LA CONJURA

sábado, 7 de junio de 2014

MISIÓN OLVIDO

MARÍA DUEÑAS

Blanca acepta un modesto trabajo de becaria en una Fundación de la Universidad de Santa Cecilia, en California, cerca de San Francisco. Atrás deja a sus hijos, ya mayores e independientes, y un buen trabajo como profesora de literatura en la universidad española. Pero lo que  realmente pretende Blanca es alejarse: después de más de veinte años de matrimonio su marido la ha abandonado  por otra más joven. 

En California tiene como misión poner en orden la documentación de un antiguo profesor español, y  otra misión más personal  que es olvidar. Olvidar es, en sí mismo, un esfuerzo, un trabajo. Allí empieza de nuevo, integrándose en la vida universitaria, empezando desde el principio y  estableciendo nuevas amistades.

Historias entrecruzadas y feedback  de la España de los años treinta y cincuenta  que confluyen en  la historia principal y que son necesarios para poder entenderla.

Uno de los escenarios que más me gustan es el que se desarrolla en la Cartagena de Mister Witt en el Cantón, la Cartagena con bases americanas y de postguerra. (A  veces, todavía hoy, me acerco a Tentegorra para fotografiar esos dúplex tan americanos)

Daniel Carter, joven americano profesor de literatura española, viaja a España y visita la ciudad de Cartagena, en busca de los escenarios de la célebre novela de Ramón J. Sender. Allí se enamora de Aurora, una cartagenera de rosáceos dedos.

Tras esta novela y al igual que ocurrió con “El tiempo entre costuras” hay una gran labor de investigación y documentación por parte de la autora.  Por ejemplo sobre las distintas Misiones que los padres franciscanos establecieron en California, algunas de ellas rescatadas del Olvido. No digo más ... que después todo termina por saberse.

Me conmovió la historia de Andrés Fontana y en concreto esta parte donde su madre, una criada, analfabeta, y sin oportunidades en la vida, se enfrenta a su marido—un minero alcohólico que quiere que su hijo trabaje también en la mina—y de noche y a escondidas del padre,  LA MADRE levanta al hijo y lo envía  a estudiar a Madrid:

“Una hora después despertó a Andrés y le ordenó en voz queda que se vistiera. Atenazados por la escarcha de la madrugada, los dos apretaron el paso camino de la estación. Una vez allí, ella le entregó el sobre con papeles y billetes que esa misma mañana había recibido de manos de don Ramón Otero. Después lo abrazó con furia, clavándole todos los huesos de su cuerpo enjuto. A las cinco y diez de la mañana del día 1 de enero de 1930 tomó Andrés Fontana el tren correo que le conduciría a un mundo ajeno del que ya no regresaría. Jamás volvió a ver a su madre”


A mí me gusta. Es verdad que me gustó más la anterior, la del tiempo entre costuras, pero Misión Olvido, también es una buena novela.  Es una buena historia de personas reales y bien ambientada en esos años. ¿Se pueden hacer todavía novelas así?  SÍ-SE-PUEDE.

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