, debes ocultárselo como si fuera un delito.

· Jamás debes manifestar ira ni odio, salvo en tus actos … sólo los animales de sangre fría son venenosos.

· La única manera de alcanzar la superioridad en el trato con los hombres es hacerles saber que uno no depende de ellos.

· No cuentes a tu amigo lo que no debe saber tu enemigo.

· La opinión que otros tengan de nosotros no debe alterar la opinión que uno tiene de sí mismo.

· No permitir que nuestra estima oscile como corcho en el agua a merced de las opiniones de seres intrascendentes.



“Esto es lo que quiero, esta hora, este día …!esto es lo que quiero! Estos momentos que estoy viviendo son los buenos tiempos. Ojalá pueda quedarme en ese instante, echar raíces en este lugar para siempre”. No, siempre había creído que la parte más jugosa de la vida estaba aún por llegar y siempre había codiciado el futuro, el momento en que sería mayor, más listo, más grande, más rico. Entonces llegó la conmoción, el cambio de marcha, la repentina y catastrófica desidealización del futuro, y el comienzo del afligido anhelo por el pasado.






domingo, 20 de julio de 2014

Lección Magistral


DE LUIS ALBERTO DE CUENCA

“Lección Magistral ”es  un libro sobre una conferencia impartida por el poeta  Luis Alberto de Cuenca  a jóvenes estudiantes, es decir, una postconferencia.

Al hilo de las preguntas que le van realizando, el autor reflexiona sobre temas de actualidad, educación, política, literatura …Hay cosas que me han parecido muy interesantes—  Luis Alberto de Cuenca es una persona cultísima— y  otras no tanto, es decir, que no me han gustado .

Sobre la EDUCACION, Luis Alberto de Cuenca –que fue Secretario de Estado de Cultura—se queja de los contenidos cada vez más limitados y adelgazados en la educación secundaria.

Lo que hayáis aprendido en el bachillerato es lo que vais a saber a lo largo de la vida. El bachillerato es la base de todo, el sustrato de nuestra cultura.
Al entrar en la universidad van a enseñaros a ser médicos o a ser periodistas o comunicadores o filósofos … Pero, en cualquier caso, la cultura básica, esa cultura que evidentemente tiene que abarcar las matemáticas, la lengua española, nociones de filosofía, historia, geografía, esa, la inexcusable, la da la educación secundaria.

Reivindica  la memoria como parte imprescindible de la inteligencia, y la considera necesaria para entender la trascendencia de los hechos históricos, saber por ejemplo, una serie de fechas, antecedentes, circunstancias etc. Y culpa a los  pedagogos a los que acusa de arruinar por completo la educación en España. Hay que revalorizar la auctoritas, en este sentido impera  en nuestra sociedad un falso igualitarismo.

Hoy los estudiantes están acostumbrados a cuestionarlo todo. Eso es bueno. Pero no lo es hacerlo con falta de respeto y rigor. En el bachillerato francés discuten prácticamente todo lo que dice el profesor, pero lo plantean de otra manera, con un sentido crítico, con base, con esfuerzo. Aquí te toman por el pito del sereno sin ningún tipo de miramiento: “A mi no me lo parece”, “No, es que no creo…”. Para creer con fundamento hay que haber estudiado y reflexionado.

Luis Alberto de Cuenca está a favor de la igualdad de oportunidades (Lo cual es lógico). Pero no que todos seamos iguales (También estoy de acuerdo porque hay gente que se merece  cosas por su trabajo y esfuerzo, otros no tanto). Pero de ahí a decir que en la España de Franco, el que valía al final, terminaba estudiando y si quería ser ingeniero de caminos, lo era, aunque no tuviese recursos, me parece que se ha pasado dos pueblos. Yo conozco gente, mucha, muy buena en los estudios que no pudo cursar carrera universitaria.

Sobre la  DEMOCRACIA. Para hablar de democracia recomienda la lectura de  “Hojas de hierba” de Walt Whitman y el “Canto a mí mismo”. Whitman nos recuerda que no somos ni buenos ni malos, que somos una mezcla. Capaces de lo mejor y de lo peor. Nadie es un héroe o un villano. Somos siempre ambas cosas.

¿Qué es una democracia real? , me preguntas. Para mí, la única democracia que existe (y existe desde la Carta Magna del rey Juan de 1215, revive en el Parlamento inglés con la Revolución de Cromwell y se desarrolla después con la Revolución francesa) es un sistema que, según Montesquieu, tiene división de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Y ninguno de esos tres poderes interfiere en la marcha de los demás. Eso es la democracia real.

Preguntado a mi maridito me contesta lo siguiente:

Pero en España no hay separación real de los tres poderes pues el jefe del ejecutivo manda lo que tienen que votar los diputados del parlamento y pone a dedo a los magistrados y al órgano de poder del poder judicial. Por tanto no hay democracia.
y, además, el congreso de los diputados no representan a los distritos electorales pues han sido puestos por los jefes de sus partidos en listas que cada cuatro años los españoles ratifican. En lugar de depender de los distritos, dependen del jefe de su partido. Por tanto NO HAY parlamento ( liberalismo).


