LA CONJURA

viernes, 8 de marzo de 2019

DIARIOS



DE IÑAKI URIARTE


Uriarte comenzó a escribir a partir de los 50 años, y lo hizo porque dejó de beber y tuvo que ordenar su memoria y su vida. A los 60 publicó por primera vez. Nunca ha trabajado y sólo se ha dedicado a leer y a vivir de las rentas, como un noble o grande de España. 


Un personaje singular, que nació en New York, vive en Bilbao y es un enamorado de Benidorm. 


Pero no era Uriarte ni mucho menos un desconocido en los ambientes literarios; muy al contrario, frecuentaba a escritores y poetas como Felix de  Azúa, Luis Antonio de Villena  o Savater.



Nunca  he tenido un salario, ni horarios, ni he estado en nómina.  Nunca he sido un “verdadero ciudadano de la sociedad política  capitalista”.                                                                                                                                                                                                                                                                        

ESCRIBIR TIENE UN efecto anestésico. Tranquiliza, como una pastilla ansiolítica. Pero además, produce una cierta embriaguez. Eso hace que, según decía Cyril Connolly tantos malos escritores no consigan dejarlo.


Los Diarios son una colección de anotaciones, reflexiones, ocurrencias, citas de otros autores principalmente Montaigne, Kant, Pascal, Vila Matas, Rousseau o Borges. Un conjunto de opiniones y críticas literarias, a la religión, a la sociedad, escritos sobre su gato Borges y las playas de Benidorm y sin faltar algún que otro cotilleo literario con sentido del humor. 



Las críticas de libros las hace igual, sólo lee unas pocas páginas. En fin, existe una teoría que dice que los críticos son como los degustadores de vinos, que no necesitan beberse la botella entera para catalogarla. […] En la sección de deportes del periódico no admitirían a gente con la caradura y la ignorancia de muchos de los que escriben en la de cultura. Nadie podría escribir sobre un partido de fútbol sin haberlo visto antes. Le descubrirían enseguida.



No cree que la poesía esté por encima de todos los géneros y aún en la cúspide de la actividad espiritual. Que Octavio Paz y Valente y otros muchos, exageran y dicen tonterias sin sentido. Para Uriarte no es difícil que cualquiera escriba un buen poema al nivel de los grandes poetas, pero escribir una novela excelente es algo reservado a muy pocos. 




He estado en la cárcel, he hecho una huelga de hambre, he sufrido un divorcio, he asistido a un moribundo. Una vez fabriqué una bomba, negocié con drogas. Me dejó una mujer, dejé a otra.  Un día se incendió mi casa, me han robado, he padecido una inundación y una sequía, me he estrellado en un coche. Fui amigo de alguien que murió asesinado y fue enterrado por los asesinos en su propio jardin. También conocí a un hombre que mató a otro hombre, y a uno que se ahorcó. Sólo es cuestión de edad. Todo esto me ha sucedido en una vida en general muy tranquila, pacífica, sin grandes sobresaltos.

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