LA CONJURA

martes, 28 de octubre de 2025

FOSCA



Si algo me llama la atención de este libro es su título. FOSCA se llamaba mi gata y BORIA su hermana. Eran maravillosas. Todos los días las recuerdo; a ellas, y a su descendencia.


Según mi maridito “fosca” es un término catalán y marinero que significa niebla, de naturaleza húmeda (por nubes) mientras que la “calima” es de naturaleza sólida (tierra en suspensión). En ambos casos hay imposibilidad de ver con claridad. La autora las utiliza como sinónimos, sin embargo, son diferentes.

FOSCA


BORIA



La muerte cruel y gratuita de un animal sin móvil alguno sirve como argumento para un thriller ambientado en el campo de Lorca (Murcia). Bueno, móvil hay, pero incomprensible, ininteligible e insuficiente, ni para los amantes de los animales ni para un lector asiduo de novela negra.


Gabi, el menor de una familia rural, ha de investigar quién de sus hermanos ha matado a su perro. Y aunque el crimen lo ha presenciado, lo tiene difícil porque el protagonista sufre una enfermedad rara que le impide reconocer las caras de las personas (según Google, prosopagnosia del desarrollo). Así que para reconocer a su familia, ha de hacerlo a través de otras señales: la ropa, la voz, o el lugar en que se sientan en la mesa a comer.


Al cabo de la lectura y según nos guste o no el libro, nos puede salir la parte más tierna y empática o la más sensiblera, que no lo tengo claro.



Inma Pelegrin es una reputada y premiada poeta murciana, siendo ésta su primera obra narrativa. No es prosa poética. No hay lirismo. Hay una prosa concisa, polvorienta y seca, agreste, bien escrita, que mantiene la tensión narrativa, a ver como se las apaña el pequeño protagonista para identificar al asesino teniendo ceguera facial.


Una novela negra, rural, y costumbrista del campico de lorca, que utiliza el palabrero murciano. Llampos, bajocas, creciente, cedazo, fosca, calima, alcancil, almazara, janglón, chispear, son algunas de las palabras que utiliza la autora.


Le ha faltado el término BORIA, y el “arroz con pava”, tan lorquino este plato, aunque no sea de mi platos preferidos, por aquello de que sea pava y no pavo.



Un libro murciano y sin embargo universal porque habla de la naturaleza humana. La banalidad de las acciones cuando falta un espíritu crítico,la imagen de la brutalidad y de que el dolor de los demás te importe un pijo. No hay dilemas morales ni reflexiones sino una fotografía estática de un ambiente rural, cruel, de personajes parcos en palabras.


No sé si te hubiera dado miedo el mar, de tan grande que es. La balsa no te daba ningún miedo. En la balsa sí que nadabas. Cuando yo me tiraba al agua, al momento estabas tú chapoteando a mi lado. En la balsa sí te gustaba nadar, pero, claro, la playa es otra cosa. Nunca voy a saberlo. Ya nunca vamos a saber si hubieras nadado conmigo en el mar.



 

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