LA CONJURA

domingo, 6 de noviembre de 2011

Filosofía para temblorosos. PLATÓN Y ARISTÓTELES

ARRIBA Y ABAJO: Los dos herederos.
PLATÓN Y ARISTÓTELES

Platón fue discípulo de Sócrates y escribió de forma teatralizada mediante diálogos las opiniones de Sócrates transmitiendo no sólo lo que decía su maestro sino también el ambiente de aquellas charlas. Pero Platón empezó a introducir cada vez más sus propias opiniones de manera que resulta difícil distinguir entre lo que verdaderamente dijo Sócrates y los momentos en que se utiliza a Sócrates como portavoz del pensamiento platónico.

En realidad Platón no era su verdadero nombre sino Aristoclés, pero lo llamaban así por su corpulencia. El caso es que fundó la Academia, llamada así por situarse en unos jardines dedicados a Akademos, un antiguo héroe.

Según Platón el auténtico conocimiento debe ir más allá de la opinión y debe tener un fundamento sólido que lo haga verdad para todas aquellas personas capaces de pensar y razonar. La filosofía busca la ciencia de lo verdadero.

En este mundo material las cosas se transforman según la luz que las ilumina y si sólo nos fijásemos en lo que podemos ver, oír, tocar…etc nunca podríamos estar seguros de nada porque todo cambia. Sin embargo se puede llegar a conocimientos exactos a través de las matemáticas y geometría, pues ellos no se desgastan con el tiempo ni se alteran por los elementos atmosféricos y sirven para comprender el mundo aunque no formen parte material del mundo.

Existen las ideas que son la verdad inmutable. Una rosa se marchita y depende de nuestros sentidos mientras que la Idea de rosa es inmutable.

Sólo los que son capaces de percibir las IDEAS eternas e inmutables son para Platón capaces de una verdadera ciencia. Y sólo el que alcanza contemplar la Idea de Bien y de Justicia puede ser el filósofo-rey que gobierne la Pólis ( la ciudad-estado).

Platón recurría frecuentemente a sus mitos filosóficos, algo así como cuentos que sirven de ejemplo a lo que quiere decir. El mito de la caverna es el más famoso y tiene que ver con su teoría de las ideas.

En una caverna oscura están encadenados cara a la pared unos prisioneros que no pueden ni siquiera volver la cabeza. Detrás de los prisioneros hay encendidas unas cuantas hogueras y varias personas van y vienen transportando cargas diversas. La sombra de esas personas se proyectan en el muro como sombras chinescas y los prisioneros que nunca han salido de la caverna piensan que son seres reales. Un prisionero escapa y ve el exterior, cuando regresa a la caverna y explica que lo que ven son solo sombras, sus compañeros no lo creen y se ríen de él porque para quien vive atado a las sombras sólo las sombras son reales.

La tarea del filósofo es intentar que los hombres rompan las cadenas que le atan a la realidad material y sean capaces de ver las Ideas o Formas eternas.

A diferencia de Sócrates, Platón estaba preocupado por la política y creía que la filosofía debía servir sobre todo para encontrar el bien -la idea principal de todas- a través del conocimiento de la verdad. Pero aunque todos los humanos somos iguales en lo básico, no ocurre así en su capacidad de razonar, en sus impulsos pasionales, en su valentía o en sus cualidades para el comercio y la producción de bienes.

O sea que cada persona tiene desarrolladas unas capacidades más que otras. Así que la sociedad más justa será aquella que la dirijan los que tengan mayor capacidad racional. En la república ideal de Platón todo debería estar supeditado al bien de la comunidad.

ARISTÓTELES

En la Academía estudió Aristóteles que posteriormente fundó su propio centro de estudios: “El Liceo”. Para Aristóteles el afán de conocimiento empieza por el asombro que sentimos ante todo lo que nos rodea y el mayor asombro para él era la naturaleza. Estudió medicina, zoología, botánica, astronomía, física…fue un observador excelente, descubrió por ejemplo que las ballenas no eran peces sino mamíferos, algo que tardaría más de veintitrés siglos en ser aceptado como verdad por la biología.

Aristóteles no consideraba cierta la teoría de las ideas de Platón. Para Aristóteles todo lo que existe está formado por materia y forma. La materia es el soporte y la forma la convierte en algo distinto a lo demás, como el agua que se puede convertir en hielo o gas. Es decir, hay un permanente dinamismo que moldea y transforma la realidad.

Antes de que las cosas sean esto o aquello, las cosas ya existían y están en el mundo. A esto le llama filosofía primera o fundamental. La metafísica es lo que se ocupa de cómo es lo que es, de la última esencia o realidad de todo lo que hay, y fueron los escritos que se ordenaron después de la física.

Otros dos campos muy importantes de la filosofía inaugurados por Aristóteles son la lógica y la ética. La LÓGICA se ocupa de cuáles son los mecanismos que nos hacen razonar de modo conveniente. La mayor parte de nuestros razonamientos son en forma de silogismos, es decir, dos premisas de cuya combinación obtenemos una conclusión. Aunque la lógica no se ocupa de que las premisas sean verdaderas o falsas sino que la conclusión que se derive sea la correcta. Hay gente que parece razonar y en realidad sólo proclaman falacias –entre ellos abundan los filósofos, y más concretamente Gustavo Bueno cuando trata de justificar por qué el filósofo no tiene que defender la libertad constituyente —que son silogismos falsos.

La ÉTICA es la reflexión de cómo vivir una vida buena y feliz; y de acuerdo con qué motivos debemos actuar para preferir una cosa u otra. A la costumbre de obrar como es debido la llama Aristóteles virtud. Y la virtud se encuentra en la acción prudente, equilibrada que evita la desesperación fatal de los extremos (lo que yo siempre le digo a AMB). En lo social la virtud es la justicia que consiste en dar a cada cual lo que le corresponde y en esperar de cada uno lo que es debido.

La virtud es el coraje que afronta con firmeza pero sin bravuconería el riesgo necesario.

¿Qué debemos hacer para ser felices? Dice Aristóteles que deliberar sobre lo que más nos conviene en cada caso. Somos seres racionales y cuánto más dirigida esté nuestra conducta por la razón más probabilidades hay de que nos acerque a la felicidad.

La felicidad es un ideal pero en modo alguno una certeza.

Uno de los rasgos más hermosos de la ética de Aristóteles es la importancia que da a la amistad: sin amigos nadie quisiera verse obligado a vivir.

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