LA CONJURA

lunes, 14 de mayo de 2012

CLEPTOPÍA (PARTE II)

CLEPTOPÍA (PARTE II)


LA CRISIS ECONÓMICA. Autor MATT TAIBBI

(PARTE I AQUÍ)
LA BURBUJA DE LAS MATERIAS PRIMAS. Los mercados de materias primas tienen dos tipos de participantes: los productores o  agricultores del cereal y  por otro lado los compradores.
Luego también están los especuladores que son los que garantizan que los productores reales siempre tengan un lugar para vender sus productos.
Esto último ocurre cuando el agricultor lleva su cereal al mercado y éste ( el mercado) no lo necesita ( a pesar del hambre que hay en el mundo ¡) y por tanto no está interesado en comprarlo. Ahí es cuando entra en escena el especulador que compra el cereal y se lo queda temporalmente hasta que pueda venderlo.

El sistema funcionó mientras estuvo regulado por el Gobierno. Si los especuladores pudiesen comprar por ejemplo toda la cosecha de cereal, entonces podrían manipular los precios con toda facilidad. Así que el Gobierno fijó unos límites de posición para los especuladores.

El mercado funcionaba también con los contratos de futuros que les permitía a los agricultores tener cierta protección ante la incertidumbre del mercado. Los futuros funcionaban de la siguiente forma ( este es el famoso Mercado de futuros):

Supongamos que somos compradores de maíz y queremos comprar como mucho sin pasarnos de 3 dólares el saco. En este momento el saco está por ejemplo a 2,90 dólares, pero puede subir a lo largo del año y nosotros queremos blindarnos ante la posibilidad de que los precios se disparen. Entonces contratamos un futuro a 3 dólares, de forma que dentro de seis meses compre el maíz a este precio. En el mercado del maíz podría haber subido o no, pero en cualquier caso yo lo compro a razón de 3 dólares, vamos, que para la subida de los precios…
Este mismo mecanismo sirve al revés. Es decir, para que un agricultor se asegure un futuro precio (… mínimo) en la venta de su cereal.

A principio de los años ochenta un grupo de empresas de Wall Street, entre ellas la pérfida Goldman Sachs, compraron compañías de comercio sobre materias primas. El año 1991 fue el principio del fin de los límites de posición y por tanto del equilibrio normal entre agentes físicos y especuladores. El especulador compraba cantidades ingentes de materias primas para quedárselas durante años, acaparando la producción y alimentando una espectacular subida de precios. Es decir, que con el cuento de la libertad de mercado…. ¡manipulaban el mercado y los precios en materias esenciales para la vida de millones de personas!

Se invirtieron en índices, lo cual significaba contratos mensuales de futuros para diversas materias primas. Al invertir en índices de materias primas, en realidad no estás comprando cacao, maíz, gas o petróleo. Simplemente estás apostando a que los precios de esas mercancías van a subir. Pero eso es todo lo que estás haciendo: apostar sobre el precio.

Bancos como Morgan Stanley y Goldman Sachs ayudaron a diseñar una subida artificial de los precios de las materias primas ( esto es ya genocidio ¡! Y deberían estar en la cárcel para toda su vida ¡!), entre otras cosas incitando a grandes invasores institucionales como los fondos de pensiones a entrar en el mercado de materias primas.

Vivimos en una economía inmensamente compleja y estamos enteramente a merced del pequeño grupo de gente que entiende cómo funciona—que casualmente resulta ser a menudo la misma gente que ideó y construyó esos sistemas económicos de monstruosa complejidad—. Nosotros tenemos que confiar en que esta gente utilice su poder de forma correcta, pero en realidad no podemos, porque, en fin, porque resulta que son un hatajo de ladrones y una basura., y, sobre todo, NO TIENEN CONTROLES ¡!

Los gobiernos, como las personas o las empresas, buscan la mejor colocación para su dinero. Y lo pueden hacer a través de los fondos soberanos (SWF).
La mayor parte de los fondos soberanos más activos están radicados en Oriente Medio y Asia (países árabes y China), es decir, los estados ricos en recursos naturales, por ejemplo petróleo, y exportadores de productos industriales.

