LA CONJURA

sábado, 19 de enero de 2019

ERES HERMOSA



DE
CHUCK PALAHNIUK



Ojiplatica me he quedao al terminar esta disparatada novela. Así se queda uno si NO conoces de antemano al autor Palahniuk, sin dar crédito a lo que lees, una lectura tan disparatada como imprevisible, aunque para mi maridito “es una novela para cargarse las pilas”.



Vamos,  que no te deja indiferente; por cierto, es el mismo autor que escribió “El club de la lucha”. Hasta la última página no se sabe (ni se puede intuir) como va a terminar la historia, adónde irá la protagonista, qué hará; ni ella, ni el resto de la humanidad.

¿De qué va el libro?  Me pregunta una alumna, pero yo evito contestarle, no por lo disparatado del libro (ya llevo dicho con ésta tres veces disparatado) sino por razones de contenido.

Pues el libro va de la historia de Penny. Una pobre chica que conoce al magnate C. Linus Maxwell (Climax por sus iniciales). Ella pretendía una historia de amor con el joven multimillonario— hasta aquí lo más normal del mundo—pero éste la convierte en una cobaya para ensayar y probar una línea de productos eróticos para mujeres que el empresario piensa lanzar próximamente al mercado.

Hasta aquí la lectura iba mal porque las descripciones subiditas de tono me aburrían. A punto estuve de abandonar.  Pero seguí…



De pronto, la novela se convierte en una enorme sátira social.  Con el lanzamiento de los juguetes eróticos, los hombres ya no hacen falta, las mujeres se aíslan con sus juguetes eróticos y se separan de sus maridos, ya no trabajan, el mundo se queda sin mujeres y sin una importante fuerza de trabajo. La economía se viene abajo. Y Maxwell se hace el amo del mundo. Las mujeres mueren literalmente por la intensidad de sus orgasmos, (sus cuerpos ya demacrados no pueden soportarlo) viven exclusivamente para darse placer, mueren cadavéricas, exhaustas. 

Durante la lectura de esta última parte llegué a reírme a carcajadas con las ocurrencias del autor, a desconcertarme y a darme asco a partes iguales pues al final no se puede saber si es un alegato machista o feminista, una utopía o una distopía.


En la última novela de Michel Houellebecq , Serotonina, se puede leer “con el sexo todo se resuelve, sin el sexo nada tiene arreglo”, pero no contaba con este tipo de sexo que el narrador de Chuck Palahniuk reitera una y otra vez en Eres hermosa.


Las únicas mujeres a la vista eran los zombis demacradas que seguían en la cola de varios kilómetros de largo que se extendía antes las puertas de la torre biselada y rosa de la Quinta Avenida. Todos esos despojos humanos poseídos tenían idéntico aspecto. El pelo raído se les caía a puñados y tenían las uñas comidas hasta la raíz. Absolutamente todas llevaban bolsos idénticos, calzaban zapatos idénticos, e iban vestidas con el mismo conjunto. Penny se fijó en que no eran artículos de ropa atractivos ni bien hechos, pero todos estaban fabricados por DataMicroCom y sus empresas filiales.

Con perdón de Simone de Beauvoir, Penny no quería ser una nada de tercera ola. Con todos los respetos para Bella Abzug, pero tampoco quería ser pos-nada. No quería  reproducir los triunfos de Susan B. Anthony ni de Helen  Gurley Brown. Quería una opción que no fuera ni abogada ni ama de casa. Ni santa ni puta. Una opción que no estuviera embarrancada en los detritos de un sueño victoriano. ¡Penny quería algo que fuera mucho más allá del feminismo en sí!