LA CONJURA

miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL ALMA Y LAS MÁQUINAS I


EL ALMA Y LAS MÁQUINAS I. GALILEO GALILEI . RENÉ DESCARTES. HOBBES. BARUCH SPINOZA.

Galileo sostuvo que los hallazgos científicos se hacen mediante la experiencia y la observación de los sucesos naturales. Gracias a las mejoras que hizo en el telescopio descubrió los tres satélites del planeta Jupiter y también se convenció de que Copérnico tenía razón: era la Tierra la que giraba alrededor del sol y no al revés como parece. Luego tuvo que enfrentarse ante el Santo Oficio inquisitorial y para no acabar como Giordano Bruno tuvo que abjurar de sus teorías, pero a regañadientes siguió diciendo “!Y sin embargo, la Tierra se mueve!”

Fueron las matemáticas el estudio principal del primer filósofo propiamente moderno: René Descartes. En aquella época, alistarse en el ejército podía ser una buena forma de viajar y ver mundo. Descartes la utilizó y finalmente se instaló en Holanda. Entre sus alumnos se encontraba la reina Cristina de Suecia. Murió de una pulmonía que pilló en uno de esos madrugones que solía hacer para cumplir con sus compromisos.

La mayor preocupación intelectual de Descartes fue buscar la certeza en el conocimiento semejante a la certeza que tenemos en las matemáticas. ¿Podía estar seguro de algo?. Los sentidos nos engañas a veces. Por ejemplo un bastón introducido en el agua parece a la vista que deja de ser recto. ¿Y si resulta que soy la víctima de un demonio burlón o genio maligno que me hace creer en la aritmética o geometría porque le divierte verme engañado?

Por lo menos hay algo seguro: la duda misma. Si de algo está seguro es de que está dudando de todo, y si duda es porque está pensando. Duda de lo que piensa, pero al menos es imposible dudar de que piensa puesto que duda…Soy una cosa que piensa y duda…pero seguro que soy. Por fin había encontrado algo claro y evidente.

La evidencia irrefutable de que existía podía servir para identificar otras verdades. Por ejemplo tenía la idea de la perfección absoluta y esa idea no podía habérsela sugerido nada de este mundo, donde todo es imperfecto: de modo que la idea de perfección hace evidente y clara la existencia de un ser absolutamente perfecto al que llamamos Dios. Y este Dios tiene que ser bueno porque la maldad es una imperfección y Dios es perfecto y evitará que ningún demonio me tome el pelo. Por tanto, puedo confiar en las matemáticas, en mis sentidos y en la capacidad de mi razón.

Su obra más célebre es El discurso del método.

Estableció una separación radical entre el mundo material (todos los cuerpos) cuya característica principal es la extensión, y el alma, que es exclusiva humana y se caracteriza por el pensamiento inteligente, pudiendo decidir a partir de su libre voluntad.

Y Descartes dijo esta perla:

Los animales, al no tener alma y ser simplemente cuerpos, funcionan como puras maquinarias: parece que sufren dolores o tienen satisfacciones , pero en realidad son tan incapaces de sentir como una máquina.

Y no se corta un pelo cuando dice:

El alma humana está unida al cuerpo a través de la glándula pineal, situada en la base del cerebro, y por eso experimenta lo que en el cuerpo ocurre.

Thomas Hobbes y su aforismo; “El hombre es un lobo para el hombre” han sido un ejemplo en la filosofía de actitud pesimista frente a la vida. Él se tomaba a broma la idea aristotélica de que el hombre es un animal sociable. ¡ Sí, si, sociable..! Uno puede entender mejor esta mala opinión que tenía sobre el hombre porque Hobbes vivió una época de grandes enfrentamientos y guerra civil en su país (que era Inglaterra).

Si se consigue una sociedad ordenada donde la gente pueda convivir sin violencia no será como resultado del instinto de los hombres sino al contrario, porque un poder inexorable se impone y consigue domesticar la naturaleza humana. Era un materialista convencido. Estaba de acuerdo con Descartes en que somos “cosas” que pensamos pero nada que ver con el alma o espíritu, sino que se resume sencillamente en un cuerpo. Nuestros pensamientos provienen de las imágenes que los objetos del mundo proyectan sobre nuestros sentidos corporales. Lo que no es corpóreo no existe. Hasta Dios tiene que tener algún tipo de cuerpo material.

Hobbes al igual que Maquiavelo fue un gran pensador político de la época moderna. El sistema político puede deducirse casi geométricamente de dos principios o axiomas fundamentales:

a) Cada individuo humano tiene una avidez natural a gozar él solo de todos los bienes sin compartirlos con nadie.
b) Evitar por todos los medios la muerte como el mayor de los males.

Teniendo en cuenta el primer axioma, los humanos somos asociales y nos aprovechamos de nuestro prójimo pero comprendemos que ese comportamiento es sumamente peligroso y nos podría llevar a la violencia extrema.