Los fondos soberanos tienen como misión invertir de forma agresiva y generar enormes beneficios a largo plazo- sí, sí, a largo plazo-. La mayoría de ellos evitan a toda costa la transparencia y hay poca información sobre sus inversiones reales. De lo que se trata es de invertir con dinero extranjero infraestructura del país. Es decir, la construcción de autopistas, infraestructura energética de un país, el puente de un Estado como Chicago, aeropuertos, parking, etc. todo ello en manos extranjeras.

Dice el autor del libro que no hay absolutamente nada de malo en que los países productores de petróleo acumulen dinero a partir de recursos que naturalmente les pertenecen y que con todo derecho deberían contribuir a la prosperidad de sus Estados pero que los fondos soberanos de estos Estados estén comprando infraestructura estadounidense en secreto es algo que no debería ocurrir. Parte de la infraestructura del país está pasando a ser propiedad de inversores extranjeros y el proceso parece extenderse a toda velocidad.



Termina el libro atacando duramente a Goldman Sachs al que llama el calamar vampiro y a sus ciudadanos los Goldmanitas. Reserva un par de capítulos para poner a la empresa y a sus dirigentes a caldo. Goldman es la historia de la gran mentira, al contrario de la más hábil e inteligente, no es una compañía de genios sino de criminales. Lejos de ser el mejor fruto de una sociedad democrática y capitalista, es la apoteosis de la Era de la Estafa, un parásito que vive del Gobierno y de los contribuyentes de los Estados Unidos, chupándonos la sangre, sin vergüenza ninguna.

Goldman se posiciona en el medio de horribles burbujas maníacas que funcionan como un sistema gigante de lotería, aspirando enormes sumas de dinero de las clases bajas y medias de la sociedad con ayuda de un Gobierno que le deja reescribir las reglas del juego, a cambio de las migajas que el banco reparte como donaciones políticas.

Goldman fue objeto de repetidas denuncias por prácticas de escalonamiento. El escalonamiento no es más que una manera sofisticada de decir que manipulaban el precio de las acciones de nuevo lanzamiento. Así es como funciona: Imagina que tienes una empresa X y que acudes a Goldman para que la saque a bolsa. Los Goldmanitas ofrecen a sus mejores clientes la opción de comprar grandes paquetes de acciones de la compañía al precio de salida, que es bajo (por ejemplo 15 dólares) a cambio de su promesa de volver a entrar en la subasta más tarde, comprando acciones en el mercado abierto. Así consigues información privilegiada. Las acciones subirán de precio (por ejemplo hasta 25 dólares) como resultado de la demanda previamente acordada con tus clientes. Claro está que esa información no se compartía con los inversores pringados de a pie, que no tenían más que los folletos informativos para tomar sus decisiones.

Otra de las prácticas habituales de Goldman Sachs durante la burbuja de Internet fue lo que se conoció como hilado. La técnica consistía en ofrecer a los ejecutivos de las empresas recién salidas a la bolsa acciones de sus propias compañías a precios muy ventajosos, a cambio de promesas de negocios en un futuro. En estos casos los bancos de inversión tasaban el precio inicial de las acciones por debajo de su valor real, para asegurarse de que esos chollos iniciales subirían de precio a toda velocidad y les garantizaran enormes beneficios en el corto plazo.

Durante el boom inmobiliario los Goldmanitas hicieron algo peor. Empezaron emitiendo valores de inversión respaldados por hipotecas subprime ( o sea valores basura que resultarían posteriormente impagados), principalmente obligaciones de deuda garantizada CDO. Los Goldmanitas lo sabían, eran plenamente conscientes que vendían basura y al mismo tiempo decidieron no sólo venderla sino sacar una buena tajada de ello. ¿Cómo?. Muy fácil apostando contra esos paquetes al mismo tiempo que los vendían. Con dos cojones!!!. ¿a quién vendieron esa basura? a inversores en general y en particular a jubilados, ciudades , fondos de pensiones, y a estados.

