LA CONJURA

domingo, 8 de julio de 2012

La vida de los piratas

LA VIDA DE LOS PIRATAS. Stuart Robertson






¡Venid, jóvenes audaces, todo arrojo e impavidez!
Gustaréis de mis andanzas pues de oro os colmaré.
Id volando a La Coruña porque el barco que hay allí,
ha de hacer vuestras delicias; enrolaos en el Fancy.
Es Avery quien lo manda, Avery, su capitán,
Y con él la nave surca, ¡Oh muchachos!, todo el mar.
Francés, español o luso cual paganos son para él,
y les piensa librar guerra hasta su día postrer.

( Canción compuesta por el pirata Henry Avery “Ben el largo”)



Antes de que empiece el verano, de que nos invadan los turistas y las playas se nos llenes de Jessicas adolescentes y el Mercadona esté repleto de gente, me apetece leer me un libro de piratas. De piratas que surcaban los mares a bordo de sus carabelas, cargados de ron y con destino a la isla de Tortuga u otra isla abandonada, con la esperanza de encontrar un cofre repleto de monedas de oro. Una infancia de malos y buenos y  sin otras posibilidades.

¡AAFFGG! Es un libro maravilloso! este libro se lee de un tirón! No es ensayo, no es novela, no lo ha escrito un autor reconocido ni lo recomienda crítico alguno (que yo sepa) y aún así es maravilloso.

Barbanegra ( no confundir con Barbarroja) apuró un vaso de licor y dirigiéndose al teniente Maynard encargado de su captura, brindó con estas palabras “Que mi alma se condene si le doy cuartel, o si lo tomo de usted”

Entonces, uno de los hombres de Maynard atacó a Teach (Barbanegra) con su espada y le abrió un corte en el cuello, ante lo cual el pirata le dijo:

“Bien hecho, muchacho”, a lo que el escocés respondió que, si no estuviera bien, él mismo lo mejoraría, y dicho eso lo embistió por segunda vez de tal modo que le rebanó el gaznate y dejó la cabeza colgando sin vida sobre el hombro.

Es difícil delimitar la línea que separa un corsario de un pirata.
El corsario tenía patente de corso o “concesión administrativa” (licencia) para atacar las naves extranjeras y saquearlas.
Mientras los corsarios actuaban dentro de la legalidad, los piratas no, es decir, que no necesitaban licencias.
Por otra parte los bucaneros originariamente eran los cazadores de cerdos salvajes en la Española, después pasaron a actuar como los piratas y corsarios asaltando el tráfico marítimo de las Indias Occidentales y América Central y del Sur.

POR LO QUE EN SOMALIA NO HAY PIRATAS, en todo caso serán BUCANEROS.

Los barcos piratas necesitaban desembarcar en la costa de forma regular para labores de mantenimiento y vender a los comerciantes locales los cargamentos y las mercancías robadas. Una ardua tarea era el carenado del barco que consistía en inclinarlo para limpiarlo. Para ello necesitaban calas lo suficientemente tranquilas. Las sedes piratas más famosas fueron “la isla Tortuga” “Puerto Real en Jamaica” “Madagascar” “Terranova” “Charleston”. Tras repartirse las ganancias y después de limpiar y reaprovisionar el barco, los piratas vivían un ensueño de alcohol, juego y peleas, amén de frecuentar las mujeres libertinas de la zona.

Principalmente bebían ron, licor destilado de la caña de azúcar, o el bumbo o champurrado, una mezcla de ron, agua, azúcar y nuez moscada. Otra bebida bastante popular era el rumfustian, un ponche de huevo en el que se mezclaban huevos crudos con azúcar, jerez, ginebra y cerveza. (Algo muy parecido daban las madres españolas a sus hijos hace años , huevo crudo con vino santa catalina)

En cuanto a la comida tenían que llevar animales a bordo si querían comer carne fresca pero conservaban cierto número de gallinas para obtener huevos. Los alimentos frescos resultaban escasos pero esenciales, sin ellos podrían sufrir graves dolencias como el escorbuto. (Mi maridito no tiene este problema porque toma complementos vitamínicos- pero no muchos).

El buey, el cerdo y el pescado en salazón eran los puntales de la dieta marítima, junto con las verduras en vinagre o en escabeche. Los cocineros tenían que recurrir a una gran variedad de hierbas, especias y otros condimentos de sabor fuerte para disimular el gusto rancio. Uno de los platos clásicos en la mesa de un pirata es el salgamundi (o salmigondis), nombre coloquial en francés. Consistía en un estofado sustancioso con ropa vieja y cualquier tipo de carne a la que echaban también arenques, anchoas u otro pescado además de verduras en vinagre, cebollas, col, y huevos cocidos. Luego se aderezaba el mejunje con aceite, sal, vinagre, pimienta, semillas de mostaza y cualquier otro sazonador que se tuviese a mano. ¡ Algo maravilloso para Ferrá Adriá y toda la cocina de diseño actual !

Las banderas constituían una forma de comunicarse e identificarse en el mar, por ejemplo la bandera española actual.

La corsaria era roja y negra.