En una época remota llamada “estado de la naturaleza” (algo que probablemente nunca existió pero que funciona como un mito que nos permite interpretar el presente) la vida humana era brutal, breve…Por eso todos los humanos hicieron un pacto entre sí, del que nació el Estado. Cada cual se comprometía a renunciar al uso de la violencia con tal que los otros hicieran lo mismo. Se aceptaba un soberano por encima de todos, con poder absoluto sobre ellos. No habría derecho a rebelión ni por motivos religiosos ni por afanes facciosos de otro tipo, salvo si el propio pellejo estaba amenazado. El temor a morir mantendría a los hombres juntos y ordenados. La obra principal de Hobbes es el Leviatán, en la portada de la primera edición mostraba a un gigante coronado y formado por miles y miles de hombrecitos como células de su inmenso cuerpo social.

Baruch Spinoza, nació en Ámsterdam de una familia hebrea exiliada, primero de España y luego de Portugal. Spinoza no dio más que lecciones de cordura, tolerancia y alegría racional; pero fue uno de los filósofos más perseguidos y calumniados. Rechazó honores y cargos académicos para ganarse su modesta subsistencia trabajando en un taller de óptica como pulidor de lentes. La claridad del cristal y la lucidez de visión ocuparon su vida, no la ambición, el odio ni el temor.



Spinoza , aunque discípulo de Descartes, pretende acabar con la dualidad entre cuerpo y alma que éste último mantenía. En su pensamiento que expone en su obra titulada Ética demostrada de modo geométrico sostiene que todo lo real está formado por una única sustancia, causa de todo lo que existe y no causada a su vez por nada, a la que podemos llamar Naturaleza o Dios. Cuanto existe es un modo o forma peculiar de esa sustancia, lo mismo que las olas del mar son una modificación del conjunto del agua. Esa sustancia universal tiene infinitos atributos la mayoría de los cuales ni siquiera podemos imaginar, pero al menos conocemos dos: la extensión y el pensamiento. La extensión está formada por los cuerpos, el pensamiento por las ideas, ambos coordinados y sometidos al mismo orden necesario.

El alma humana es una idea múltiple formada por la multitud de ideas variables que responden a cada uno de los múltiples estados de nuestro cuerpo, que cambia de acuerdo con la influencia que sobre él ejercen los demás cuerpos existentes. La mayoría de esas ideas son confusas o imperfectas, porque responden sólo a los movimientos de nuestro cuerpo pero ignoran el resto de la dinámica que mueve a todos los demás. Si logramos sintonizar con ideas universales y eternas, como la sustancia misma, alcanzaremos la verdad y nos alzaremos sobre el abrumador barullo de los minúsculos y cambiantes errores cotidianos.

No somos libres de inventarnos una naturaleza propia a nuestro gusto, ni un cuerpo que funcione como nosotros queramos. Yo soy libre de elegir entre la carne y pescado pero no soy libre para comer clavos o beber lejía porque mi cuerpo no lo soportaría. Y cuanto mejor comprenda por medio de ideas verdaderas lo que soy yo y lo que es el mundo, mejor entenderé mis necesidades y actuaré en consecuencia. Ser verdaderamente libre es aceptar la necesidad de lo que soy.

De modo que lo bueno y lo malo son calificaciones que sólo tienen sentido cuando se refieren a lo que me conviene a mí, pero no en términos absolutos
. Todas las pasiones se basan en ideas confusas pero no todas son iguales: hay pasiones alegres como el amor que aumentan nuestra capacidad de actuar y pasiones tristes como el odio y la envidia que nos alejan de hacer lo que más nos conviene.

La naturaleza del hombre es vivir en sociedad y no es verdad que sean rivales entre sí como cree Hobbes. El Estado no debe atemorizar a los hombres sino garantizar su libertad.

4 comentarios :

  1. que peiensa sobre el alma galileo no esta

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  2. Galileo, como precursor de la Ciencia Moderna, debió plantearse el cuerpo y el alma como "sustancias" distintas y separadas - como haría claramente Descartes-, pero era- personalmente- un católico muy religioso- no hay prueba de lo contrario-. Hemos de suponer que como católico creía en el alma igual que los demás católicos. Una síntesis entre San Agustín y Santo Tomás. En la historia del padre ( Galileo) con sus dos hijas se puede comprobar esta concepción del alma para el gran científico de la modernidad:
    http://www.europapress.es/cultura/libros-00132/noticia-vida-hija-galileo-boveda-celeste-20090929175934.html
    Cree en el alma y duda de la concepción medieval de ella como lo hace del paradigma geocéntrico.

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  3. ¿Por qué crees que el autor le puso ese título? (El alma y las máquinas)

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    1. En Descartes y en general en todos los grandes filósofos racionalistas modernos, hay dos interpretaciones sobre el alma y el cuerpo.

      Savater se hace eco de la interpretación estándar. Es decir, el cuerpo y, el cerebro en concreto, son una máquina y el alma es una sustancia espiritual que
      separada del cuerpo es creada por Dios y se une al cuerpo para ponerlo en movimiento en una zona del cerebro, la glándula pineal. Por tanto, el autor, Savater, pone el título de alma y cuerpo como si fuese dos cosas sustanciales distintas, diferentes, separadas.

      En cambio, otro gran intérprete de Descartes, el mismo Spinoza, no hacía ninguna separación. Hay también intérpretes de Descartes que como Spinoza encuentran ya en la filosofía de Descartes esa no separación. Pero al ser minoritarios no se ha conocido tanto.

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