La cosa funcionaba así: Goldman vende CDO que sabe que es basura y luego ella misma contrata un seguro para impago que se llama CDS.

Los CDS son valores que cobran vida propia, son autónomos, se independizan de los CDO, de modo que puedes comprar un seguro CDS sin tener un CDO. Sería como comprar el seguro de la hipoteca de la casa de tu vecino sin ser el propietario. Claro, entonces lo que quieres es que se queme o le ocurra alguna desgracia a la casa del vecino para cobrar tú el seguro. Eso hicieron los Goldmanitas.

Los Goldmanitas presionaban a sus vendedores para que se deshicieran de la montaña de exóticos valores respaldados por hipotecas solo una semana después de que sus ejecutivos intercambiaran correos bromeando sobre el montón de mierda que contenía el producto que ellos habían creado. Y fue entonces cuando el goldmanita Blankfein compareció ante el Senado de los Estados Unidos para decir con todas las letras que no creía que su compañía tuviera la obligación de decir a sus clientes que les estaban vendiendo un producto defectuoso:

— No creo que haya una obligación de informar en este caso—dijo Blankfein.

La empresa de seguros AIG quebró, no pudo hacer frente a los impagos de los CDO y sus seguros CDS. Y Goldman exigió el pago de sus CDS a AIG. ¿Adivinen quién pagó al final? El estado con dinero de los contribuyentes.

Esta ayuda del Gobierno desmiente el mito de Goldman como la mayor colección de talento e inteligencia del mundo. Todo esto suena complicadísimo, pero cuando llegas al corazón del asunto no lo es en absoluto. Pregúntate lo difícil que sería ganar dinero si alguien te pasara gratuitamente mil millones de dólares a la semana, y ya te has hecho una idea aproximada de para qué sirve la relación de Goldman con el Gobierno.

Hace falta una cierta capacidad para tomar dinero prestado a un 3% y obtener beneficios pastando ese mismo dinero a un 5 % . Pero hace falta una capacidad menor para tomarlo prestado a un 2% y seguirlo prestando a un 5 %. Y eso es lo que está pasando.

El escándalo griego era una variante de la estafa en la que también estaba metida Goldman Sachs. Grecia refinanció su deuda a través de un intercambio de tasas de interés que no es más que otro derivado financiero sin regular. Un deudor que está pagando una tasa de interés variable paga una comisión a un banco como Goldman a cambio de refinanciar su deuda con la seguridad de un tipo de interés fijo. Esto permite a los políticos aplazar los pagos durante años.
Al final el único vínculo de los ciudadanos con el poder es la vía torpe y altamente imperfecta de las elecciones, un banco como Goldman dispone de toda una red de conexiones íntimas y un acceso casi directo a la legislación. Y la única pregunta que nos queda es, ¿qué vamos a hacer al respecto?. Conseguir una verdadera democracia que en su constitución separe en origen sus tres poderes y en la que los distritos tengan auténticos representantes, con ello, con la República Constitucional, el gobierno y los poderes financieros estarán controlados y los goldmanitas estarán en la càrcel y los viejecitos tendrían sus ahorros,

He aquí la mejor colección de insultos a todos éstos héroes y salvadores del mundo de la economía mundial.

Sobre Fabrice Tourre, banquero francés de Goldman : Se le mirara como se le mirara, era una caricatura animada de un rico gilipollas y arrogante. Con su pelo repeinado, su apariencia cuidada y distante, sus trajes carísimos y, en fin, todo su ser francés. Toda América se revolvería de asco como si oliera a queso podrido.

Sobre el republicano y senador por Wyoming Mike Enzi, del que dice que su cerebro podría ser trasplantado sin problemas a la cabeza de una hormiga.