!Una bandera amenazante que indicaba a los enemigos como iban a quedar si no se rendían!. Usaban una gran variedad de símbolos cargados de malos augurios y de lo más amenazadores, calaveras, tibias cruzadas, alfanjes, esqueletos, hombres colgados, corazones sangrantes (cual virgen Dolorosa), relojes de arena (para indicar el poco tiempo que les quedaba a sus enemigos), representaciones del demonio e iniciales (por ej. Las iniciales AMH debajo de una calavera significaban: “la cabeza de un hombre de la Martinica”).

Todos los asuntos importantes se votaban democráticamente salvo las decisiones que se habían de tomar en el fragor de la batalla que correspondía exclusivamente al capitán.

Luego, en caso de querer elegir un nuevo capitán lo hacían por mayoría democrática aunque también cabía amotinarse.

Tenían su propia “Seguridad Social” de modo que si un pirata perdía una pierna, brazo, u otro miembro era indemnizado por el fondo de reserva. Así perder una pierna suponía una paga especial de 800 dólares al cambio, en monedas de reales de a ocho y doblones españoles de la época.

Si no había ningún cirujano a bordo se elegía por votación. Normalmente recaía en el carpintero pues en caso de tener que amputar era el más diestro con la sierra.

Cuando un pirata cometía un delito grave era ejecutado o abandonado a su suerte en una isla desierta. El auténtico Robinson Crusoe se llamaba Alexander Selkirk, un pirata que tras una discusión con el capitán de su barco lo dejaron en la isla “Mas a Tierra” del archipiélago de Juan Fernández.


Famosos Piratas:

El cruel François l’Olonnais. Suscribió un contrato que le obligaba a servir en las colonias, y que una vez vencido buscó fortuna entre bucaneros y piratas. Lo apodaron “la plaga de los españoles” por protagonizar numerosos asaltos a puertos y ciudades españolas junto con algunas escenas de tortura especialmente brutales con sus prisioneros. Tenía por costumbre torturar a los españoles y después cortarlos en pedacitos con su escarcina y arrancarles la lengua. A juzgar por la manía que les tenía, debía de ser algún antepasado de los creadores de los muñegotes franceses de canal plus. En una ocasión l´Olonnais presa de un ímpetu furibundo contra dos españoles, desenvainó su alfanje y le rajó el pecho a uno de ellos, a continuación le arrancó el corazón y empezó a morderlo y roerlo con los dientes, como un lobo hambriento, mientras le decía a los demás: “Os serviré como a él si no me indicáis otra vía” para escapar de los españoles.

La venganza de Bartolomeo el portugués. Logró escapar del barco en que estaba apresado agarrándose a unos barriles de vino sellados. ¡Y no sabía nadar!.

William Dampier fue capitán de barco, bucanero y caballero, explorador, naturalista instintivo y escritor, además de ser el primer marino que dio tres veces la vuelta al mundo en un barco. Ciento cuarenta y siete años antes de que Darwin pusiera el pie en las islas Galápagos ya lo hizo el pirata que ofreció una descripción detallada de los fenómenos naturales de aquella tierra.

Henry Morgan. Galés brillante, ambicioso, sádico y cruel en ocasiones. Capitaneó una legendaria marcha sobre Panamá y el posterior saqueo y devastación del país así como la masacre ejecutada sobre sus habitantes. La expedición por la selva fue tan dura que, los piratas que se quedaron sin víveres durante largo tiempo, comían trocitos asados de cuero. Morgan fue uno de los pocos hombres que se retiró de la piratería con cierto éxito económico. Fue nombrado vicegobernador en Puerto Real, Jamaica, pero perdió sus derechos del famoso ron que lleva su nombre!

El capitán Henry Avery conocido como “Ben el largo”. Fue uno de los piratas más escurridizo y famoso de su época. Negoció con comerciantes de Bristol que terminaron por traicionarlo.

Bartholomew Roberts (Bart el Negro). Apresó cuatrocientos navíos en su breve carrera como pirata; de este modo se convirtió en el pirata más exitoso con diferencia de todos los tiempos. Sin embargo, no se corrompió con la bebida, las mujeres o el juego, y solo con cierta reticencia fue adaptándose a su nueva condición de pirata (en sus inicios fue apresado por un barco pirata y obligado a ejercer la piratería).

Jean Lafitte pirata francés de gran ingenio y astucia en el que Lord Byron se inspiró para crear a Conrad, el protagonista principal de su poema épico el corsario que alcanzó un éxito imponente.

Mary Read y Anne Bonny mujeres piratas disfrazadas de hombres que formaban parte de la tripulación del Calicó Jack, navío de Rackman.

Sutton, pirata encarcelado con otro compañero que leía y rezaba en voz alta, le preguntó qué buscaba con tanto ruido y devoción, “el cielo, espero” le respondió el otro. “¿el cielo, so idiota? ¿Es que has oído jamás que ningún pirata entre allí?. A mí déjame el infierno, que es un sitio más divertido; y al entrar saludaré al capitán con trece salvas”

“ Me recuerda a la canción de los Rolling Stones : Sympathy for the devil”
http://www.youtube.com/watch?v=RK23GQo7q6E – dice mi maridito como Mike -


Aunque a mí me recuerda más la canción del pirata de Joaquín Sabina

Nota: 8.88





No hay comentarios :

Publicar un comentario