LA CONJURA

sábado, 14 de julio de 2012

NOCHES BLANCAS

NOCHES BLANCAS. DOSTOIEVSKI




Mi maridito va a estar cuatro días en San Petersburgo SDq , en adelante SP si SDq. Para ambientar un poco el viaje se me ha ocurrido leer Noches Blancas de Dostoyevsky, un fenómeno que se produce en la Venecia del norte—así la llaman a SP los mismos rusos— y que tiene lugar a finales de junio en el solsticio de verano. La oscuridad nunca es completa y la noche pasa a ser un largo atardecer. Yo la he visto por Skipe. Me lo mostró E. K., una bielorrusa bolchevique, que estudia medicina en SP. Una noche la llamé y entonces ella sacó su portátil por la ventana del octavo piso de la residencia de estudiantes para enseñarme el fenómeno. Francamente, poca cosa ví.

Noches blancas es un relato corto. Es Dostoyevsky antes de Dostoyevsky, romántico y principiante. A principios de verano los habitantes de SP salen en desbandada hacía el campo. Uno no es nadie si no tiene una casa en las islas Kamenny y Aptekarski, en el camino de Peterhof, en Pargolov, o en la isla Krestovski, o en cualquier otro sitio a las afueras de SP. El joven personaje de Noches blancas no posee casa en el campo, es tímido, romántico y sobre todo soñador.

Soy un soñador. Hay en mí tan poca vida real, los momentos como éste, como el de ahora, son para mí tan raros que me es imposible no repetirlos en más sueños.

El soñador—si se quiere una definición más precisa—no es un hombre, ¿sabe usted?, sino una criatura de género neutro. Por lo común se instala en algún rincón inaccesible, como si se escondiera del mundo cotidiano.

La primera noche paseando conoce a Nastenka, a la que salva de un incidente y de la que se enamora. En la segunda noche aparece un texto demasiado romántico, muy elaborado y grandilocuente, o sea un tostón, la dama como suele pasar en estos casos está enamorada de otro. Pero la tercera y cuarta noche, más la parte del amanecer y la Historia de Nastenka, nos deja ya, sin duda, un gran Dostoyevsky, más psicológico.

Y uno se pregunta: ¿dónde, pues, están tus sueños? Sacude la cabeza y dice: ¿qué has hecho con tus años? ¿dónde has sepultado los mejores días de tu vida? ¿has vivido o no? ¡Mira, se dice uno, mira cómo todo se congela en el mundo!

Porque sólo puedo querer lo que es generoso, lo que es comprensivo, lo que es noble.

Quien ama no recuerda largo tiempo el agravio.



Nota: 6,99




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