Sobre Rubin banquero de Goldman: era imposible negar la fascinación de los medios por el repugnante Rubin, al que promocionaban como si fuera el ser más inteligente jamás aparecido sobre la tierra. Probablemente había nacido con un traje de cuatro mil dólares puesto, su cara permanente congelada solo un segundo antes de que se excusara por se tanto más inteligente que tú, un exterior sin emociones, neutral, como el Spock de Star Trek; el único sentimiento humano que uno podía imaginar en su ser era una pesadilla horrible en la que le obligaran a volar en turista. En 1999 apareció en aquella famosa portada de la revista Time con Alan Greenspan y entonces jefe del Tesoro Larry Summers bajo el titular “El comité para Salvar el Mundo” (arriba la foto de la portada).

Sobre Goldman Sach al que llama el calamar vampiro, aunque yo creo que la traducción correcta sería el pulpo vampiro.

Sobre Palin Parece la jefa de asistentes de vuelo de una compañía de bajo coste; sólo le falta la bolsa de almendras y el pañuelo de poliéster. Con sus gafas sin montura de la Liga de Jóvenes Antisexo y un volumen artificial en el pelo, parece vestir un disfraz.

De Michele Bachmann congresista de Minnesota que dijo que la película de Aladdin promueva la brujería y que el calentamiento global no es una amenaza porque el dióxido de carbono es natural. Es el símbolo perfecto de la concepción analfabeta de las altas finanzas. Cuando los chinos propusieron sustituir el dólar como divisa de reserva internacional, Bachmann por lo visto entendió que se pretendía acabar con el dólar sin más, y que pronto los norteamericanos tendrían que usar yuanes para comprar latas de Sprite en el 7-eleven. Así que para combatir semejante amenaza propuso una ley que prohibiera la sustitución del dólar por cualquier divisa extranjera.

Sobre Rick Santelli personaje televisivo al que no se sabe si le falta más vergüenza o inteligencia y que hoy es considerado un profeta del movimiento Tea Party, una especie de Juan el Bautista financiero que se dedicaba a inocular resentimiento de clase media en el cerebro de los espectadores de CNBC.

Sobre Alan Greenspan ese capullo excepcional que hizo de Norteamérica el desastre monumental en que se ha convertido. Si sus hazañas tuvieran marcha atrás, si este gnomo gorrón de ojos saltones hubiera sido capaz de convertir sus rarísimos complejos sociales en algo positivo, si todo eso fuera posible, su carrera habría de ser vista como uno de los mayores cuentos de hadas jamás presenciados en política; el más improbable de los patitos feos, a golpe de puro coraje, astucia y determinación, llega hasta lo más alto y cambia el mundo para siempre.

Pero eso no es lo que sucedió. El ascenso de Greenspan es más bien la historia de un roedor enamorado de sí mismo, adulador y tramposo, que trepó con malas artes a la cima del poder norteamericano para , una vez arriba, entregarse febril y lascivamente a las atenciones de Wall Street durante veinte años consecutivos.

Sobre el “colectivo” “objetivismo” y Ayn Rand una cosa grotesca, una religión de lunáticos, que debería haber muerto ahogada en su propio sueño hace décadas. Ayn Rand es el ser humano con mayor carencia de humor que jamás haya puesto un pie sobre la tierra que somete al lector de su libro “la rebelión de Atlas” a un discurso de setenta y cinco páginas, maltratando al lector con un aluvión incesante de florituras literarias sin sentido.


y...De GUINDOS : MINISTRO DE ECONOMÍA español ACTUAL, mayo de 2012, y banquero de Goldman en España….ahora se dedica a recortar desde el gobierno de Rajoy 10.000 millones de euros en sanidad y educación para regalarlos a Bankia, y cosas por el estilo

Puntuación 9,9 y no le pongo el 10 porque se ha quedado corto en los insultos o calificativos a los goldmanitas



1 comentario :

  1. Es comentario interesante. Aunque no sé que tiene que ver la economía con el transplante de pelo. ¿Se refiere usted al ministro de Guindos, o a los que salen en portada de la revista Time? Si es así, sí que necesitan un transplante de pelo.

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