LA CONJURA

miércoles, 7 de diciembre de 2011

JAKOB VON GUNTEN



JAKOB VON GUNTEN. De Robert Walser


¿Quién es Jakob Von Gunten?
Por lo que nos dice él mismo sabemos que un día aparece en el Instituto Benjamenta y se matricula. ¿Pero quien es su familia? ¿Por qué no los visita? Sólo dice que no les escribe, que procede de una distinguida familia, que su padre era un alto consejero y que había huido de su casa por temor a que la perfección del padre lo asfixiase.

Jakob no escribe a su familia ni va a verla—a excepción de su hermano—para no apartarse de su audaz proyecto para el que necesita comenzar desde abajo.

Toda gran empresa ha de hacerse silenciosamente. ¿Pero cuáles son esos proyectos?. El gran lector intuye que es el proyecto de su vida. No sé…Todo parece muy extraño.

Y junto a su familia sólo encuentra cordura y buen tono, algo que a él no le interesa y que le aparta de su camino causándole aburrimiento. La claridad familiar también le aburre. ¿Lo entienden? ¿No?... Pues parece claro.!!!

En una ocasión su hermano Johann lo invita a cenar.

Come a la mesa de gente rica, importante, de clase alta. Al principio está cómodo, incluso contento y feliz entre ellos, pero luego siente vergüenza por mostrarse con cara de tragaldabas, bebiendo despreocupado, en esos círculos de gente que sin embargo lo despreciarían si supiesen que él es tan solo un colegial. Son unos caballeros. Y nunca parecen hallarse enteramente a gusto. ¿Cómo podría sentirse a gusto alguien que da importancia a las distinciones y testimonios de admiración del mundo?

Es difícil delimitar el argumento, es mucho y nada a la misma vez. Es un relato intimista, lejos quedan aquí las novelas tipo “entra-sale-y-le-ocurre”. Jakob es inteligente, se le va conociendo a medida que nos desvela sus pensamientos, o lo que él quiere que conozcamos de su extraña persona. Es un alma observadora, mordaz, que conoce muy bien a sus condiscípulos a los que describe por su naturaleza, por sus acciones y deseos; en ocasiones lo hace con muy mala baba pero con humor, así que se le perdona.

“En mi interior mora una extraña energía que me impulsa a conocer la vida a fondo, y un deseo indomable de aguijonear a la gente y a las cosas para que se me revelen”

La prosa de Robert Walser es matemática, exacta, sin una palabra de más ni de menos, y fluye como un ejercicio de álgebra que nos atrae un domingo por la mañana, con niebla-boria-fosca o quizás con calima y al que debemos dedicarle tiempo suficiente para hallar la solución. Luego pasa lo que pasa, uno se va a otros libros, y su mente está herida, obtusa para otras lecturas que no sean las de Robert Walser, y no acierta ni puede con el “entra-sale-y-le-ocurre”.

Los alumnos del instituto Benjamenta son, entre otros, Hans hijo de campesinos, Peter el Larguirucho, habla varios idiomas pero no le sirve de nada pues es el más tonto y lerdo de todos ellos, “los tontos como él están hechos para llegar lejos, para escalar, vivir bien y mandar, mientras que quienes, como yo, son en cierto sentido inteligentes, han de tolerar que sus propios talentos florezcan y se marchiten al servicio de ellos”, Fuchs el oblicuo, el tortuoso, es el más antipático.

Pero los más importantes son Kraus y Jakob el protagonista. También los más diametralmente opuestos pero a la vez amigos. La vida se divide principalmente entre los Kraus y los Jakobs. Los Kraus son honestos, serviciales, son como una roca dura que todo lo que tienen lo han hecho a base de esfuerzo y trabajo, gente con principios. En cambio, los Jakobs están siempre prevenidos ante cualquier ataque, detestan las palabras pertinentes, son bichos raros, para ellos lo más hermoso y triunfador es ser un auténtico diablo. La idea del perdedor es más atractiva y enriquecedora que la del triunfador. No hay color!!!.

Los Kraus son la conciencia de los Jakobs : “Burlarte todo el tiempo de lo que es justo y decente, eso sí que sabes hacerlo ¿eh?. “Vaya amigo el que tengo” dice Kraus.
Los Jakobs necesitan a los Kraus pero no al revés: “Adios Jakob” “Con Kraus se me iba media vida”.
Reflexiones de Jakobs:

“Hablo y pienso a veces muy por encima de mi propio entendimiento. Tal vez por eso habría debido ser pastor { un cura }, o jefe de alguna secta o movimiento religioso”
Pues tú mismo admitirás que tales soberanos, si se vieran obligados a dar clases y a abrir institutos, serían sin duda jefes siniestros”

“Una familiaridad que provenía justamente del desprecio”

“Quien se autovalora en exceso nunca está a salvo de desalientos y degradaciones”

“El adiestramiento es algo honroso para los alumnos (…) ¡Sumamos tan pocas ideas entre todos! (…) En el fondo desprecio toda mi capacidad intelectual. Sólo valoro la experiencia. (…) En el hecho de abrir una puerta hay más vida oculta que en una pregunta.”

“La humanidad pierde las ganas de vivir entre tanta ciencia, discusión y clasificación”.

“La simpatía ramplona nos conduce las más de las veces a difamar del modo más horrible la reputación y la vida de nuestro vecino”.

“Los que obedecen suelen ser una copia exacta de los que mandan. Un criado no tiene más opciones que adoptar las máscaras y modales de su amo para, digamos, perpetuarlas de buena fe.”

“Quien puede malgastar su tiempo ignora lo que éste significa, es el ingrato auténtico y necio”.

“Amo el bullicio y la agitación incesante de la gran ciudad. Lo que discurre perpetuamente obliga a adoptar una moral. Viendo a toda aquella gente en acción, el ladrón, por ejemplo, tendrá que darse cuenta involuntariamente que es un granuja, y ese alegre y animado espectáculo puede mejorar en algo su espíritu destartalado y ruinoso. Quizás el fanfarrón se vuelva algo más moderno y reflexivo en presencia de todas esas fuerzas creadoras.”

“Los verdaderos hombres, los seres humanos de verdad, no son jamás visiblemente bellos. Un hombre que lleva una barba realmente hermosa es o un cantante de ópera o el jefe de sección, bien remunerado, de algún gran almacén. Los falsos hombres son, por regla general, hermosos.”

“Tener razón vuelve fogosa a la gente, mientras que no tenerla invita a mostrar siempre una placidez orgullosa y frívola. Quien practica apasionadamente el bien sucumbe siempre a aquel cuyo corazón permanece indiferente ante lo bueno y útil”.

“Hay sinceridades que sólo sirven para herirnos y aburrirnos”

“Evitamos las palabras solemnes. Las palabras bellas son demasiado aburridas”.

Jakob se queda atrapado en el instituto Benjamenta como Hans Castorp lo hiciera años más tarde en la Montaña Mágica. “Pues intuí de golpe que no saldría más de allí”


NOTA: 8

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