LA CONJURA

domingo, 24 de marzo de 2013

LA VIDA IBA EN SERIO


De Jorge Javier Vázquez


LA VIDA IBA EN SERIO

Para quien no lo sepa (no es broma) Jorge Javier Vázquez es un presentador conocidísimo de programas telebasura en la televisión privada en España y cuyos contenidos son cotilleos, montajes, malos rollos, o  cualquier cosa que sirva para aumentar la audiencia. Entre otros calificativos le llaman cínico y maricón ,  es un hombre por muchos odiado y dicen que es capaz de todo por dinero... Vamos el tipo humano del inicio de siglo XXI en la España de la Monarquía de partidos.

El caso es que ha escrito un libro. Un libro que por supuesto nadie quiere leer. Y cuando digo nadie, me refiero a los foros intelectuales del país, al mundillo cultural que está por encima del bien y del mal y que considera al libro más de lo mismo, es decir basura, como el medio donde trabaja su autor.  Muestran con ello que la basura intelectual son ellos y no Jorge Javier !!

Y a pesar de todo, la novela ( de lo cual me alegro un montón)  ha resultado ser un superventas que va por la quinta edición. Pero claro está que quienes la compran son los seguidores de sus programas,  en su mayoría amas de casa mayores de sesenta años. "Quizás sea yo la única excepción " me dice mi maridito, pues yo sí que veo sus programas; pero se equivoca,  porque son muchos y de diversas edades quienes ven su programa.

Del libro, dice la crítica que no merece la pena ni comprarlo, por supuesto recomiendan no  perder el tiempo con él, algunos ni se molestan en  nombrarlo. Yo no sé por qué lo he comprado ( bueno sí, en estos casos, siempre me lo recomienda mi maridito: " si los intelectuales del régimen lo odian, es que es bueno ").

El libro estaba en mi mesa, lo he visto y como en un impulso lo he leído de un tirón. Eso ya es señal de que merece la pena leer.

La novela de 250 páginas es una autobiografí¿novelada ? que me recuerda por el tono y estilo empleado al diario de Bridget Jones.

Si uno lee la contraportada se entera ( de forma general) de  la historia de un joven homosexual que se independiza de su familia y empieza a vivir libremente su sexualidad cuando se traslada a Madrid ( quién lo diría siendo BCN tan liberal y adelantada ! )  al tiempo que obtiene éxito en su carrera profesional como periodista del corazón.

A mi me ha sorprendido gratamente. Es un libro ameno, se lee con facilidad y aunque no es una obra maestra, sí que es mucho mejor que otros best seller  a las que no se les ha atacado tan duramente como a éste. Aunque para mi maridito es una obra maestra en el sentido de que no miente y, en un mundo, en el que todos mienten eso es de ser un maestro.

Un libro correcto con algunos momentos entrañables, y que al margen de la historia que cuenta,  me ha parecido fundamentalmente un homenaje a su madre "la Mari". Toda la novela está impregnada de la madre, una persona muy especial, una gran mujer, una buena madre, y una excelente e inteligente  persona.

El padre es un charnego oriundo de Murcia y es, como otros tantos padres de clase media baja de aquella época, un padre  que quiere para su hijo un futuro mejor que el suyo propio, siendo una constante en su vida, ese pasado que dice mucho de padecimientos y renuncias  y de hacerse a sí mismo con muchísimo esfuerzo.

Hay varias voces narradoras: la del protagonista, la del padre y la de la madre. Y es cuando da voz a sus progenitores, el momento en que la narración alcanza su mayor valor estético, y cuando literariamente resulta muy superior al resto del relato. Es, a la vez, la parte más tierna y conmovedora.

Tú no te preocupes, ¿eh?, mi vida, que te voy a cuidar hasta que te vayas. En cuanto podamos nos vamos al piso y ya verás qué bien vamos a estar. Nos ha dicho el médico que disfrutemos el tiempo que podamos, y eso es lo que vamos a hacer, ya lloraremos después, qué coño.

El llanto me ahogaba. Se me estaba quebrando la voz, pero tenía que seguir, no quería dejar aquella conversación a medias, no podía. No debía.


La delicadeza y hasta el sentido del humor con que trata la muerte de su padre, en un pequeño piso de apenas cincuenta metros cuadrados, transportando al enfermo en una silla de ordenador. 

Desde entonces lo atamos a una silla con ruedas que se compró para estar más cómodo frente al ordenador y lo empujamos hasta la cama.

Y la voz de la madre, “la Mari”:
Al Jorge pequeño se le escapó el otro día que, para estar así, mejor que no esté, pero yo es que prefiero que esté así a que no esté conmigo, a mí no me importa cuidarlo, lavarlo, cortarle las uñas de los pies y de las manos, cambiarle los pañales y asearlo; yo lo que no quiero es que se muera, por Dios, yo quiero seguir despertándome a su lado y quiero seguir escuchando su respiración cuando me desvelo; con lo miedosa que soy, ¿cómo voy a vivir sin él, cómo voy a apañármelas? ¿Cómo voy yo a querer que se muera, para qué coño quiero que no esté, para quedarme sola? ¿Para echarle de menos? Vamos, nene, ni que estuviera yo loca.


Ningún intelectual del régimen político actual habla así de la vida cotidiana y real,  sólo jorge javier: escritor.

Mi maridito le gusta sobre todo el párrafo en el que el padre manifiesta su preferencia sobre su cuarto de baño pequeño en el que puede apoyar su barbilla sin tener que levantarse de la taza del water. Algo que es imposible en las mansiones de los nuevos ricos. Pero no logra encontrar el párrafo. No lleva sus gafas nuevas. Bueno, no importa: si alguna vez conozco a Jorge Javier se lo preguntaré.

Para terminar diré que Jorge Javier Vázquez ya no es un presentador para mí, sino un escritor.  Y encima, en su libro aparece con su perro Cartagho, un perro galgo que fue abandonado en una rotonda de Cartagena.

No quiero terminar sin descubrir el secreto de Jorge Javier Vázquez, y que he comprendido ahora al leer su libro:  él consigue distanciarse de las cosas que se comentan en Sálvame, porque realmente se siente y es un escritor. Todo lo que ocurre en ese programa es materia de narración.

Mi nota es un 6,4  aunque mi maridito le pone un 9



El título del libro es el primer verso del magnífico poema de Jaime Gil de Biedma “No volveré a ser joven”





No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.


Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.


Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.










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