Para un grupo de amigas se ha
convertido en tradición acudir todos los años con
nuestros maridos al
festival de flamenco de lo Ferro en el campo de Cartagena. No hay
verano sin Lo Ferro, ni
Lo Ferro sin verano, es
para mí el momento en
que arrancan las vacaciones.
Además
de figuras de renombre invitadas todos los años como es
el caso de Rancanpino o
el Capullo de Jerez, sobre
todo el capullo y su libertad;
hay un
concurso de flamenco de
gran calidad y se puede
asistir a las fases de
selección que cada sábado de julio se celebra
en el patio viejo y encalado del Mesón del Melón
de oro, en mitad del campo, allí, rodeados de bancales de melones y
lechugas, de inmigrantes negros y
de musulmanes a la
puerta del bar, que no entienden qué pasa allí ni por qué hay tanta
gente.
El
paisaje es desolador, polvo, calor,
casas humildes con
puertas y ventanas abiertas y sus inquilinos sentados a la puerta
descansando de la dura jornada, tomando el fresco de la noche. Se
percibe un silencio triste, roto por el compás de una guitarra
flamenca procedente de
un patio encalao y
a los pocos
segundos, los quejíos negros de un cantaor por Malagueñas (la del Mellizo).
Recuerdo
un año a las puertas del Mesón, una televisión noruega grabando el
festival, como algo ¿exótico?
Este
año iba emocionada porque uno
de los invitados
era Fosforito,
mi cantaor favorito.
Tiene 87 años ya, pero
mantiene una lucidez inaudita
para su edad y generación.
Como
ya no canta dio un pregón o conferencia que seguramente quedará
para los anales del flamenco. Nos contó que el flamenco es
un sentío, una forma de vivir, y que se puede ser flamenco de muchas
formas. Él ha tenido una vida muy humilde, dura,
en la carretera, de pueblo en pueblo, cantando en festivales.
Mientras
viajaba leía mucho. Que leía entre otros a Manuel Machado, a Herman
Hesse y a Thomas Mann… ¡que
leía a Thomas Mann!
Entonces pensé que por algo me gustaba este
cantaor. Ya intuía yo
al oír sus letras que era algo especial, sin
duda, sus lecturas, entre ellas, la aurisecular literatura alemana
como decía
Marcel Reich.
Aquí
dejo dos granainas cantadas por Fosforito.
LA NOCHE Y TÚ EL DÍA
HACE TIEMPO QUE NO SÉ DE TÍ
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