LA CONJURA

domingo, 31 de marzo de 2024

LA ASOMBROSA TIENDA DE LA SEÑORA YEOM

 



La hipótesis principal de la novela es la de que hacer cosas buenas ocasiona beneficios no sólo a aquel o aquellos sujetos a quien van dirigidas las buenas acciones sino también a la persona que generosamente las hace. Ya lo dijo Sócrates en los diálogos de Platón. Conviene hacerlo por el bien del alma propia.


El caso es que compré la novela de casualidad, sin que nadie me la recomendase. Tiene mérito en un mercado libresco saturado de ofertas line y on line. Fui a la librería de mi pueblo y la vi allí expuesta, destacando entre otras muchos libros. La verdad, no puedo decir que sea una obra maestra, ni indispensable. Ciertamente, es para pasar el rato y poco más.


Dokgo es un indigente que vive en la estación del tren en Seúl. Está alcoholizado y ha perdido la memoria. No recuerda nada de su pasado. Un día ayuda a la señora Yeom frente a unos ladrones rescatando el monedero que le habían robado. Ésta, en agradecimiento lo contrata en su pequeña tienda de conveniencia abierta las 24 horas al día, hecho que mejora las vidas de los que están a su alrededor y la de él mismo.


Cuentan que la abuela de Bob Dylan le dijo cuando era joven que la felicidad no se encuentra en la meta después del camino, sino que el propio camino es la felicidad. Y también que debes ser amable con todas las personas de tu alrededor, porque todo el mundo está luchando una dura batalla.


A In-kyeong no le gustaba nada y, para colmo, la sección de alimentos frescos era aún más desoladora. Ni los Kimbaps ni los sándwiches eran de su gusto y solo quedaban dos bandejas de comida preparada, ambas con una selección muy poco apetecible.


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