LA CONJURA

lunes, 10 de junio de 2013

LA VIDA ES SUEÑO


De Calderón de la Barca


( Contada por el soldado 1º)



Soy soldado de Polonia, el número 1,  sin nombre, porque  así lo dejó escrito Calderón de la Barca, que me consideró un personaje accesorio. Mi rey es Basilio, y su hijo y príncipe heredero Segismundo. Los hados pronosticaron al rey Basilio que su hijo Segismundo seria déspota y cruel por lo que decidió encerrarlo en una torre, aislarlo del mundo y dejarlo con la única compañía de su carcelero Clotaldo.

¡Ay mísero de mí, y ay, infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así
qué delito cometí
contra vosotros, naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido:
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.

Mi rey, acosado por la culpa, decide darle una oportunidad a Segismundo para que demuestre su nobleza de carácter. Pero éste no hace sino confirmar las predicciones de los astros mostrando su carácter violento ( sale como un toro de miura al ruedo), y dedica su corta libertad a rencillas, intrigas , duelos insustanciales por la belleza de la dama Rosaura y otros enredos como lanzar a un criado por la ventana. El rey, con la ayuda de Clotaldo, le da una pócima a Segismundo y lo devuelven a la torre haciéndole creer que todo ha sido un sueño.

Más sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa;
si fuere verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos.

El pueblo de Polonia ( o la ciudadanía como gustan decir ustedes ahora en la España del siglo XXI), tiene a "un Astolfo", sobrino del rey, como el próximo heredero de la corona, dispuesto a casarse con la Infanta  Estrella, y así, abandonar a la bella Rosaura, venida desde Moscavia con su criado Clarin para exigir a Astolfo que cumpla con su promesa de matrimonio.

La ciudadanía no pudo más ante tal agravio: el  verdadero heredero preso en una torre y un sobrino usurpando el trono. Siendo yo soldado (1º) me rebelé y di libertad a mi real principe Segismundo que se hallaba de nuevo en la Torre. Luchamos contra las tropas de Astolfo y contra el mismo rey, Basilio, a los que dimos victoria, y luego, mi príncipe Segismundo, un vez conquistado su propia libertad,  perdona generosamente a Basilio, su padre, a  Clotaldo, su carcelero, (que además se descubre que es el verdadero padre de Rosaura a la que abandonó de pequeña), y a su primo Ástolfo, el usurpador.

¿Y a mí?. Al soldado que luchó por su libertad, me nombró traidor y me condenó al presidio de la torre.

La torre, y porque no salgas
de ella nunca hasta morir,
has de estar allí con guardas,
que el traidor no es menester
siendo la traición pasada.

Y  Clarín, el pobre criado de Rosaura, escondido entre unas peñas durante la batalla porque nada tenía que ver en la contienda, le alcanza una bala y lo mata.

Y Aquí termina mi relato. (Soldado 1º)

FIN

¿Conocía Calderón a Maquiavelo?. Perfectamente y al Tacitismo español también.

Maquiavelo supone la mentalidad moderna que  por razón de Estado  y por razones ajenas a la ética admite la traición. El traidor deja  de serlo cuando  vence.

Erasmo de Roterdam defensor de los derechos naturales de los hombres y en contra de las guerras innecesarias (ahora serían los del No a la guerra de Irak).

Cornelio Tácito (Roma, año 60, aproximadamente) recuperado por los llamados Tacitistas españoles estaría entre Erasmo y Maquiavelo, sus teorías se fundamentan en la psicología y experiencia de los gobernantes. Tuvo gran  influencia en el pensamiento del barroco español.

El soldado (1) es moderno y maquiavélico: "yo paso de las costumbres medievales, traiciono al rey y libero al nuevo; luego, por lo menos, me hará general" (Supongo que pensaría).

Pero Roma no paga traidores, y  Segismundo que al principio acepta la ayuda, lo utilizará para sus fines, y  después lo condenará por traidor. Vemos una mezcla de Maquiavelismo y Tacitismo además de los valores tradicionales de honor y libertad.


Clarin, el gracioso, el criado, es el pueblo que muere, las víctimas civiles y colaterales que mueren en toda guerra.                                            



Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia  me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.

...

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí,
de estas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.


NOTA: 8,5






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