LA CONJURA

martes, 17 de julio de 2012

El PEQUEÑO HÉROE

EL PEQUEÑO HÉROE


De DOSTOIESVKI



Me gustan las obras decimonónicas que empiezan así: un pariente T*** con una casa de campo a las afueras de Moscú invita, en periodo estival, a Madame M***, de semblante hermoso y tierna sonrisa, que fascina al protagonista—un joven de algo menos de once años—.

Más tarde, todo ello es aderezado con paseos por el jardín, excursiones, juegos en sociedad con nombres en francés, y por supuesto no falta una carta de amor extraviada y escrita por un tal N*** ¡Como debe ser en una novela romántica ¡


El pequeño héroe es objeto de las bromas de una dama rubia, jovial y risueña, que para colmo es amiga de Madame M***. Las unía cierto lazo afectuoso y sutil, uno de esos vínculos que nacen a veces del encuentro de dos temperamentos a menudo distintos, uno de los cuales es más grave, más profundo y más puro que el otro, mientras que este otro, con sublime humildad y noble valoración de sí mismo, se somete amorosamente al primero, cuya superioridad reconoce y cuya amistad lleva encerrada en su corazón como don precioso. Es entonces cuando surge esa tierna y noble delicadeza entre tales caracteres: amor y condescendencia infinitos de una parte, amor y veneración de la otra, …pág 102


El relato se centra en la adolescencia y en el sentimiento de un joven ante su primer amor, un joven demasiado grande para ser un niño y demasiado pequeño para ser un adulto.

Es el Dostoievski anterior al destierro en Siberia y, por ello, crítico con determinados tipos de hombres que se creen muy listos en una sociedad desalmada.

Ni que decir tiene que la maledicencia y la murmuración estaban a la orden del día, pues sin ellas el mundo no da vueltas y millones de personas se morirían, como moscas, de aburrimiento.


Sobre el “hombre listo ” o trepa: Tanto insisten en asegurar a todo el mundo que son personas decentes, que ellos mismos acaban por creer que lo son y que su bellaquería es un comportamiento respetable. Jamás son capaces de un examen de conciencia, de una honrada tasación de sí mismos; para ciertas cosas son demasiado espesos. En el primer plano de su visión figura siempre y en todo asunto su propia valiosa persona, su Moloch y Baal, su espléndido yo.

 
Puntuación: 8, 5

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