LA CONJURA

domingo, 4 de agosto de 2019

FOSFORITO




Para un grupo de amigas se ha convertido en tradición acudir todos los años con nuestros maridos al festival de flamenco de lo Ferro en el campo de Cartagena. No hay verano sin Lo Ferro, ni Lo Ferro sin verano, es para mí el momento en que arrancan las vacaciones.
Además de figuras de renombre invitadas todos los años como es el caso de Rancanpino o el Capullo de Jerez, sobre todo el capullo y su libertad; hay un concurso de flamenco de gran calidad y se puede asistir a las fases de selección que cada sábado de julio se celebra en el patio viejo y encalado del Mesón del Melón de oro, en mitad del campo, allí, rodeados de bancales de melones y lechugas, de inmigrantes negros y de musulmanes a la puerta del bar, que no entienden qué pasa allí ni por qué hay tanta gente.


El paisaje es desolador, polvo, calor, casas humildes con puertas y ventanas abiertas y sus inquilinos sentados a la puerta descansando de la dura jornada, tomando el fresco de la noche. Se percibe un silencio triste, roto por el compás de una guitarra flamenca procedente de un patio encalao y a los pocos segundos,  los quejíos negros de un cantaor por Malagueñas (la del Mellizo).
Recuerdo un año a las puertas del Mesón, una televisión noruega grabando el festival, como algo ¿exótico?




Este año iba emocionada porque uno de los invitados era Fosforito, mi cantaor favorito. Tiene 87 años ya, pero mantiene una lucidez inaudita para su edad y generación.
Como ya no canta dio un pregón o conferencia que seguramente quedará para los anales del flamenco. Nos contó que el flamenco es un sentío, una forma de vivir, y que se puede ser flamenco de muchas formas. Él ha tenido una vida muy humilde, dura, en la carretera, de pueblo en pueblo, cantando en festivales.


Mientras viajaba leía mucho. Que leía entre otros a Manuel Machado, a Herman Hesse y a Thomas Mann… ¡que leía a Thomas Mann! Entonces pensé que por algo me gustaba este cantaor. Ya intuía yo al oír sus letras que era algo especial, sin duda, sus lecturas, entre ellas, la aurisecular literatura alemana como decía Marcel Reich.


Aquí dejo dos granainas cantadas por Fosforito.

LA NOCHE Y TÚ EL DÍA



HACE TIEMPO QUE NO SÉ DE TÍ













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