LA CONJURA

martes, 9 de febrero de 2021

EL DIARIO DE LA DAMA DE MURASAKI

Murasaki Shikibu (973-1013) perteneció a una influyente familia de la nobleza media japonesa del siglo X-XI, los Fujiwara. Su padre fue gobernador provincial, un destino reservado a la nobleza de inferior rango; sin embargo, era un hombre muy inteligente y culto que destacó como poeta e intérprete de textos chinos. 


Murasaki desde muy pequeña se inició en la literatura, presentaba ya aptitudes para la poesía y destacaba en el conocimiento de idiomas como el chino. Su principal obra es “La historia de Genji” Y está considerada por los críticos como la primera novela moderna de ficción de la literatura universal y la obra cumbre de las letras japonesas.

Inicia “El diario de la dama Murasaki” cuando se incorpora como dama de honor en el séquito de la emperatriz Shosi. El diario es un fresco de la vida en palacio, comienza el libro con el nacimiento del hijo del emperador y sus costumbres extremadamente protocolarias, la rigurosa etiqueta de los kimonos, las intrigas, las idas y venidas de los nobles, en fin, una galería de personajes referentes de la sociedad japonesa de aquella época. “Me puse algo de tinte negro en los dientes” “Tan sólo se presentó una criada del almacén de vajillas a la cual me dirigí, olvidando mi rango”

Sin embargo, sea la época que sea, hay cosas que nunca cambian. “Ay en qué mundo tan mezquino vivimos” “¿Acaso esas aves no sufren también, por mucho que parezcan estar entretenidas y despreocupadas? ¡Con qué intensidad las comparaba conmigo!

El caso es que hace más de mil años una mujer escribió estos textos con esa lucidez psicológica y social y esa sensibilidad que muchos de los escritores y escritoras actuales quisieran para sí.

Por otro lado las personas que se creen superiores y son presuntuosas enseguida se convierten en el foco de las miradas y, por ser observadas con tanta atención, revelan algún defecto en su forma de hablar o en sus movimientos cuando caminan o están sentadas o se levantan, e incluso cuando se las ve de espaldas. En cuanto a aquellas otras que se contradicen o que hablan mal de las demás y son altaneras, a estas la gente las mirará con cuatro ojos y les buscará faltas. En cambio, si es una persona de buen corazón, aunque oigamos rumores contra ella, haremos lo posible por justificarla y por protegerla, por lo menos hasta que no se demuestre su falta. Por lo que respecta a las personas de actitud arrogante y que perjudican a los demás, o a las que cometen algún error inadvertidamente, hemos de reírnos sin vacilación.

Los kimonos interiores superpuestos presentaban en los puños combinaciones con la gama de verdes suaves y azules, de granates de varias tonalidades, de marrones claros y amarillos, de bLancos y rojos, y de azules y lilas. Los tonos de los seis kimonos interiores siempre armonizaban exquisitamente con la ropa exterior.

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