LA CONJURA

domingo, 25 de marzo de 2012

Casa en construcción.

CASA EN CONSTRUCCIÓN. José Manuel Benítez Ariza.

Cádiz, diecinueve de marzo de 2012. Viajamos por segunda vez a Cádiz, esta vez en un Mercedes, la primera fue hace veinte años en un autobús, para conocer la tacita de plata, aunque con la nueva placa que ha puesto el suegro de Iñaki Urdangarin y con las que ya hay se debería llamar la tacita de placas y de paso (nunca mejor dicho porque los guardaespaldas del rey no nos dejaron pasar a los actos de ofrenda) asistir a los actos conmemorativos del bicentenario de la Constitución de 1812 “LA PEPA”. Y mientras esperamos a nuestro amigo Manolo (escultor gaditano), mi maridito y yo tomamos un café en la Plaza de la Mina. Entonces veo una librería, la de Manuel de Falla y entro a curiosear. Le pido al dueño un libro de un nuevo poeta de Cádiz. Y me da éste que dice que aparte de ser su amigo es un gran poeta, José Manuel Benitez Ariza y el libro que se titula: casa en construcción.
Al abrirlo, me encuentro con este poema:
SILVER
Con el tiempo, uno acaba perdonándolos.
Tal vez porque sospechas que acabarás como ellos,
De posada en posada,
Arrastrando la pierna de madera
y el cofre de marino con el mapa
del tesoro que no mereces y que, acaso,
acabará en poder de alguien más joven
—quiero decir: muchísimo más joven—
que tú.

Lo compré porque me recordó los juegos de mi infancia cuando buscaba un tesoro escondido que sorprendentemente había sido enterrado en un viejo baúl entre naranjos y oliveras (ehh, aceituneros de Jaén, es correcta la palabra) pero que procedía, sin dudarlo, de un pirata del caribe con pata de palo y parche en el ojo, tal y como lo había visto en mi ídolo Pippi Langstrump, en la tele.
Y luego está el célebre poema de Gil de Biedma, “ No volveré a ser joven”, al que me recordaba. Dos poemas escritos en distinto lugar por personas diferentes y que me hacen sentir la misma emoción.
Dice Felipe Benítez Reyes en el prólogo del libro: “No estamos ante una poesía prosaica, sino ante una poesía despojada de disfraces, ante una poesía que huye de la solemnidad a favor de un engañoso coloquialismo; engañoso en tanto que ese coloquialismo camufla un discurso de voluntad radicalmente poética”
Yo lo que he visto ha sido mucha luz, pero LUZ en mayúscula, esa misma que como un tsunami impacta en el malecón de la Caleta y que se cuela a raudales por las calles estrechas de Cádiz aunque sea invierno y a primera hora de la mañana, luz que se desprende de todos y cada uno de los versos del joven poeta, tanto que debes leer sus poemas con protección solar del cincuenta y gafas de sol.
Vivir en unos de esos



pueblos a medio hacer,
en una calle recta de casita iguales,
confundido en la vida de los muchos
que viven como tú.

Sigo viendo influencias de Gil de Biedma
[En un viejo país ineficiente, algo así como España entre dos guerras civiles, en un pueblo junto al mar, poseer una casa y poca hacienda y memoria ninguna. No leer, no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,y vivir como un noble arruinadoentre las ruinas de mi inteligencia]

En dónde desemboca ese mar fragmentario,
esa playa dispersa en mil terrazas,
esa entrevista ondulación de cuerpos
al sol, entre ladridos de perros familiares
y un melancólico rumor de niños.
En qué infancia anterior, en qué tardes con frío,
entre mujeres que huelen a sopa
y sábanas tendidas.

Otros Versos :
· Entre otras muchas cosas que no sé,//que tal vez no sabré nunca, está el nombre// de estos pájaros que se arremolinan//
· Como si el mar se hubiese poblado de fantasmas.
· El descenso nos pareció más justo,//la luz dorada más acogedora
· Prestan su trama al aire los olivos,//cuadriculan la noche, la oscurecen// aún más bajo sus frondas, la estremecen// con su temblor azul de troncos vivos.
· Los que entonces buscábamos//aquel sucio rincón sin farolas ni guardias,//hermoso porque todo lo era entonces.
· A veces imagino que me asomo// al balcón para ver cómo te alejas, cómo te sumes en la multitud//que se compacta al fondo de la calle.
· Pongamos una casa rodeada//de pinos, junto al mar, un coche caro,//una insondable biblioteca.

Un pañuelo que no debí guardar,//un trozo de papel con un teléfono,//una novela sudamericana// que me prestó una amiga, una posta [...] todo aquello de lo que no he podido// desprenderme, a pesar de las mudanzas, // el desorden o mi mala memoria// y, al fondo de un cajón, entre papeles,// o en los bolsillos de una prenda usada,// aguarda la ocasión de sorprenderme,// de exigir su lugar en el recuerdo.




Encuentro en el bolsillo de mis pantalones una servilleta de papel donde apunté el nombre de dos Diputados de las Cortes de Cádiz que han sido completamente olvidados, y que quisieron una constitución más liberal, aboliendo la esclavitud y limitando el poder de la Iglesia Católica. Ellos son: Blanco White que tuvo que exiliarse a Inglaterra e Isidoro Antillón que murió a consecuencia de una paliza por oponerse a la esclavitud.
También fueron verdaderos Diputados liberales: José Miguel Guridi Alcocer y Agustín Argüelles.

Puntuación 7.75





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