Y sobre el 15 M dice Luis Alberto de Cuenca.

La democracia real que piden estos señores es la misma democracia que gobernó en la Unión Soviética o en la Alemania nazi, la del pueblo dirigido por el más listo que resulte de todos esos del 15 M, el líder que los conduzca a la victoria y luego sacralice su figura.
El que no duda, el dogmático, es el que probablemente, más adelante, acabe fusilándote. El que duda muy raramente fusila a nadie, porque siempre está pensando en los pros y los contras de su decisión y la tomará con mucha prudencia.

 Preguntado de nuevo a mi maridito, contesta :

Pero no existía nadie en el 15m que defendiera a Stalin, ni a Hitler, …. sin embargo, fraga (fundador de alianza popular y presidente del pp) fue ministro con franco –amigo de Hitler y que envió la división azul para ayudarle-….

Una de las cuestiones que demuestra que “avanzamos” según Luis Alberto de Cuenca,  es que tradicionalmente España ha sido un país de emigración no cualificada (en los años 50 y 60) y actualmente nos hemos convertido en un país de emigración cualificada. Y eso es estupendo. AHORA BIEN, SERÁ ESTUPENDO PARA LOS VERSOS DE LA ESTADÍSTICA, PERO PARA EL EMIGRANTE “PUTA GRACIA LE HACE”.

Y es que Luis Alberto de Cuenca piensa que en el momento que quieres algo de verdad, puedes conseguirlo. Hay gente que dice “No tengo dinero”. Según él,  si a esa gente le hubiera interesado  de verdad, si fuera su meta, y hubiera necesitado  realmente tenerlo, casi seguramente que lo hubiera tenido. Pero esto no es así porque es más cómodo estar a la “sopa boba”. (Me parece a mí que ESTO SON SIMPLES FALACIAS QUE SE ENSEÑAN EL BACHILLERATO)

Sobre la LITERATURA Y POESÍA: Para aquellos que les guste escribir, “Perseguid vuestra vocación”,  les dice y les recomienda que siga escribiendo y más que seguir escribiendo les recomienda leer, leer y leer. Decía Borges que el escritor fundamentalmente se hace en la forja de la lectura. Borges es para Luis Alberto de Cuenca el intelectual con la categoría máxima que se puede tener a lo largo de los siglos, a la altura de Platón, Petrarca y Dante.

Otra cosa son los intelectuales que deciden que la literatura tiene que ser oscura, que el cine, cuanto más pesado, más lento y menos se entienda mejor. Todos esos “intelectuales” le horrorizan.

Recomienda también que no piensen nunca en el éxito.  No fantasear con aparecer en ciertos medios y en alabanzas y críticas favorables.  Pensad, más bien, en vuestra trayectoria, en lo que te diviertes escribiendo, en lo que te diviertes leyendo.

La batalla contra la muerte la libra el arte. Las pasiones son superesctructuras que nos distancia de la muerte.

EL POETA:

El poeta es un desvergonzado, porque mientras que el novelista inventa una serie de personaje que lo ayudan a distanciarse de la acción, el poeta sólo cuenta con su propio personaje y se desnuda ante el papel. Leer a un poeta es la de estar asistiendo a un striptease psicológico.  Los poetas, al final, son más importantes de lo que parecen. Venden menos y viven peor. Pero cuentan. Así lo decía Hölderlin: “lo que permanece lo fundan los poetas”.

La poesía no tiene que ser abundante, sino intensa. Y es que la poesía es compatible con todo. Tú puedes ser poeta y Presidente del Gobierno, poeta y fiscal general del Estado, poeta y pontífice de Roma. La poesía, no exige, como la novela una dedicación exclusiva. En la novela tienes que estar encerrado en casa al menos de nueve de la mañana a tres de la tarde.

Sobre Shakespeare  recomienda su lectura sea cual sea la edad del lector. En él está toda la psicología humana; toda la tipología que hay en nuestro interior, la más compleja, la más enrevesada. Ni siquiera Freud o Jung o los grandes psicólogos modernos, han llegado a la complejidad de análisis del espíritu humano a la que llegó Shakespeare. Un tipo que era un iletrado y que además copiaba todos los argumentos de sus obras, aunque luego los reescribía él de otra manera. Pero no tiene un solo argumento que no esté basado en otras obras; se basaba en la historia de Inglaterra, en Plutarco … nunca inventaba nada.

RECOMENDACIONES DE LIBROS

De  Mircea  Eliade “Mito y realidad” y “Lo sagrado y lo profano” muy fáciles de leer y tan hermosos …
Walt Whitman “Hojas de hierba” y el “Canto a mí mismo”.
Catulo de Verona del siglo I a. C., los epigramas,  de una modernidad absoluta. “Odio y amo. ¿Cómo es posible eso?, quizá me preguntes”
Federico García Lorca Poeta en Nueva Yok,  Diván del Tamarit y Sonetos del amor oscuro. Son bellísimos.
Todo Shakespeare
Las escritoras Marta Rivera de la Cruz y Ángela Vallvey
Y como poetas
Almudena Guzmán y Amalia Bautista.
Fernando Pessoa
Juan Ramón Jiménez
Cavafis
Saint-John Perse