LA CONJURA

domingo, 14 de mayo de 2023

"LA CONDENA" Y "EL FOGONERO"


 



Todos mis escritos tratan de ti” decía Kafka en su célebre “Carta al padre”. Y esta idea parece ser una constante en su obra. Así en "La Condena”, la autoestima del protagonista está condicionada al veredicto del padre. El relato refleja la mala relación que el autor mantenía con su padre: el temor hacia él y el complejo de culpa por considerarse un mal hijo.


Georg escribe a un amigo que reside en Rusia. Desde hace años mantiene una relación epistolar con él, aunque le oculta detalles exitosos de su vida personal como su futuro enlace matrimonial. Todo ello por no molestarlo pues no le han ido bien sus negocios en el extranjero. Cuando Georg enseña la carta a su padre acaban discutiendo. Ante el rechazo del padre, que odia al hijo a muerte, Georg sale corriendo de la casa...


¡Quédate donde estás, no te necesito! Crees que todavía tienes fuerzas para acercarte y que te quedas atrás porque quieres, ¡pero no te equivoques! Yo sigo siendo el más fuerte.


En el relato “El fogonero” un joven es desterrado por sus padres y enviado a Norteamérica como castigo por haber dejado embarazada a una criada. Según el propio Kafka concibió este relato pensando en Dickens, impresionado por la lectura de David Copperfield. Sin embargo, en el texto siguen manifestándose las pésimas relaciones paternofiliales. El joven Karl llega en barco a América, y una vez en tierra descubre que ha olvidado el paraguas en el barco, volviendo a por él. Entonces conoce al fogonero, un hombre tosco y con problemas laborales al que Karl trata de ayudar.


El fogonero” iba a ser su novela americana, pero quedó en un sólo capítulo. Kafka, que era hipercrítico con su obra, destruyó el resto de capítulos dejando únicamente el primero.


Y le asaltaron dudas de si ese hombre alguna vez podría sustituir para él al fogonero. El tío rehuyó su mirada y miró hacia las olas que balanceaban el bote.



sábado, 13 de mayo de 2023

Cien cruces arrastradas

 


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En la costa de cierto país aparecen cien cadáveres amontonados sobre la arena de la playa. Son probablemente inmigrantes procedentes de un naufragio. Ante este hecho el presidente de la nación convoca un Consejo Extraordinario del Gobierno. El objetivo es buscar las causas que expliquen tamaña tragedia y así poder tomar las medidas necesarias que calmen los ánimos y el malestar de los ciudadanos, aunque ello signifique disfrazar o inventar la realidad. Todo sea para volver a ser reelegido en las nuevas elecciones.


Pero los enemigos del Presidente no dejan de ver la ocasión perfecta para acabar con él. Para ello cuentan con la ayuda de la prensa del país, el cuarto poder, además de la figura paterna—el padre del propio Presidente— con el que está enfrentado desde hace ya tiempo, pues el viejo minero y antiguo luchador sindical le recrimina al hijo haber abandonado los principios democráticos y anteponer los intereses personales y partidistas a la ética y a la justicia.


Una novela distópica sobre la verdad y la imperfección de la sociedad que se desliza por los sinuosos vericuetos de la política; y sobre todo de  la separación de poderes: esto es, el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial (encarnado éste último en la “jueza”,  la esposa del presidente, como metáfora del control del poder judicial). 


Un cuadro actual. Para completarlo, surge desde el fondo la presencia amenazante de las grandes corporaciones y del poder financiero...



Te han declarado la guerra aquellos a quienes salvaste la vida, poco más podría suceder.